sábado, 28 de enero de 2017

Del caer



Algunas gentes son como las mañanas
silenciosas
donde cada criatura se recoge con respeto
ante la terribilidad del resto del dia
se ponen esto   se peinan     se acomodan la camisa
se alisan una falda se peinan la cara con un mote
nuevo

Son como los primeros
rayos del sol
suaves                ignorantes de su imponencia
irremisibles en su impaciencia
y con el primer         canto del gallo
salen a matar a cualquier otra cosa que sea luz

En esas mañanas encuentro autos
motores a explosion
escupen las pasiones mas violentas hacia
las tazas de café y
PLOP!: zambullirse en esa minúscula piscina
y aferrarse al borde de la taza
y mirar hacia afuera alisandote el pelo 
mojado para ver lo que quede del mundo
ahora

y el miedo en los ojos por lo que venga en el resto del dia

encuentro una canciòn o los trasunto tratando
de encontrar SU canciòn
y hay hambre sin padre y madre y
sesos en la pared
hay enfermeros impersonales con ojeras que 
miran esas paredes 
un recolector de residuos dobla la guadaña del antebrazo
furioso hacia el interior de una compactadora
ese reducir para llenar otra vez el espacio
y el precio es el precio de un hombre
y entonces ya no hay
ningun hombre

Y platos de comida caliente
veo al que limpia el plato con el pan
cuando el dia ya se transforma en demasiado tarde
o el dia se transforma en un hombre crepùsculo
me gustan esas gentes
que son como testamentos del hombre
como la caida de la Tierra a un precipicio terminal
y todos lo saben y
nadie lo denuncia
la cabeza trèmula de palazos entre 
dos paredes y
nadie sabe

o se sabe que las cosas son asì
y ese hermano DEL OTRO
ese que nunca es tu hermano
cantando su canciòn tierna y melosa en
una letanìa cuasi psicòtica
en sus jeans baratos
con los dedos de los piès
pulsando como las sirenas de las patrullas van desapareciendo
por esas calles que nos dijeron que nunca debiamos caminar
esas palabras que nos dijeron 
nunca debiamos decir
y que dijimos igual
y dijimos el «te amo» y nunca volviò el «y yo te amo a vos»
esas devoluciones nunca
arribadas
y este hombre y esta mujer desbrozados
con los dedos finos de un Dios blanco que es mas zafio 
que la caca
y tomas en brazos a una gran paloma de ceniza negra que
fuera la niña de tus ojos
y es tu vida entera
y estar ahì
justamente ahì
sin final y sin correr del tiempo
ni muerto ni vivo
solo ahi,
solo,
sola.

viernes, 27 de enero de 2017

NADIE HA DE MORIR


Nadie ha de morir.
No solo porque no puedo vivir
sino porque tampoco puedo matar
aunque de eso dependa mi vida
todas las vidas

nadie ha de morir
bajo puño o espada
ni de tristeza empapada debajo de la lluvia en una plaza
o poniendose gris por la muerte del marido en las filas de algun
ejercito protector de un vaciamiento

nadie ha de morir como mueren ellos
como muero yo
nadie deberia irse de esta vida
un sabado estrellado a la noche
o ser enterrado un domingo apacible y soleado
nadie debe morir porque yo no puedo matar
nadie debe caer a mis pies
solo por el simple hecho de que yo no soy hombre
como para defender la existencia de mis propios pies

Lloro porque se me ha hecho y he hecho
y me han tocado
y esos tatuajes miserabilìsimos no me los puedo
sacar de esta mamposteria en mis ojos

nadie deberia morir por palabras
que lapiden nuestra necesidad de sofocar esta distopìa
nadie deberia hendir el agua
no hay derecho alguno a descubrir mas nada
sin haberlo estropeado todo ya
todo lo virgen y supremo y lo irretratable

nadie deberia matar por cada hoja
de este libro tan malo
ni nadie deberia morirse intentando entender
el libro del hombre

El libro del Hombre està hecho de salitre que se come
la concepciòn de historia, en cualquier tiempo

no son tan importantes los libros cuando esas palmas
se adosan a mi cuello y un ramo de labios tremulos
Se acobijan tiritando en mi pecho
y la vibraciòn del amor se desparrama por mi corazon
igual que una vieja obcecada y luminosa baldea
un jardin devastado

no quiero que nadie se muera
pero mi permanencia en este diálogo
(aquì mi carne aqui mi sangre aqui mi necesidad de auxilio)
es ìnfima en comparacion con los interrogantes
que le sucederàn

Y esos porquès destrozaran el plexo del Hombre
y hasta el fondo de todas las tierras esa muerte
sièndolo TODO
se irà y volvera furiosa e impasible
fumandose hasta el fondo esa piedra negra que tiene por un amor
y seguirà
preguntando
preguntando...
Y golpearàn en mis vacaciones de todos los cuerpos
el puño insistente del inquieriente
y no serà la paz
y aun asì
en nuestra pequeña radio escucharemos un mensaje
dèbil y lacònico nuestros sueños rotos
la oveja negra de la familia
esa prima desflorada de la esperanza
gritando desde lejos: que
nadie
nadie
nadie
NADIE!
ha de morir.

