viernes, 4 de septiembre de 2015

1983

Recogiendo almejas en la playa
pequeño cuerpo mio ten piedad de mi futuro
pequeño short, cabello rubio
ten piedad de mi acontecimientos fatales de mi espera
pies en la arena mojada mientras cae la tarde sobre el mar
el mar es rojo como sangre el cielo es rojo como el mar
toalla en mi espalda en la silla de pensamiento
el niño ha sido alejado de los malos humores
las ideas han sido aplacadas con leche chocolatada
y suave algodon perfumado de salitre
no es un poeta no es un escritor no es un músico
no sirve de mucho pero es maleable
se le puede ver en la cara las marcas de los sermones y las mieles
tiene los ojos vivos y los cuervos de las ciudades lo harán pedazos
le abrirán la carne tierna y sin tatuajes con los picos y le
harán una oferta que no podrá rechazar
y cuando vuelva al candoroso y seco tedio del hogar
de los abuelos se abrirá la cabeza manchada en un llanto
terrible porque sabrá
por los cuerpos virgenes arrojados al la furia de las aguas
rojas donde se disuelven podridos por el tiempo y la boca
ancha de los pequeños peces metalicos
pingüe trueque maníaco a los pies negros de la marina criatura
azadón de pena lo que se me viene
en suma, y conteniendo y musitando con la boca de un muerto:
porque sabrá.

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