miércoles, 30 de octubre de 2013

La Vision de los Otros Ciclopes Sonrientes

Uno de esos momentos preciados en que no se atiende el telefono, en que no se hace mas que un momento de bailar con la cabeza en un antro de perdicion de tormentas, con el crucifijo abajo del brazo. Con la españolidad latente debajo del brazo que busca trabajo, en el que se abraza la sangre india corriente en el pulso de la sangre donde todos quieren acudir en su atontamiento, y esos todos son pocos, tres o cuatro, una multitud de piojos en lla,mas, si se me permite, si se me comprende

(Y aqui urdo un intermezzo, por piedad, solo por piedad!!!)


Uno los induce a un  pensamiento cachondo pero todos, los tres, los cuatro, los piojos, salen huyendo a por sus celulares aterrados y uno ataca retrocediendo hacia la cueva, y el telefono no es respondido, la television no es encendida, los caballos siguen corriendo potentes y sanguineos en una tarde argentina y uno queda indemne del insulto y la hermosura es tan grande que hay que ocultarla debajo de un «estuve durmiendo» «andaba cansado y decidì acostarme». Esto no es un localismo.


Yo se que tengo hermanos alrededor del mundo tan grandes como dioses con los ojos abiertos como cìclopes siameses, deleitados, maravilla toda en el silencio de las masas adormecidas, Ja! otros pasteles que han de comer con fruicion los perdidos de los perdidos los padres de los hijos buenos del mañana bueno


Ahhhh, ese tubo pesa tanto y lo que hay adentro

es tan ligero, tan suave, tan maravilloso ni siquera podria matarme,
y cuantas cosas yo quiero? O sì podria matarme?

Eh?


Como la pluma de una paloma que ya no existe

ya no existe...
Achalay
my brother...
Una vez mas con sentimiento desde la Balvanera que retrocede haciendo reverencia, que si, que si señor mio, que si, llegan las ambulancias, levantan el cadaver, ponen en una bolsa la cabeza, una mano, arreglan la desnudez con un trozo de falda manchado de masa encefalica, piernas, pelo blanco; la niche en el dia. Se toman datos, las sirenas vuelven a la nave madre, que es blanca y verde con una pintada de: GANA CARRIÒ a un costado de la puerta, la verja, la boca del monstruo mamà, se ennfrian los motores de las carrozas y sus conductores hablan mientras fuman en las puertas de los nosocomios de la misma manera en que yo hablo en vivo y en directo con mis amigos de pastillas, pastiches y arañas en algun lugar posible del cielo.

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