jueves, 8 de septiembre de 2016

LA IRA, EL VINO Y LA CERVEZA, Y EL SOL SE QUEDÒ DE VACACIONES EN JAPÒN

Como podrias describir el infierno?
Tal vez es una ira externa
que te consume desde los cabellos de los brazos
entra en tu espina y te arquea hasta matarte.
No hay a veces remedio para tal dolor
para el dolor de la mente y para el dolor
de la mente que guìa al cuerpo a
arquearse, a sufrir espasmos y  moverse
en la direcciòn equivocada
por culpa de esta furia.
Un dia te enteràs que aquellas pastillas y
que aquel vino y toda esa cerveza
a la noche te hacen companìa.
Cuando todos duermen, vos pensas
en como salir de tu infierno
cuando el sol cae y la gente se sienta
en sus sofàs con la televisiòn prendida.
Y podès ver las estrellas ahi a lo lejos
azules y frias y los rayos catòdicos las alcanzan
y lloran con vos mientras tu cabeza se apoya
en la etiqueta mojada de la botella y se
despega sin un sonido.
Entonces levantas la otra mano hacia el anotador y
la birome negra, y detràs està la lampara
y en la làmpara hay una luz y en esa luz
hay una rèplica de tu corazòn
mientras ahì afuera alguien està pensando en vos
haciendo planes, te aman desquiciado
partido al medio, pobre y enfermo.
No es el amor, y vos quisieras que el sol se
detenga para siempre del lado de Japòn
para que en Buenos Aires solo hubiera una
larga y sempiterna obscuridad congelada.
Entonces entenderían ese frìo.
Pero solo se comprarìan mas televisores
mas làmparas, mas caloventores
y aprenderìan nuevas formas de completar sus
planes y perpetuar la locura mientras vos vas a la
contra de todo moqueando fumando y levantando fiebre
y tu viejo televisor espera ahi en la esquina a que
vengan los carroñeros de la felicidad ajena
a llevarselo junto con tu ùltimo testamento
escrito con tus maravillosos marcadores chinos
siete colores del arcoìris. Y en tu corazòn tembloroso
hasta esto mismo pensàs: «Ojala me haya salido bien.
Porque me van a seguir hasta mas allà de la muerte».

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