martes, 17 de mayo de 2016

4144 de expensas, el numero magico. No pagues. Me digo: no pagues.

4144 pesos de expensas. Si, (cuatro mil ciento cuarenta y cuatro pesos de expensas).
Me voy a dormir, completamente deprmido, diez de la noche. Me despierto a las once, escuchando ruidos. Voy al lavadero. Se llueve el techo del lavadero. Cae agua del techo. Subo al cuarto piso, me atiende la loca del cuarto. Le digo: pasa otra vez. Me dice: que cosa? Se me llueve el techo del lavadero, viene agua de tu piso. Otra vez? me dice. Si, otra vez, hace unos años te vine a decir lo mismo. Dice que no se acuerda. Supongo que petear mucho te trae Alzehimer (pienso yo). Su fea, nariguda, demente testa colorada. Me dice que hace una semana le hicieron la limpieza del desague que va de la bacha hacia el desagote del lavadero. Con una serpentina. Me dice que en una de esas jodieron el caño. Empieza a hablar y no para, me comenta lo de las expensas. Me quiero ir y no me deja. La odio. Me percato de que tiene la casa completamente modificada con agujeros en las paredes, ventanitas que dan al living, todo remodelado. Con razon estuve años escuchando martillazos contra las paredes. Ya lo sospechaba yo que esta tenia un palacete a medida de su liliputense cabeza.
Vuelvo a casa. Limpio el suelo de agua. Me mojo. Tengo frio. Me siento hecho de papel y de llanto . Se me ha dicho: silencio. Mi cuerpo cae, y las palabras se ahogan.
Empezaré a cobrar punitorios. Oh yeah.
Por primera vez en años, me tomo un clonazepam de 2 miligramos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario