miércoles, 20 de diciembre de 2017

20-12-2017

Tipo 11 am, empecé a escuchar el ya tristemente familiar "tump... tump... tump..." de la "música " enfrente. no era una musica muy fuerte, pero mi oido lo captó y no me dejaba en paz. Voy abajo a buscar el ruido. Hay un nuevo negocio enfrente de mi casa, una casa de ropa llamada Musas. Un local chico y bastante desierto. Me paro en la entrada. La musica no está muy fuerte pero algo me llama la atención: si bien la musica está a volumen moderado, los bajos y los sub-bajos en la ecualización de la "música", si se la puede llamar así, está a niveles altísimos. Es como tambores insoportables llamando a la batalla de los idiotas. Me dije: OK, es así, voy a tratar de crecer en medio de todo este yuyo. Ayer no podía averiguar de donde venia el sonido, una vez que lo logré, aun así me sentí alarmado de que mi capacidad de escuchar cosas en un estéreo fiel está mermando. Me temo que me estoy volviendo muy infeliz y que esa infelicidad me lleva a un estado pre-psicótico o a un estado constantemente panicoso.
Para sobre llovido mojado, los salvajes de enfrente, los de Castelli 535, 1ro C y D, para ser mas específico (aunque supongo que es uno solo, o dos bailando con taparrabos y una chala), levantó la persiana y me agració todo el mediodía con mas cumbia basura a niveles a volumen insospechados: TODA LA CUADRA ESTABA QUE ESTALLABA. Por supuesto, a la gente de los alrededores no les molesta porque están metiéndose por las venas esta porquería todo el dia, incluso en estos dias tan tristes para el país. Es el ritmo del tambor del barrio. A mi me daban ganas de llorar. Eso, o pienso en aviones, en viajes, por supuesto que pienso en mudarme, pero a donde? Abajo de una piedra como un insecto rastrero? Para el momento que llegó Carla a casa a verme, yo estaba con media birra encima, un refuerzo de la medicación del mediodía y los nervios destrozados y la moral por el suelo. Yo quisiera un poco de ayuda responsable de un médico con vitamina y profesionalidad. Estoy harto de atenderme con estas núbilas boludas de 27 años de edad con cara de poker que ni siquiera entregan su alma cruda. Me irritan, los doctores jóvenes. Manos impecables, manicuradas, experiencia cero, cero calle. Me pregunto cuanto voy a poder aguantar. Pobre Carla, en un momento se levantó y me dijo que se iba, ofuscada por mi tristeza y mi estado lamentable. Estaba enojada, porque se da cuenta que cuando estoy en un estado de pauperrimidad nerviosa, paranoide y completamente fuera de control de mis facultades básicas no puede ayudarme. Escapa a sus habilidades, aunque es una luz en la oscuridad, siempre. Y ella sufre conmigo y por ende se ofusca, no me deja abrazarla. Precisamente por su propia dolencia, elabora su dolor siendo fuerte en la manera en que ella puede actuar su fortaleza. Y verla a ella sufrir con mi sufrimiento es el castigo de los dioses mas grande que se me ha dado y el que doy a los que me aman, que hacen agua de la piedra para verme feliz, y aun eso es insuficiente.
Es como vivir en una guerra con un bombardeo constante. Le ruego a Dios que no me deje flaquear adelante de los que amo, o lastimarlos con mi pena o hacerles penar por mi sufrimiento. En este momento veo una pelicula (Gandhi) para levantar mi moral. Estoy mateando. Gracias por el mate, Diosito. Fumo mucho. Perdón por el daño que les causé. La gente no tiene compasión. Admito que estoy alterado y que me he corrompido, pero ahi afuera es lo mismo. No hay voces verdaderas entre ellos, solo espasmos neuróticos y ni un ápice de espíritu altivo. 
Estoy en el planeta equivocado. Necesito hermandad. Y vivo muy solo. Quiero mudarme de acá, pero necesito vender el departamento, mi hermana no responde mis mensajes de Facebook hace tres meses. Me quiero ir y no me dejan.

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