martes, 24 de enero de 2017

MISSION STATEMENT



Nos presentamos a nosotros mismos 
porque somos hermosos y por que, 
faltos de tiempo dentro de todo el tiempo, 
somos y brindamos a los hijos salvajes del mañana. 
Y porque somos, apesadumbrados, conscientes 
de que el hombre es la unica criatura que reflexiona 
para poder destruir, 
y porque eso no nos gusta.
Conjuro sin vino ni opiàceos
al sabor de la lengua de esta noche
Recalco que mis imagenes son sagradas
que mi "high" es mesurado y sin aditivos antinaturales
que mi zarpa està escondida de 10 de la mañana
a las 3 de la madrugada
que mi escondrijo huele a bosta y que mis sueños se hinchan
hùmedos e infantiles hacia el confìn de esta tierra
que conozco el sonido del gemir del planeta
que me escondo en noches de calor en sabanas de mal algodon
que mis persianas atisbadas son el regalo del destino
que mis manos torpes colijan desde siempre el abrazo supremo
que hay en tu regazo paciente
que me he salvado y que he salvado
que debo decir que no hay mejor desayuno que el Mate Argentino
y cuatro huevos hervidos
que el heladero tiene pies raudos que solo él sabe a donde han estado
que hay musicas extremas en dulzura y pérdida que tejo
desde la maraña oscura y frondosa de mi corazon podrido
que nadie que haya estado parado cerca mio no ha pensado en pegarme
que la gente que yo miro por la calle la bendigo con toda mi alma
porque se merecen una chance mas despues de que han perdido su segunda chance
que yo lo sè
que estas cansada 
en la espalda y en el alma y que los lagrimales
cuando no penan pesan en toda su felicidad
que hay en un lapso de cuarenta y tres minutos 
veinticuatro choques de autos todos en mi misma esquina
que los politicos quieren un pedazo de mi cerebro y de mi ansia para 
trazar un mapa donde cavar mas fosas comunes nacionales y populares
que estoy lejos del alba pero a un costado del olvido mis sueños maduraràn
que soy falto de educacion practica pero mis venas siempre estan cerca
de un banco de sangre  y de que mi boca metastàsica podria darte
un insuflo imprescindible y vital
que mi cuerpo se hunde, mi alma se escara, mis besos se acidulan
que los limones de California quieren darme la paternidad
y que las rosas son para los tontos que le sacan fotos a todas las cosas muertas
yo soy la via de tren de un pueblo adormecido
y las llagas en mis ruedas hacen ruido suficiente para acallar
a los amantes desesperados que se revuelven hartos y erectos en un 
èxtasis divino
y sè que en algun lugar del tiempo
cuando vuelvan a mi los rayos prìstinos y escenciales
que coronaron ambos mi cuna y mi tumba
sabrè del gozo de haber susurrado en esta tierra triste
esas palabras con las que te di a entender que si algo quiero
eran tus ojos y tu motor 
y tu pulso  
y tu cabeza.


                                    

