jueves, 24 de diciembre de 2020

Buenos Aires, 24 de diciembre, 5 am

me emociono. es de madrugada aun. Lloro porque fue un año muy duro para todos. No poder ni salir a caminar, mucha gente perdio su trabajo. Mucha gente murió. Aun cuando los ecos sordos de las noticias parecen devanecerse entre las columnas de famosos por ser famosos y boludas que muestran sus microbikinis, la presencia de la muerte voló por nuestras cabezas de una manera patente. Entonces, me quiebro escuchando a melero y tragando el mate cuando en realidad quiero beber y ponerme una antorcha en el ojete para quemar el rumiaje y estos grilletes que tengo en las narpies por el fatum de genes que tengo. Quiero mejorar,. Quiero hacer el bien. Abrir las ventanas y escuchar por una sola vez a Balvanera cerrar el orto por 1 hora. Basta de giladas. me rio y se me cae una lagrima, lloro y depsues me rio. Escribo estoy despues de vomitar. Escribo esto despues de ver un video de el interior del avion que trae las vacunas rusas. Escribo esto porque hace 30 grados en medio de la noche. Escribo esto porque el payaso se ha vuelto espanto, el dia noche, el sexo un llanto, las flores la cicuta. Escribo esto porque tengo dedos y la democracia me lo permite, como me permite fumar, beber, morir, llorar, estremecerme, ahora que ya estoy cerca de volverme muy viejo y muy cansado.

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