martes, 25 de agosto de 2015

ACABA EN MÍ

Tengo un arma secreta que me dio una vendedora con un cañon de algodon de azucar
se prende a la noche cuando recuerdo labios y me toco.
Me gusta tocarme, me siento bien. Algunos le dicen hacerse la paja.
Es un tanto raro decir que uno no ha pensado nunca en lavar el colchón en los ultimos 9 años.
Mi novia me mira y me dice: ASI QUE AHI VA TODO LO QUE NO ME DAS A MI, CHANCHIN!
Yo no digo nada y me rasco la barba...
Y no soy el unico que ha ensuciado su colchon pero le doy gracias a dios de haber conocido algunas
maravillosas cerdas acabonas que han echo verdaderos trabajos dalinianos en la arpillera de mis colchones.
Nobles y maravillosas y cruciales furcias, mayormente de la decada pasada que con sus chochitos babeantes y
chorreantes han...
(Es pis pero no es pis, huele dulce, sabe a miel, cae por mi estomago como aguanieve ardiente, como una fuente de todo lo máximo).

Mujer, en estos tiempos de guerra, puedes traer tu eyaculacion femenina a: Valentin Gomez 2655, 3ro A, previa cita telefonica con mi asistente.
Vale traer una funda para colchon, de plastico, así me tomo todo lo que caiga en él. Tambien me gustaría escupirte y pegarte un poco, ponerte pinzas de ropa en los pezones y chuparte el aro de cuero y meerte esta lengua en el hoyo co chocolate. Amordazarte. Quemarte con cigarrillos. Cortarte el pelo. Morderte las mejillas. Que te rias. Hacerlo tres o cuatro veces y despues olvidarme de vos hasta que el colchon se ponga frio otra vez. Volver a empezar.

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