Azul Gris y el Resto de Nosotros

Puedo escuchar a las paredes gemir.
Tiene cuello. Eso seguro. Unos veinte centimetros. El corte de cabello, finamente rapado en la nuca, apenas un bosquejo, fino y prolijo. Ligeramente rojizo. Sube desde la mitad de la nuca, desde el comienzo de la camisa celeste, hasta el nacimiento curvo del cràneo, dopnde empieza a crecer el cabello gradualmente, mas largo, hasta alcanzar unos tres centimetros de melena trigueña. Tal vez algun producto para el cabello, un decolorante, un aditamento de coqueterìa masculina del que hacen uso los hombres de hoy. Parece haberse dado con la rapadora ace poco. la piel de la nuca tiene este tono rojizo, como puntos o areas sanguìneas. O tal vez solo està harto y cansado, como yo. Pero yo puedo detectar un hijo de puta.
En la esquina de la oficina zumba un ventilador, las aspas frenèticas y un siseo perceptible, electroestàtico, que casi me vuela la cabeza. Alguien que meta en la cana a quien permite que existan los sonidos. Eso. Lo vengo observando hace tres dias. Usa estas camisas impecables, azules, rosas, estoy seguro que mañana vendrà con una blanca a rayas rojas. No se arremanga. Se deja los puños abotonados. Unas pequeñas mancuernas. Sutil detalle, de categoria. No son muy grandes. Un dije dorado y un pequeño rubì falso engarzado. Manos grandes con dedos delicados. No parecen haber visto mucho tarabajo esos dedos. Tampoco creo que hayan visto mucho dinero, a menos que se lo gaste en tintura, cortes de pelo y camisas. Hay gente que hace eso. Creo que està manicurado.
Nunca he podido lograrlo. Mis uñas siempre estan mugrientas. Me lavo las manos siete veces al dia. La mugre no se va. Yo digo que este està manicurado. Tal vez le hagan las uñas mientras le cortan el pelo y la barba. Lo puedo ver volviendo solo a su departamento, quitàndose la camisa y lso pantalones y prendiendose un Kools, en calzoncillos, todo ario y pàlido, espiando a la calle desde detràs de las cortinas con un solo ojo azul gris. Escaneàndolo todo todo desde suojo azul gris y su cerebro azul gris y de ahi a su corazòn azul gris, como una colilla al cenicero.
Parece estar en forma. Los trapecios que bajan del cuello forman un barrilete macizo y elegante, la camisa està bien llena, impoluta. El culo està a guisto en la silla. Creo que debe usar mayormente pantalones de gabardina negra. No llego a ver los zapatos. No me importan los zapatos, no soporto mis zapatos y no voy a andar fijandome en los zapatos de otros.
Pero me irrita esa nuca. De vez en cuando, azul gris hace un leve giro con la cabeza y puedo ver su mejilla y su pòmulo anguloso irlandès, crutido y òseo, y segun la luz, puedo ver un poco de su nariz. Es como ver un piso de linòleo, yermo e irreprochable, y todo parece torcerse y convolutar: el cuello de la camisa se levanta un poco y se arruga en un àngulo, un poco, ahi a la izquierda, y un poco mas de media mitad de cara, y la mano da vuelta una pòliza seguros en un floreo con solo dos dedos, con una delicada tranquilidad exasperante.... y estoy seguro de que lo hace solo para ser feliz a costa de mi rritaciòn y mi mala sangre.
Y juro que acabo de escuchar ruidos a mi izquierda.
Como un murmullo de ladrones en la noche. Ha llegado alguien nuevo. Escucho las palabras de solemnes congratulaciones y un: «Cualquier inquietud comunìquese conmigo».
Un apretòn de manos y el maldito sonido de alguien arrimando la silla contra el escritorio detràs mio. Una leve fragancia de lavanda francesa proveniente de mi sur. Y como no envararme si tambien puedo escuchar el sonido de folios revisados y el reordenamiento de un lapicero y el arrastre de una abrochadora y una ojalillera y entonces una firme inspiraciòn ahi atràs y todo el universo parecen fosas nasales inspirantes y las luces rojas en mi pavor y mi frente se frunce en un pedido de piedad, pero no creo en ningun Dios, y temo por mì porque no hay mas grande mentira que la piedad. Debe de estar mirandome furtivamente, desde detràs de un documento oficial como quien observa un protozoo fascinante a travez de un microscopio imposible. Puedo sentirlo, me quema la cabeza, me quema la piel y me quema el alma: se suponìa que yo era el ultimo de todos. Yo podia ver adelante, yo podia ver, yo podia escanear. Ahora solo puedo suponer solo con la imaginaciòn y con este pavor bestial, resoplante, y estar a merced de ese de atràs a quie nunca voy a poder mirar a la cara. Tampoco quiero. Que me importa a mí? Y esa lavanda hundiéndose en mi vida y en mi muerte y debe ya saber que en mi nuca se esconde mi ojo azul gris, abierto como los ojos de un Dios, mi ojo azul gris escrutando en su todo azul gris. Y un dia fatìdico tal vez debiera uno de nosotros con nuestros gusanos a flor de piel estirar la mano y tratar de arrancar la cara del otro para revelar un gran tunel, una gran cloaca o un bunker y con las manos en el borde del agujero cenizo en la cara gritar a voz en cuello: Quien està ahí?, y: Por que?? y: Quien es??, y las respuestas tal vez no lleguen, o no lleguen para mí. Pero ese es el riesgo de escanear, y el de adelante creo que lo sabe, como podria no sentirlo? Si yo se suponìa era el que prendìa y apagaba las luces y ahora este ahi atras. Partiendome en pedazos sin misericordia y me extingo, desde su ojo azul gris a mi corazón azul gris, suspendido en la cornisa de todos los tiempos y la muerte, azul gris.

... Los ojos de la infancia...


Los ojos de la infancia
trocaron en dos piedras negras
maniatadas al lastre de la locura

Fínjete flor
tigre de madera
inconsciente
hasta que los veranos en su impenetrable consecuencia
cicatricen el round final
con tus anchas negras rayas
tu única
mancha

sábado, 14 de enero de 2017

PODES ESCUCHAR ESOS BAJOS?



- Podes escuchar ese bajo? Escuchà ese bajo.

Cachito tiene unos cuarenta y nueve años, y mi padre unos mas, yo tengo unos cinco y soy muy cortito, pero los recuerdo desde arriba, como si yo hubiera sido un angel revoloteando por la casa. A veces me pasa. Cuando todo se pone triste y azul, mis recuerdos vuelan hacia atras y vuelan, vuelan alto. Me ha pasado antes de entrar en las bocas de los que quiero, en mi sopor, en mi sueño, y contarlo todo como si fuera Jesus adolescente en el templo.

Acaso es todo lo que uno hace, no?: cuidar el negocio de su padre.
Papà doblaba de costado la cabeza y asentìa. Apuntaba la oreja. Eran buenos los bajos. Epocas de vinilos y cintas magnetofonicas. El revuelo de la reuniòn. Mucha gente. Big party. Hace decadas que no voy a una, que no me invitan a una, nunca hice una yo. Demasiadas lagrimas en estas ultimas decadas. Los tiempos trocaron en acritud. No puedo deshacer lo que ya està hecho, no encuentro manos. El telefono està muy silencioso. A veces suena, a media mañana, y todo legañoso voy yo a atenderlo, sin esperanza alguna, pero tal vez con un poquito, un chiquitito asì, y levanto el tubo, digo hola o buen dia. 
«Querido usuario de Personal o Movistar, tenemos una oferta imbatible para usted». Cuelgo Escucho las cumbias retumbar en Balvanera.

- Podès escuchar ese bajo?


No sè que fue de ellos. Tal vez viven.

Espeche estaba sentado al piano con una gran sonrisa. Un tanto canoso, ratonil, amable, cordial, buen aura. Sentado al piano y tocando. Tocaba rock. Rock al piano. De solo recordarlo me lloran los brazos al escribir esto. Tocaba rock and roll en el piano vertical, ese piano vertical pùlcramente pulido y lo miraba a mi viejo de una manera picara, con un brillo de vida en los ojos, una chispa sagrada. Mi padre sonreia con su delgada cara india. Reconocia que era un àrea donde el no habia entrado, en su afan patriotico. Diez años mas tarde, entre el sopor del Alplax, tendria que soportar a su hijo y su guitarra electrica.

- Who died? Quien muriò? Que fue de...? Alguien sabe algo de alguien?

- No lo sè, hablemos entre el ruido, entre las trompetas de Louie Armstrong. Parece que lloraran.
- Que tema es?
- Saint James Infirmary.
- Este lo conozco. Mi hijo tambien lo conoce. Lo escucha en el Winco.
- Pero solo tiene cinco años.
- Ya sabe como poner el tocadiscos solito.

Y era verdad.

Pero en esas reuniones a mi me gustaba espiar. Me gustaba abrir los cajones. No se si alguien me estaba relojeando. Simplemente, cuando uno tiene 5 años, tiene todo el derecho de meter la mano donde uno quiera por el simple hecho de ser no solo ininmputable, sino completamente escrutable. Todos sabemos como son los adultos. Te matan con caricias y te tuercen el pescuezo con mil mentiras. Porque la gente que te quiere, cuando te quiere mucho, te miente un monton.
Me gustaba meter mano en los cajones. Olerlos. Meterme en sus roperos. Tocar su ropa. Ver sus mantas, sus sacos, sus collares, sus billeteras. Ver sus fotos. Intuir sus amores y sus cariños. Imaginar intensidades.

En la cocina caliente por el horno encendido calentando las empanadas, un pastor aleman yaciendo en el suelo con cara de embole. Grandes ojos marrones, bestiales y profundos. Me acerco. El perro gruñe.


- No lo toques, que muerde.


Cachito esta atràs mio. Creo que el tambien puede morder.


- Que es eso?

- Es un microondas.

Voy y toco una perilla giratoria con mi manita.


- Tampoco toques eso. Es muy caro. Si lo rompes, tu papa no me lo va a poder pagar.

- Si que va a poder.
- No, no va a poder.

Tengo fotos de una de esas noches. Estoy vestido con una remera roja y unos shorts rojos. No hay drogas en mi cuerpo. Soy rubiòn. Me siento bien. Acabo de empezar en esto que es la vida. Se me quiere. Se me sabe en medio de un huracàn. Mis padres se han separado hace un año. La ultima vez que los vi juntos fue en una plaza cerca del Botanico. Uno de mis padres me preguntò:


- A quien querès mas? A tu papa o a tu mamà?


Yo tomè la mano de mi papà y la mano de mi mamà.

Terminè viviendo con mi papà.
Mi padre muriò en un hospitalucho hace trece años de una sobredosis de pastillas. No se le hizo velorio. Murio a las ocho menos cuarto de la mañana. Sus manos estaban tibias todavìa cuando lo toquè. Solo la punta de los dedos estaban frias. Mi viejo tenia unas manos muy hermosas. Al mediodìa ya lo estaban cremando.
Una decada y media despues, yo duermo en la misma habitaciòn donde mi padrè se orinò encima antes de que llegara la ambulancia.  «No quiero vivir mas», me dijo balbuceando. Tenia los ojos vidriosos, recostado sobre su flanco izquierdo, hacia la mesa de luz. En la mesa de luz habìa una carta que terminaba con las palabras: «Dios y la vida mandan».  
Bajo su mano extendida hacia la ventana colgando de la cama, habia una ultima colilla de Viceroy sobre la alfombra. 
Guardè esa colilla por un largo tiempo dentro de una cajita vacia de Tic Tacs de naranja. Hace unos años tiré la caja y la colilla. Fue dificil decir adiós. Tardé muchos años.

Me gustaba meterme en escondrijos, en lugares, en esquinas, detras de las puertas. Ver de otra manera. De una manera que los adultos no pudieran entrar ahi y que esa vision fuera solamente mia. Me gustaba subir las escaleras de esas casas de diseño, yo no tenia escaleras en Palermo. Me gustaban las vidas de los otros. Me gustaban los horarios nulos y prohibidos, me gustaba la canilla libre de torta, la Coca Cola, ver sus maquetas de arquitectura, sus grandes agasajos me llenaban de exuberancia, de adulaciòn y misterio. Casi me creì santo. Cuando crecì, el halo en mi cabeza desapareciò. Me retaban mas seguido. Alguna que otra vez abrì un cajòn para tomar dinero. A fines de los noventas dejè de ser agradable, supongo. Coincide con la dècada en que empecè a escribir y a hacer musica. Cuando uno revuelve un tacho de basura, el hedor retrasa y ahuyenta. Dejè de ir a reuniones familiares. Me hice algo mas que un misàntropo: aprendì a amar el odio para conmigo mismo y los mios. Los amigos se desvanecieron como un diente de leòn en un viento fuerte. Me hice amigo de los libros y de la musica por default desesperado. 



- Podès escuchar esos bajos?


Su bigote, su chomba, su camisa. Los pelos de sus brazos. Los pelos negros en su alma.

Si me paro al lado de èl, sentiria lo mismo que entonces: un pudor animal y descolocado.
Tendrìa un metro de altura, los cachetes bronceados y el alma pendiendo de un acantilado. Las cosas no han cambiado mucho. Los bajos siguen sonando. Se escuchan. No extraño mi niñez. Probablemente solo haya sido un agridulce preàmbulo a esta desgracia que me oprime la cara contra una roñosa pared. Me gusta aùn tomar helados. Fumar cigarrillos aunque no quiera. Me gusta que no me gusten ciertas cosas. No me gusta la humillaciòn. A veces estoy tan triste que empiezo a vomitar bilis de solo ver mis paredes. 
Espeche tocaba rock and roll bluseado, como de Louie Armstrong y yo lo miraba a mi padre mirarlo. Triangulabamos informacion esencial. Lo recuerdo intensa y patentemente. 

Observando a mi padre, aprendì de èl y de mi mismo. Me fundì en los otros. Si no se sabe, deberia saberse. Me sentè en la pendiente y me deslicè lentamente hacia abajo a travez de los años. Recuerdo esos bajos, tambien el suelo de màrmol de esa casa: marròn con tiras blancas y negras. Un gran equipo de musica de los antiguos, transistorizado y potente. Japonès. Para abrir el deck de casettera, habia que abrir unas portezuelas de vidrio templado. Habia luces rojas y verdes. Un ecualizador. Un perro grande que gruñìa. Recuerdo el nombre: Rà. Como el dios egipcio. O era una diosa? Los egipcios tenian perros? Creo que les gustaban mas los gatos, porque los gatos, como los egiupcios, guardan mil secretos de alcoba. Sì. Corrìa el vino y volaban las rosa a principio de los ochentas. Todo el mundo tenia pelo en la cabeza. Ibamos en taxi hasta Vicente Lopez con cien empanadas en una bandeja en la falda, apiñados atravesando la noche fresca hacia las lomas del conurbano norte, un norte facil y excitante, tal vez el unico que me han prestado desde entonces. Guitarra criolla con funda de cuero. Es noche de folclore. De guitarra criolla y charango. Los adultos y los niños beberàn alegremente. Habrà rayos y pòlen en el aire, todo serà fructuoso. Recuerdo a mi viejo diciendo que habìa tratado de armar un conjunto folclorico, pero que nadie habia podido ponerse de acuerdo con a que corriente folclorica afiliarse. No podian decidirse el estilo que querian tener. 


- Podès escuchar esos bajos? Profundos, potentes, perforan las orejas. Cien por ciento japonès.


Un desfibrilador aquì, por favor.

Todas las cosas que yo nunca podria tener, querria tener, o querria tener y no podria tener. 
Me gusta esa pistola en la cabeza desde el principio de los tiempos. En realidad, no me gusta ni me disgusta: està ahi enfrente de los ojos de uno, como un pròcer, como un dios, como agua de vida. No me pertenece. La crearon la pobreza, la tragedia y la mala suerte. Las historias apòcrifas, un poco de verguenza y mucho de mala suerte de clase trabajadora. Estaba en los ojos de mi abuela, estaba en los ojos de mi padre y està en mis ojos tristes. 
Es la joya mas grande de la familia.
Sangraban las trompetas desde los parlantes importados japoneses. Risas en el aire, un tren militar negro que se despide hacia el norte y hacia el oriente: es el adiòs hacia la tumba de mis ancestros catamarqueños. Se cocìa algo y yo lo sabìa. Y se cocìa algo en mi y ellos lo sabìan. O iba al mèdico y el mèdico me clavaba agujas de acupuntura por toda la cara y las muñecas preguntàndome de mis cosas, y yo decìa: NO. Era un japonès parecido a Toshiro Mifune que me aseguraba, con bienvenida sinceridad, de que lo mio era algo grave. Usaba un delantal y tenia un ozonizador en la oficina. Fumaba bensons que apagaba por la mitad porque estaba dejando de fumar. Benson and Hedges. Los apagaba por la mitad. Yo no sabìa nada de nada y el lo sabìa todo y eso me parecìa injusto porque nunca me decìa nada, y mi padre me decìa que èl tambien lo sabìa, lo que yo tenia, pero no me lo decia.
Tanto drama para decirme que era esquizofrenico? O... demente? O...
Empecè a sentirme sucio y culpable y las hormonas reventaban en mi cabeza. Se iba delineando el monstruo.
Todos disfrutan de los cuadros de Van Gogh, pero nadie quiso meterse en ese campo de trigo cuando Vincent se puso la pistola en el estòmago y tirò del gatillo. Se tomò una ultima taza de cafè con la ultima moneda que le quedaba y los cuervos se lo llevaron un dia de un sol muy amarillo y muy potente. 
Yo tengo unos pocos amigos y mis pocos amigos son asì. Estoy pensando en tres o cuatro personas y nunca los he visto dar una limosna. 
Nunca. Ni una sola vez.

