miércoles, 15 de enero de 2014

Mi red social



Creo que para 1996 me hice una cuenta de Hotmail. Para el 2001 estaba tan quemado de jugar al Counter Strike dieciseis horas por dia en los cibers que tuve dejar de trabajar para dejar de jugar pagando y por ende, sin salario alguno, empecè a usar una compu tres horas al dia, rapiñando mp3s y mandando mails. Largas cartas ciberneticas furiosas, disertaciones one-on-one, e intercambios cachondos con señoritas de todos los confines del planeta. Recibì imagenes indeciblemente hermosas. Ella, a quien no nombraremos, no tenia una camara de fotos, asi que directamente, a pedido mio, se ESCANEÒ LA COSA y me mandò las fotos. Evidentemente habia usado su conchita antes de mandar el scan asi que la foto incluìa un maravilloso SQUIRT blancuzco sobre el vidrio del scanner. Por una temporada larga nos enviamos mails, ella era de los EE.UU y media un metro ochenta, lesbiana indecisa, ex soldado raso en un campo de entrenamiento militar. Se llevaba mal con el viejo. Nunca mencionò a la madre. Yo tambien me llevaba mal con mi viejo y no mencionaba nunca a mi vieja. (Lo mas importante que se pueda saber de nosotros està precisamente en las omisiones, los secretos, lo que no se dice, lo que dicta tabù).
Tuve un brote. Bajè veinte kilos. Seguia mandando mails, metiendome el los chats de MSN, adonde me insultaban los chilenos, me ignoraban los uruguayos y los argentinos directamente estaban poco interesados. PERO LEJOS SIEMPRE ES MEJOR. Por casi una decada perdì contacto con M., la encontrè hace unos años. Es el 2014. Las cosas salieron extrañas para los dos. Yo estuve en un par de instituciones psiquiatricas de las que apenas sali bien parado, y en Tribunales. Por un mail que mandè, muy florido e irascible, a una señorita irrespetuosa. Papi hizo unos pases magicos y me vinieron a buscar de la comisaria. No importa, hablamos de Ella, ok? Ella tiene una adicciòn a fumar metanfetamina, subiò diez kilos, bajò treinta, se quedò sin casa, vive en el garage de un amigo y en su avatar podemos ver una cabeza familiar y una pistola en LA sien. No me da gracia. Ah, tambien tengo un cuenta de LinkedIn adonde puedo ver que mi ex novia, supuestamente, tiene trabajo. Me gusta eso. No nos llevabamos bien al final. Me calzò una trompada cuando le ofrecì unos pesos y se fue en taxi a Bulogne a una pensiòn de mala muerte, con el mejor polvo que tuve jamàs y nuestro gato en una jaulita. Y una botella de whisky. Puedo recordar tenuemente (cada año que pasa lo recuerdo mas tenue, mas tenue...) que yo era muy feliz sin internet. Muy. Sin Facebook, sin Twitter, sin LinkShit, sin una concha. Bueno, sin una concha no era muy feliz. Pero mis pajas estaban santificadas. Mi intenciòn era buena. Ahora puedo ver noticias de los confines del mundo, pero la gente que me gustaba siguieron su vida, y no nos tocò una buena vida. Y yo estoy clavado a esta silla de mierda, zumbado y demente. Estamos muy cerca con esta merda cibernetica pero desfallecemos de soledad mas que nunca. Hace dos años que tengo un telefono celular, me sirve bastante cuando mi novia tiene un ataque de panico. Yo la escucho a la madrugada hablarme detràs de la medicaciòn, como un fantasma, hasta que se gasta la bateria. Los satelites envian gemidos de actas de defunciòn paquete de informaciòn por paquete de informaciòn hasta que no damos màs. Para cuando termine de escribir esto los celulares van a tener el tamaño de zapatillas talle 46 y tu cabeza va a estar achicharrada por la idiotez y yo voy a tener que preguntarme si todavia te amo. A vos, a ella,  a todos.
Queres conectar? Desconectate. Y si tenes tetas, tocame el timbre y lo hablamos, que donde comen dos, comen tres.

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