domingo, 26 de enero de 2020

Buenos Aires, 26 de enero, 2020


Fumo 4 a 5 paquetes de cigarrillos por dia. Los compro al mayoreo a principios y fin de mes.
Como aproximadamente 4 empanadas y una pizza chica, mas cerveza y golosinas o galletitas por dia.
Gasto entre 250 y 600 pesos por dia en fabricar caca.
El inodoro no huele a baño, huele a letrina.
Me cuelga la panza, tengo el culo hundido para adentro, se me cae el pelo. De vez en cuando lloro, pero ultimamente me cuesta, me ahogo, parece una actividad inútil.
Casi nunca atiendo el telefono de linea.
Lentamente me voy quedando ciego. Soy adicto a la internet. La pantalla del monitor y la lampara que tengo al costado me han dañado la vision, ya no puedo leer libros con letra chica como hacía antes, iuncluso en la penumbra.
Amigos? You wish, con la manga de locos que conocí mejopr perderlos que encontrarlos de vueltao conocer otros.
Garchar? Veremos. Pornografía es mi nueva novia, o mi otra novia.
Tomo dos medicaciones psiquiatricas a la noche, a veces tomo un miligramo de clonazepam y a veces 40 gotas de valeriana cuando no me siento muy bien. Tres aspirinas por dia para prevenir. La ultima vez que fui al medico me dio pildoras de fenofibrato y atorvastatina, mi colesterol esta en 330 o 340. Pasé de pesar 89 kilos a 97. Mis rodillas no existen. Tengo un ventolín en la parte de arriba del botiquin que me recetó un medico de ambulancia el invierno del 2018, tengo un hongo sangriento en la parte exterior de mi pié izquierdo.
Desde 1994 he hecho alrededor de tres mil canciones. Cuando me mudé a este departamento en Balvanera, eramos cuatro: mi padre, mi abuela, mi hermana y yo. Mi padre y mi abuela han pasado a mejor vida, mi hermana vive el el norte de la provincia y yo quedé solo aquí. nadie viene a visitarme, cosa que muy raramente resiento. Cada uno hace su vida lo mejor que puede.
A veces quisiera ponerme un jogging y salir a caminar hasta el rio, de noche y simplemente tener la autorizacion de la ciudad para soñar nuevos sueños, entrar a lugares donde no puedo entrar o no puedo pagar o no me animo a entrar.
A veces tengo fiebre, ataques de pánico. Ataques de ansiedad. Ataques de miedo y de incertidumbre extremos.
Tengo cuarenta y cinco años y medio. Estoy pensando en el siguiente paso. Pienso y pienso. El sentimiento de impotencia es ironicamente, imponente. Siento mis hombros pesados, la grasa de debajo de los brazos friccionar contra las axilas, en un pegote de sudor pestilente. Si, soy uno de esos gordos que suda feo. Ok, no es una imagen muy bonita.
Mi frente se ha hecho amplia, pierdo el pelo con mucha rapidez. La enfermedad mental, la bipolaridad o la depresión y la tragedia general en mi ámbito personal se llevó mi belleza adolescente tardía. Ahora que ya no soy joven me doy cuenta de como otra gente la disfruta a su salud y belleza enormemente. Yo ni me di cuenta por que esas gorditas querian tanto cojerme y estar conmigo, pero las cosas han cambiado, 20 años después. Tengo ojeras, bolsas, una gran papada blanca de un color blanco mortecino, cuando me afeito. Me afeito de vez en cuando, suelo dejarme la barba crecer por meses, cuatro, cinco, pero después me pica y siento que me apesta.
Me faltan nueve dientes, creo. Tengo que sacarme un molar anterior que me rompieron cuando fui la ultima vez al dentista a arreglarme la muela de al lado.
Los dientes que me quedan estan amarillos como los de Austin Powers.
El estrés y la gordura me han achinado los ojos, que se hunden en la calavera entre la piel inflamada, afiebrada, y gorda.
Tengo un lunar creciendo en la barbilla, otro en la sien derecha y dos manchas marrones en la sien izquierda.
Soy una especie de sombra cabeza hueca que pelea contra el sol que se mueve en el Cielo.

(Vamos bien?) (Me hago entender?) (Estoy diciendo o haciendo las cosas mal?)
(Hay algo asi como la forma de un éxito en todo esto?)

Quisiera dormir unos tres dias seguidos solo para no tener la necesidad de volcarme freneticamente a el cigarrillo, la comida, los excesos, la catársis de las adicciones al pucho, a la paja, a la holgazaneria, a la perdida de expectativas, al desparpajado desprecio de mi mismo, de mi salud, de mis impulsos nobles, la adiccion a la falta de un cariño sincero hacia mi persona.
La adicción al hedonismo y al discurso torrencial solipsista. Me miro en un espejo negro, veo que abro la boca, la cierro, mis ojos se pierden entre luces que cesan, se apagan, escupen una sombra vestida de harapos, y olvido.
No amo lo grotesco, no amo la muerte, solo acepto el absurdo y la vulgaridad tal cual ha sido creada con tanto esmero en el ocio.
Basicamente, estoy esperando un momento de claridad.
O un milagro.

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