Bueno, al menos mi abuela tenia mano para cocinar. Las empanadas eran buenas. Salìan por cientas del horno.

Un dia, los bajos se callaron. El dueño del equipo de mùsica se enamorò de otra mujer. Su esposa se enterò y lo cagò a trompadas. Vino a casa, borracho. Aquì, a Balvanera. Lloraba. Decia que querìa tirarse por un acantilado con el Peugeot 504. Yo le dije que no lo hiciera, que habìa muchas cosas por vivir, que si sentìa dolor, por lo menos estaba vivo.

- Mira las cosas que me dice el pendejo este!


Mi padre nos miraba.

Mi padre nunca ha dejado de mirarme desde entonces.
Y yo nunca he dejado de mirar a nadie desde entonces. Nadie viene a visitarme y se està muy bien asì. De vez en cuando, el telefono me dice que he sido seleccionado para una oferta increible que no puedo rechazar, de ninguna manera.
Cierro, entonces, esta pàgina, porque es, tambien, una oferta imposible de rechazar.



martes, 10 de enero de 2017

Leelee Lee

 Para C.-




 Goodnite.

Recordando a Luca, que decia que un numero era la esperanza para cerrar esa puerta (1989 never came 4 U)

Claudina Pugliese, fotógrafa desde los 17 años, se unió a un grupo punk en 1982 en plena dictadura, y a partir de entonces comenzó a conocer el ambiente de ese palo hasta llegar a un ensayo de nada más y nada menos que de Sumo, donde logró captar imágenes de la banda en pleno ensayo y tocando en un club de barrio que recién ahora se dieron a conocer.

Según contó Claudina a la Revista Cítrica, en aquél entonces se juntaba con un grupo anarquista donde leían y escuchaban música del género punk, con los que además iba a recitales a ver a Virus, Los Violadores, Los Twist y a un Sumo que ya anticipaba en lo que se iba a convertir. “Sumo era una aplanadora de energía y algo mágico, inexplicable, libre, suelto y bien cantado. Cosas no muy frecuentemente encontradas en nuestro rock nacional”, dijo.

Por otra parte, la fotógrafa dio su punto de vista con respecto a Luca. “Era un tipo especial, sencillo, abierto y loco. Luego de tocar siempre bajaba del escenario, se sentaba a hablar con todo el mundo en una mesa, con una cerveza o lo que sea, y te hacía reír con sus historias europeas…daba todo, era de una generosidad increíble sobre el escenario. Creo que terminó como tenía que terminar, para los que dan casi su vida en el arte”, señaló.
















sábado, 7 de enero de 2017

http://poetasaltuntun.blogspot.com.ar/


No puedo expresar con suficiente fuerza, si es que alguien està leyendo este blog, que LEAN ESTE OTRO BLOG.

http://poetasaltuntun.blogspot.com.ar/

Porque, ete aqui, que (dos puntos):


Admito aque miraba con envidia este blog. No lo miraba: directamente le ponia mal de ojo encima. Como una coisa sagrada, àurea, como un... Porsche, como una flecha bizantina, con toda el alma. Decìa: loco, estos pibes son buenos. Hay cosas grosas aqui. Creo que lleguè al blog buscando pares, o misfits, o outsiders, o locos, o imbèciles, o payasos o directamente crucificados y lengueteadores de helados. Encontrè todo eso y mas, mas algunos seres sintonizados como Damian Lagos Fernandoy y Carolina Rack (Rubios Naturales es un poemario bardero y maravillosamente real, se puede tocar con la mano el quilombo) (hay bardo interneteano y todo). En suma: movimiento de tierra. Al principio la coleccion me pareciò asombrosa: me hacia entrar de vez en cuando y mucho mas a menudo que otros sitios y definitivamente era mas excitante que mi casilla de Hotmail. Hay voces aqui, me dije. Hay gente tratando. Hay sangre caliente. Hace unos dias, German Arens me puso en la lista con un par de poemas fugitivos que Dios sabe de donde vinieron y solo el Diablo sabe a donde van. Hasta tiene errores ortograficos yde "cut and paste" que ni me diò la cara para decirle al tipo que los saque, ya que son culpa de mis dedos mochos, mi impericia general y quien sabe que otro lùpulo y el extasis de saberme compartido y compartiendo. Que mierda, si parece un speech de aceptaciòn del Oscar. Al carajo. Para mi, es el èxtasis en la estratosfera, foto ridìcula y todo. En un tiempo donde poco y nada tiene sentido y todso parece payaso que gime, està esto. De afuera podrà parecer una minusia, pero para mi es todo, es el carrete extra que faltaba en muchas cosas en los tiempos de interrogante que parecen perpetuarse en este viejo y muy derruido departamento. Chas gracias, de corazòn. Son esas cosas que te salvan el dia, y algunos dias mas despues de ese dia, vistes vos?
http://poetasaltuntun.blogspot.com.ar/

Bah!



