domingo, 2 de marzo de 2014

36 bis.



Volvì del cafè sintiendome muy extraño. Navegando calle arriba hacia mi habitaciòn-catafalco sintiendome harto de todo, demasiado solo en un grupo ya de por si bastante reducido y friccionante. No tuvo la mejor idea, esta gente, de decirme que soy un sadico masturbador delante de la gente que sufre. bueno, si te gusta darle de sopapos a tu pobre y enclenque padre septuagenario y que encima se te escuche decirlo, con evidente regocijo justiciero, y que uno se calle la boca sin chistarte falta... allà tù. Supongo que te falta un amor. Lo dije y lo seguirè repitiendo: aquellos libros del romanticismo francès solo apachurran tu sentido del disfrute. Querias sufrir? Sufrìs. Querias congoja? Lo hacès en el sentido clàsico, de maricòn de zaguàn de ultratumba, con mil sufrimientos. Con relajar la espalda y poner media sonrisa en el lugar adecuado tendrias un millòn de culos. BUT NO!
Y los postulados.

- Me deshice de este y de este otro proque son personas tòxicas a mi manera gentil de ser. Uno es demasiado generoso.

Sep. Das todo de vos.
- Cuando se enteran de que uno tiene un pasado psiquiatrico, todos se van a la mierda.

Es verdad. Pero uno cambia un veneno por un veneno mas dulce y mas lento. Vos mismo.

- No entiendo por que uno va por la calle y tiene que ver a estos chicos bonitos repantigarse en sus putas caminatas mostrando sus torsos trabajados en gimnasio. Acaso no saben lo que es tener un cerebro? Una mente?
- Stanley, la mente no se puede ver a menos que les hables.
- Que les voy a hablar si es uno mas puto que el otro.
- Vos tambien sos puto, y ellos no pueden ver tu mente.
- Creo que es hora de que volvamos cada uno a su casa. Esta zona es peligrosa. Barrio Parque es peligroso. A mi me robaron, lungo como soy, en la bajada de Plaza francia. Me sacaron un cuchillo en la nariz.
- Pero Stanley, aqui cenan millones. Hay securities por todos lados, se estan haciendo una pelicula de Woody Allen con nuestros paseillos.
- Puede ser. Yo trabajaba acà en uno de estas mansiones. El palacio Belloques. Era cadete asistente de el dueño de este lugar. Un año y medio trabajè acà. estabalo mas bien hasta que me enfermè. Para la cena de fin de año, estaba tan agustiado, tan paranoide y enfermo que no pude proferir una sola palabra, mis compañeros de trabajo me miraban como si estuviera loco. no dije una sola palabra. Tenia dieciseis años. Seis dias despues me internaron por primera vez. Y conocì a ese psiquiatra hijo de puta que me retorciò la cabeza y me hizo mierda. El doctor Pardòz. Hablaba con una voz de maricòn... la voz aflautada como la de monseñor Laguna. Pomposo forro de mierda, seguro que era marica. Me dijo que yo era esquizofrènico. No soy esquizofrènico. No soy esquizofrènico, idiota. Soy BIPOLAR.

Las casas son geniales aqui. El lugar mas caro de la Argentina. No se puede ver sus interiores. Solo un atisbo de luces mortecinas. Construcciones suntuosas y antiguas, setos, rejas con paredes de metal, placas de bronce pulidas a escupitajos de negro, impolutas. Embajadas, oficinas de repartos privados. Museos. Quietos. Riqueza impenetrable. Tiene un aura de irrealidad. Garitas de plastico grises con radios prendidas adentro, muy calladitas. Hombres burdos ùtiles a los amos de la guerra rascandose los huevos en uniformes de lavandina en sus pequeñas garitas.

- Ok, sos bipolar.
- Si, y necesito echarme un polvo yà.
Se rie.
- Perdon stanley pero no puedo ayudarte en eso.
- Dale puteto, si te cabe...
- Chupàla.
- Dale.
- Pero que tipo imbècil... conseguite un novio...!
- Ya quisiera pero que voy a hacer? No se como.
- Andate a la sede de la Comunidad Homosexual Argentina y seguro te regalan una membresia de por vida mas un voucher gratis con diez mil pijas de regalo..., decile sì al amor, Stanley.
- No puedo. No me quiero enamorar. Cuando tenia dieciocho años me enamotrè de un francès. Y despues me enfermè.
- Te lo cojiste?
- No.
- Te lo tranzaste?
- No.
- Era gay?
- No.
Y entonces para que sufrias tanto por un tipo asì?
- Porque estaba re bueno. Rubio, alto...
- Ok.
- Desde esa vez nunca mas me quise enamorar.
- Y te cortaste los huevos. Està lindo enamorarse. Jugàte. Uno nunca sabe.
- Y vos quien sos para decirme eso? Siempre estas penando por ahidiciendo lo pelotuda que es tu mujer.
- Todas, Stanly, todas.
- Bueno, vayamonos de vuelta a Starbucks. A charlar. Acà nos van a afanar.
- No pasa nada, querido...
- Si pasa: que sos un pelotudo, me haces hablar de cosas que no quiero hablar. Sos un sàdico. Todos son unos soretes. Damiàn hace lo mismo. Hace nueve dias que no lo veo, es una persona perniciosa para mi salud. Es algo que descubrì. Ustedes no muy sàdicos
- Estas seguro que no era gay el francès?
- BASTA!

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