miércoles, 14 de junio de 2017

DEMASIADOS LIMONES AQUÍ


Cuando me acuerdo de Mariano
(alguien a quien a duras penas conocí)
(pero en los loqueros uno ya se conoce a conciencia)


La cara inflamada por la medicación
y la tristeza
ojos vidriosos azules, pelo blondo, contextura
hendida y trágica
Le habia dado a ella una foto de su cara
de tiempos mejores
en la foto estaba sonriente, peinado, limpio
nutrido y querido


Entonces ya moraba en esa casita de desamparo donde todos
respetaban a todos, y era un insulto antes y seguro debe
ser una verguenza ahora que haya lugares donde
la gente no se grita los unos a los otros
camisa sucia con el cuello espachurrado
las bolsas en los ojos
una excusa de sonrisa
o una sonrisa por excusa
uno nunca sabe muy bien por que
a esta altura


esa cosa llamada sonrisa aparece en medio de la cara
si es que todavía te queda una
cara que donde ponerla si es que todavía te queda
una cabeza


Iba llendo ese dia al semi-internado donde me
revolvian el cerebro cuatro veces por semana
vi a los bomberos en el paso a nivel
El joven poeta habia olvidado de olvidarse de
las razones equivocadas
el tren estaba parado a unos cincuenta metros
pasando el cruce de peatones
y el joven poeta estaba esparcido aqui y allá
debajo y arriba


Escribia sonetos y poesia rimada
habia sido premiado
mi ex-mujer tenia copias de esos poemas
yo los habia leido y si los tuve en mi casa
ya no los tengo
no porque fueran muy malos
ni porque fueran muy buenos
poemas sobre limoneros
empezaba con limones y
terminaba con limoneros
me hacia acordar a Lorca
Lorca y Mariano terminaron
en una zanja por tratar de ser
hermosos


Caminé unas cuadras a la izquierda
crucé por el tunel que va por debajo de la
Estación Carranza
hice dos o tres cuadras hacia el sur
rodeé la escena de la tragedia solo para
defenderme de eso
porque yo ya estaba muy cerca tambien
volví hacia el nosocomio
hice mis preguntas
me respondieron algunas y algunas de esas
preguntas
esos hijos de puta psiquiatras hijos de una gran puta
todavia me las siguen cobrando
esos intrusos que una vez que entran en tu alma
te meten un dedo en el culo y lo dan vuelta
y hacen que te guste


El apellido era Newton
cara roja y ojos azules como el agua de la lluvia
en un cristal mugriento
edad no especificada, lejos de los treinta
panza residual el pelo revuelto
hijo de una buena familia
o habia una familia adentro de ese buen hijo
vos y yo sabemos que los poetas nunca tienen
una buena familia
ni nacen en un mundo bueno
el mismo mundo que los pone en la carcel
en un loquero
en un cuartucho de beneficencia
los locos, los putos, los comunistas
los pervertidos, los esmirriados asistentes
de los cines pornos y los puterios
los nerds detrás de sus gafitas ensangrentadas
la enana de una sola pierna
la gorda que se sacaba solo dieces y que ahora
limpia oficinas cuando cae el sol en el
cementerio del distrito bursatil de Catalinas Sur
la chiquilla pálida que vendía dibujos a lápiz borroneados
en la noche de Balvanera con dos grados bajo cero
por cinco pesos y que nunca compré
la manera estoica y automática en que las putas gordas
y viejas de Plaza Miserere se paran contra las rejas
esperando a otro soñador estafado como ellas
alguien que pague por eso
los esnifantes de todo
los conocí a todos
los conocí a todos
algunos aún estan vivos pero esos son los menos
se esconden conmigo a la noche
algunos vienen a casa a tomar una cerveza
y los hago enojar porque estoy enojado conmigo mismo
(vuelven, porque son mis amigos)
y alguna vienen a dormir a mi cama
coge bien, ama intensamente, llora copiosamente
y la acaricio porque tiene el corazon de un rojo muy oscuro
se lava el pelo y a la noche duerme conmigo
con un ojo abierto y con el otro cerrado soñando
con pasos a niveles, nudos de horca, pastillas
flores de plastico, pañales sucios, drogas,
patios de escuela baldios donde juegan
los hombres y mujeres convertidos prematuramente en ceniza
que espasma
helicopteros rojos, jirafas rociadas con napalm norteamericano
y la sonrisa de mamá que es como la cabeza cianótica cercenada
de un chimpancé con esa mueca perenne en la jeta
misiles que caen en solares de azufre en el corazon de la infancia
trompos yoyós muñecas con los ojos dados vueltas con
las tripas llenas de discos rayados imparables
y limones
muchos limones
muchos limones sin milanesas debajo para comer
solo limones
gordos y estùpidos limones entrando en tu boca y en
la mia
contra tus dientes y en contra de tus lágrimas
uno por uno llenandote de infierno
ahi en el papel
ahi en el papel
ahi en el papel
y es estùpido y triste y mas triste y más estupido que antes
antes que la primera vez que pensanste en ello
en la niebla feliz de la juventud
y te asalta este sentimiento alienígena a todo por lo
que peleabas y resistias, no?
Y cuidado conmigo
que estoy suelto
aún y te estoy
buscando a
vos.



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