Bebo dos cervezas. Tengo una tercera. No bebo.
No suelo beber. Las cervezas me beben a mi.
Cual es la poesia en esta jeringoza? Mi cuerpo
sufre las calamidades de las onda neuroticas de mi mente.
No tengo medallas. Estoy ausente. Mi familia abre pan dulces.
Es el 7-1-17, Todos se han ido. Guardo esta gema podrida para mostrarsela
a la muerte. La muerte quiere verme. Golpea la puerta con dedos huesudos.
A veces fue una mujer, a veces un amigo. Estaba con el agua al cuello.
No podia actuar. Estaba solo. Me desentendieron. Esto no es catarsis.
Me he repetido que no son cartas suicidas. Porque las cartas suicidas
nunca funcionan: no describen bien la situacion porque el suicida
ya ha encontrado la respuesta a todas sus plegarias: el fin de las cartas
suicidas. Mi padre lo hizo. Lo harè yo algun dia, tarde o temprano.
No es mi cabeza, no es mi corazon. Son estos alcoholes que tomo por
necesidad extrema en mi soledad forzada, en mi arresto domiciliario.
Acaso se me ha olvidado en lo mejor de mis epocas. Nadie me conoce.
Tengo una hermana que viaja en un Fiat hacia un gran supermercado.
No puede ofrecer sexo. No puede ofrecer un amor completo. Congelada.
Soy el perro, la correa, el palo, el gemido. Mis mujeres nunca lo sintieron
suficientemente. Una a una desaparecieron. Fueron mas fuertes.
Una musica debil se deja escuchar mientras Balvanera me perdona la vida.
Una musica debil y letànica se escucha mientras Balvanera vè como se
extingue mi vida entre los macaquitos y las putas rollizas. Yo no les
hice nada, cuadricùlo este poema con la inquietud de cuanto durarà
el «numbface» de estas Iguanas con sabor a mentol y color de orines.
Hay algo mas, deberia decirtelo. Mi rostro transparente nunca dejò de amarte.
Aparte de eso, solo fueron cartas suicidas, de las amorosas, de las que
huelen a ajo y provenzal en un departamento destruido por el tabaco
y la humedad y la negligencia administrativa. He fallado. No he sido
el peor, pero se me ha dicho que vaya al rincon. Todas las mujeres con
impecables soleros nunca han venido. Las otras, han visto el payaso
hebefrènico, al azucarado al hombre que estaba al limite aùn con una sonrisa.
Ellas eran mas fuertes que yo: pensaban que la vida era tan simple como
deber vivirse. Lo hice por mi y lo hice por ellas. Se fueron.
Ese punto seguido despues de «lo hice por ellas" lo dice todo. Seis sillas
y un sillon, vacias. Un amplificador en el sillòn de mimbre y una cumbia psicopàtica de fondo.
Hago lo que puedo. Mis bìceps no pueden moverse mas. Desfallezco.
Hay melodias maravillosas en los cerebros de los malditos, pero
nadie se acerca: solo quieren maravillosos libros con impolutos lomos.
Ete aqui, este que suscribe, nunca publicado, o casi. Soy un hombre, y
soy esclavo. Curtite, estoy perdido en accion, desaparecido, devanado
al susurro como un diente de leòn en una brisa caliente y perfecta
de un verano perfecto. Me hago un esfumatto y languidece el suave
piano en un caso de tuberculosis, amarilla, suave, delectable.
Adios, amiga, amigo, adios. Es el fin
del poema.

miércoles, 4 de enero de 2017

4 de enero, 8:43 a.m., 2016, Balvanera. Argieland. Tierra de putos. Indiada tipo Samsung 4G.


No tengo ni idea de que es la poesia, excepto de que uno lo pone en columnitas. Porque uno va a comprar algo, viste? Algo que uno no tiene, que te falta. Puede ser una bombilla para la iluminacion o papel higienico para sacarte la mierda. O papas para el hambre. Hambre es. Uno no para. Se te hace carne. Puede ser lo mas estupidisimo del mundo, pero uno baja las persianas o corre las cortinas para ver el afuera y el adentro mejor. Es una suerte de musica. Es algo que te lleva a desempolvar no solo una maquina de escribir, tambien la maquina te desempolva a vos. Estas veinte años haciendo poesia de la buena y un monton de la mala, pero esa maquina nunca te echa de al lado, no te reprocha, no te caga. Un gran invento de la industrializacion y la mecanizacion del trabajo en linea. Me gusta eso, la disidencia. Y me gusta andar al filo de eso, entre comprar un yogur o asomarme por el marco de la ventana a ver si ya empezaron a caer los misiles nucleares. A veces se pone jodido, pero me dijeron que hay una revolucion en marcha. A mi viejo tambien se lo dijeron mientras tipeaba con dos dedos en su IBM en la Caja de Prevision Social. Con su saco impecable a rayas, la gomina en el pelo, su gran nariz, sus manos sarmentosas de guitarrista. Tambien se lo dijeron a mi madre y a mis abuelos. Todos, mas o menos, sabemos que la revolucion està tardando. Està tardando mucho porque la mayoria hablamos de la revolucion y despues vamos y nos compramos media docena de facturas. Por eso a veces està bueno charlar con la viejita de abajo, con el pibe de la esquina con su boom box al taco, con la mujer de uno. Caminar por la calle un primero de enero y ofrecer cigarrillos a los que dejaron afuera del sistema, con las zapatillas rotas y un bebedero y una pastilla de jabon. No importa el calor. No importa que caiga este soldado otra vez. No importan los ruidos ni la falta de dinero. Ya comemos bastante caca, asi que con unos Guaymallenes y un poco de cerveza y las persianas abajo se està bien. Estamos acurrucados esperando o el mazazo final o un beso en la oscuridad, y ya no importa de quien. Hay que poner curitas y pancutàn, el diablo anda hot y està en la tele. Tiene un saco plateado de lentejuelas y me ofrece el pronostico del tiempo. No lo necesito. Yo tengo mi propio pronostico. Me esperan las montañas con su silencio y su enormidad pètrea y bondadosa. Me ofrece ambos sus senderos y sus precipicios. Es sincera, una montaña, en especial en una tierra pululada por enanos mentales. Tengo mis Baltimore a la izquierda, una birome en el medio al lado de dos encendedores rotos, dos pares de anteojos. Un tarrito con tornillos y cueritos de canillas. Entra un viento fresco por la ventana. Carla duerme. Ella es valiente y tambien se pregunta por la revoluciòn: dos llamados al dia para el reproche umbilical de rigor. Tiene un corazon del tamaño de una casa y esa casa me abriò las puertas a mi, que estoy lleno de cicatrices. Se merece al menos cuatro facturas bien frescas y recien hechitas. Yo trago mate y escucho a Aerosmith y estoy a punto de meterme en una camara de aislamiento tipo Estados Alterados o de enchufar la viola y volarle la cabeza a todos los macaquitos del barrio pa que aprendan. Mentira, no estoy escuchando a Aerosmith, estoy escuchando la version que hice el otro dia de What it takes.
Es loco, me olvido las letras todo el tiempo pero las que aprendì de joven en los noventas me las acuerdo a la perfeccion. La revolucion tenia el rostro fresco y rosado y vital, se abrìa los labios vulvares, sonrojàndose, detràs de un kimono de stickers indies. Prometìa todo un viaje. Cumpliò. Nunca he de olvidarme de eso: la raiz està fuerte y serà resiliente como un Panzer y me mirarà desde el espejo hasta el dia final. No quiero que eso muera. No se va a morir. Mi cuerpo y el de ustedes es finitesimal, pero esa revoluciòn se queda, con su sonrisa de buscona, como en un poster de 2da guerra mundial, con su bìcep arremangado y la sonrisa de una fisicoculturista que bien podria partirte los dientes de un pestañazo. Las revoluciones son asì a veces: porque te quiero te pego. Mientras tanto buscamos esa marcha escondida en el mecanismo secreto de la caja de cambios del Citröen 2CV. No nos olvidamos de esos paseos de niño cuando nos asabamos en ese asiento de cuerina. La columna persa en la Costanera Sur pasando fugazmente y nunca olvidada. El terreno ganado al rio de la Reserva Ecologica. El algodon de azucar. Encerrados en el baño como escarmiento. Los soldados de plastico. Las tortas de cumpleaños. Los mates mañaneros de hoy ya grandes, la musica, la lucha, el torniquete en la garganta, los cementerios como ultimo bastiòin del respeto, el paso del tiempo, el paso por los hospitales, el Paso de Borgos, el vampiro de la autocensura, las mujeres, los besos los polvos los abrazos, todos los puloveres de lana virgen y prìtina que desaparecieron de nuestras vidas y nuestros inviernos, tan gèlidos e inmateriales como todos nuestros juguetes desaparecidos.

lunes, 2 de enero de 2017

Para Carla, que se lo merece

En nuestro refugio privado 
donde vemos las estrellas pasar fugaces y caer. 
El den, el nido. La copa del arbol para el bosquìmano. 
La idea de como nadan los patos en un lago. 
El sueño, anoche, entre vientos frescos y fuertes, el 
silencio de la ciudad, el cansancio del cuerpo despues de la paliza de fin de año. 
La idea de como pinta sentado un indio sioux. 
La luna a quien nada ni nadie la conmueve. 
Un leve mordisco en tu hombro, caricias en tu pelo, en tu cabeza 
recostada sobre la almohada/morada. La melodia cintilante. 
Quemarnos en un abrazo. 
Arder en nuestro tiempo dentro del tiempo de todo los tiempos. 
Somos los niños de principio de siglo y hacemos danzas nuevas con arrugas viejas. 
Tenemos la fugaz e intensa necesidad de sobrevivir.



                                                                            B.A., 2 de enero, 2017, Sudamèrica