martes, 24 de septiembre de 2013

... Y era mejor que nosotros

Tenia la porra crecida y encima era cabezon
el pelo de un rojizo que se realzaba con la melena cortada
a la taza
pero el corte siempre le salia mal
era tan grande la cabeza que ni siquiera le deciamos eso de que
cuando terminaba el juicio al peluquero

era demasiado amable, se entregaba demasiado y habia
llegado al ultimo año de la primaria
era despierto pero un tanto extraño
no encajaba
era como un muñeco de torta
demasiado bueno
demasiado extraño
demasiado entrañable
para un colegio donde todos los chicos y chicas
eran los hijos de los capitanes del proceso
y las hijas de las porteras

y este tipo tenia doce años
pecas
los dientes grandes
pelo rojo
casquete de pelo
la corbata azul
torcida
los zapatos negros
y queria unirse al grupo
pero nosotros nos conociamos de varios años
y ya no habia mas lugar

su segundo nombre era Atilio
Emilio Atilio Gimenez

no lo busques en facebook
no està
no lo necesita

era demasiado bueno
lo gastabamos a mas no poder
a el y al gordo Pablo
y una vez
Emilio quiso estrangularme por gastarlo
y en los ojos no tenia un brillo asesino
sino el brillo de quienes sufren
de quienes son castigados
manchados por la violencia
de otros

Y cuando dejamos el colegio me lo volvi a encontrar
ya de mas grande
seguia siendo cabezon pero era mas
alto que yo
veinte kilos menos que yo
seguia vistiendo de manera muy formal
pero estaba VIVO

Se paraba en la ventana de un kiosko
hablando con la kioskera
una morocha delgada y fina
de rasgos finos y voluptuosos
una morena argentina
que estaba casada
con un idiota con
cara de bulldog
y el coeficiente intelectual
de una aspiradora

nunca bebia cerveza con nosotros
no lo tratabamos ni lo
dejabamos de tratar
no eramos amables
o violentos con el

El se paraba ahi afuera de la ventana del kiosko
y le hablaba a la mina
con una mano en el marco
tal vez cruzado de piernas
de vez en cuando mirando hacia otro lado
por la tarde
hasta que caia el sol
mientras las viejas casas
del barrio eran demolidas y reemplazadas
por lofts para yuppies

mientras nosotros nos mudabamos
mientras los rubios nos echaban
el hablaba
y hablaba
y supongo que a la kioskera
no le molestaba
y al marido
tampoco
o no podia hacer nada al respecto
a su
determinaciòn

Ese idiota al que nadie queria
que se devanaba el seso por las noches
decifrando
aburridos circuitos electronicos
en su delantal gris
que pensaba acostado en la cama
por la noche
una noche que era toda
de èl
que no tomaba alcohol
que no fumaba cigarrillos
o marihuana
o necesitaba escuchar canciones de rock
se ganò a la mejor mina
del barrio
se la mandò a guardar al kioskero
y se echò un polvo por amor
genuino
cosa que nosotros no habiamos
hecho nunca
mandando a cagar a todos los idiotas que
pensaban que eran muy
"rock and roll"

yo incluido.

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