martes, 22 de enero de 2019

YOGA, MIND

Tener que escuchar a mi psiquiatra decir, DOS VECES, que la practica de la psiquiatría es un arte, y casi un acto de clarividencia.
La cereza en la torta.
"Te veo mejor".
Ir de Parque Patricios a Boedo caminando solo porque no tengo nada que hacer, comprar la medicación. Caminar abajo del sol, que es mi único amigo.
Decir estas cosas con una apertura que ninguno de esos cobardes insiders y la gente de afuera no tiene.
Relegar la sonrisa en pos de mi verdad.
Acostarme en el parque a quemarme la cara porque el fuego purifica.
Dormir a media tarde, despertarme a las 3 de la mañana, escuchar que entra por el balcón ninguna brisa y una carcajada cercana.
Dar el 100 por 100 corriendo con una pata de palo.
TeorizarME sobre el éxito exterior e interior.
Fumar.
Pensar en la grupa de una mujer extraña.
Rostros que ví, rostros que fuí.
El recuerdo de discurrir con libertad, solo suponiendo a medias las alturas aterrorizantes de la locura.
Yoga.
Marzo.


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