martes, 9 de abril de 2019

Buenos Aires, 9 de abril, 2019 - Anteojos

Ponerme anteojos cambia mi humor por completo. Literalmente puedo ver las cosas un poco mas en foco. me di cuenta que estos ultimos... 27 años, disfruté demasiado de las sombras en soledad. Ya no puedo leer en la semi-penumbra del cuarto, no puedo enfocar sin gafas, no puedo leer a pelo. No puedo leer muy bien el celular. Usar anteojos me ayuda a enfocar en el monitor y no dejar la vista forzarse en encuadrar la pieza contigua en una elipse de 160 grados. Puedo leer mejor el monitor. Puedo leer libros con letra chica si me pongo las graduaciones mas grandes, o las mas grandes que he usado (1+). Tengo que ver un oculista. Hacerme unos grandes y ampulosos anteojos de comemierda pseudoliterato. "Oh si, leo un monton, escribo un monton. Cago literatura. En este mismo momento estoy tratando de averiguar de que la iba Rothko porque estoy leyendo un libro sobre disertaciones de Morton Feldman, de quien tampoco sé un carajo pero es la mierda de interesante, porque era un friki que la frikea y te frikea". Bajaste algo de la web? "Me afané todo, le debo a Zivals unos 3000 pesos en cds de alta definición". "Bien por tí". "Bien por todos, macho". En fin, estoy escribiendo esto sin ánimo de joder al "escucha". Si yo conocí a una persona, aunque sea hace 40 años, puedo escuchar su voz en mi cabeza con las palabras que yo lelija, con todo su caracter expresivo original. Tengo "imprint de audio". Es una de las pocas cosas que me gusta de mí, me viene desde segundo grado en que dejé de dormirme en clase y empecé a tamborillear los dedos en el pupitre en ese colegio de miserables hasta que me echaban del salón. Después esas maestras, pulcras, feas pero bondadosas con un halo concernido, venian a hablar con mi abuela, a tomar el té, preocupadas pero no afligidas. Mi abuela las recibia con sus manos sarmentosas y maneras férreas y aplomadas por años de yugo durísimo y hablaba cortésmente con ellas, sobre las cosas que parecían que sucedían no solo en mi cabeza, sino en las cabezas de todos.
Hablábamos de enfocar la visión, no? Bueno, ahí está. Veo bien, de vez en cuando. La visión debe ser objetiva y no buscar la belleza o el error, sino la mas pura verdad. Abrir la pupila con todo lo virginal que se pueda rescatar, sin pensar mucho demasiado en ello y dejarlo entrar todo, incluso significando esto un posible terrible daño irreparable. La verdad puede ser ora un manantial o una guillotina. De todas maneras, es siempre lo que decanta incluso después de siglos de terror e injusticia. Nivela el pico de la montaña y la hace mas afable. 
Una mano amiga, por supuesto, siempre ayuda, para prender el botón o llevarse la mancuerna. 
O afirmar el grillete.

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