sábado, 18 de abril de 2020

Buenos Aires, a donde mas? - 18 de abril, 2020

Ayer.
Me invitaron a hacer un directo por Instagram.
La cagué.
Ebrio, sin dormir, pasado de rosca, afeibrado y atemorizado.
Me dediqué por media hora a gritar, gesticular, comosi fuera un sordo. Me olvidé las canciones, las aullé, estaba ciego de cerveza. Miedo. Panico. Practicamente no pude actuar.
Hoy a la mañana. No tengo el valor de ver ese video. Siento verguenza e ira. Apatía. Sinceramente creo que las canciones van a menguar. Me siento un loser. Me veo mal, me siento mal e interactúo mal.
La interpretación en vivo no es lo mío. Me da bronca y tristeza.
A la medianoche, vomité al lado de la cama. Un charco de un metro de cerveza, mate, café, bilis, pedazos de ananá de un sandwich que comí, atún, galletitas, bilis de tabaco.
Todo esto de la pandemia es un mal rollo.
Gracias que tengo para comer. la vibración en el aire es afiebrada, trémula, hay una gran opresión.
Aún así hay gente que la rema con gracia. Bah, no con gracia. Con astucia. la astucia de permanecer fuertes con la habitual estupidez. Con sus cosas, sus tics de comfort.
Tal vez son mas sabios que yo. Tal vez yo no soy sabio. Tal vez lo que aprendí está mal.

Todos los dias, a las 10 de la mañana, una mina sale al balcón a hablar por telefono, vive enfrente. Es insufrible. Me dan ganas de pegarle un sopapo.
Entiendo que todos, ahora, somos como animales enjaulados.
Ahora son las 11 y 5 y ya tengo ganas de volver a la cama. En la pieza hay olor a vomito.
Un renovado sentimiento de tristeza, frustración, dolor por mi mismo, por mis limitaciones, por las cosas que nunca podré hacer, por los abrazos débiles que daré a medida que pase el tiempo.
No todo se ve mal, pero todo esto es un mal rollo del re carajo. No sé que hacer por mí o por la gente que quiero.
Dios salve a los que puedan contenerse de darse la cabeza contra la pared cuando la vida les da la espalda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario