jueves, 11 de enero de 2018

BA, MIERCOLES 10, MIDNITE



UN TRIP

Larga caminata por el Bajo. Salí a comprar unas galletas y viendo que tenia el pase dije, me cago, me voy a la mierda. Subte hasta Além. Para abreviar, el paseo estuvo bueno, por momentos muy solemene por la calle Arroyo, sintiendo la electricidad silenciosa de esa zona, paqueta, bragueta, pero cuya ausencia de seres humanos agradecí enormemente. Galerias de arte. Por Dios, cuanta pintura berreta. Dan ganas de hacerse un comem--- artista plastico y vivir de rentas. Whatever. Agarré por Reconquista, envidié a los comensales, mas bien a los bebensales que a los comensales. No me gustó mucho la zona de Killkennys porque hay mucha musiqueta y perfumeta. Me perdí adrede por las zonas mas vericuetas, el pasaje Corinna Kavanaugh, la Iglesia de los Anchorena que la tenia toda dividida y arreglada, y ahi quien sabe donde mierda aparecí. Donde veia una avenida, agarraba para el otro lado. Inconscientemente, creo, estaba circunvalando por las adyacentes a Carlos Pellegrini, atento a zonas emocionales, a viejos resabios de recuerdos de juventud y agradeciendole al Dios Padre todas las aventuretas y los dias y noches romanticos de expedición y momentos pseudoamatorios. pasé al lado de una limousina con dos ursos al lado de las piertas, me pavonié y pasé muuuy lentamente con mi Baltimore en la boca solo para joderles las fosas nasales. Un bar bajando la pendiente. Bs As Nosequé. Muy chic, muy Sofia Coppola. nadie pero nadie parecía transpirar, ni una gota. Adentro y afuera. Como demonios lo logran? Yo veo una hormiga y pienso en liberar a toda la India de la garra rbitánica y estos tipos estan ahi todos impersonales y humectados por dentro y secos por afuera. Ni una cicatriz. tal vez una anorexica por aqui o por allá... bueno, eso si es una cicatriz de alguna manera. Lo imperdonable es lo feos que son. Parece que es un mal hereditario de los Anchorena Juncal. Ya pasando mas a el Occidente... Ví mujeres pasar al lado mío y me pregunté que pensarían de mi facha. Yo fumaba y paseaba a paso vivo, transpirando y sintiendo mis shorts caerse de mis inexistentes nalgas. Tengo culo de Yoko Ono, Carla me lo ha corroborado. Que vida rock and roll que llevo. De Retiro llegué a San Martin, de san martin a juncal, de juncal a donde estaba la embajada de Israel, después hacia Pellegrini, donde me fijé si en los containers habia fotos para Negativos Encontrados (sin exito), de ahí a Santa Fé (ya con las patas cansadas) donde se huele un tufillo mas mersa y definitivamente mas vulgar e impersonal, sin espiritu (Un carcamán cetrino con cara de cenicero y ojeras de goma pinchada mantenia sobre la mesa y a un costado a su posesion mas preciada: un caniche negro con ojos inexpresivos de canica, al lado de ellos, el adorno inaprensible de... su señora esposa. La de el tipo, no la del caniche); ya en Santa Fé pasé por una casa de guitarras que algun dia voy a reventar con una ganzúa y una combi, de ahí subí buscando la puerta de el pub Naranja Verde (Lugar cool con bandas cool)(pequeño pero comfortable al que hay que ir borracho ya que la birra cuesta un huevo). Y de ahi hasta Pueyrredon con el ultimo cigarrillo, directo, donde me tomé un 68 que garronié en una esquina (aire acondicionado) y me bajé a tres cuadras del barrio/meadero donde vivo. Ahora estoy chorreando sudor escribiendo esto. Se está muy silencioso. Un vecino baja la persiana. Probablemente la viejita de abajo. Tengo las ventanas cerradas. Mi cuerpo se alimenta de chicles, dioxido de carbomo, metano, cianuro, tabaco paraguayo y sueños rotos, y no me importa. Mentira, si me importa. Mi vida no es mala ni buena, pirulea en el techo de alguien mas clamando por derecho a tener una sola alita al menos para volar. Son estas horas tardías afuera de las fiestas ajenas las que me dan ímpetu y coraje para pensar que tengo derecho a ser incandescente y vibrar. Tengo que salir a caminar mas a menudo, a transpirar mas a menudo, a cirujear mas a menudo, dejar que me bañe de magnetismo la luna y que se rian de mi con sus esqueletos de titanio todos los aviones de todos los aeroparques del mundo, aunque me coman la frente y todas las noches sea una pulseada con la muerte que ni la misma muerte, QUE SE MUERE DE EMBOLE, quiere pulsear. No pasa nada, solo queria decirte que esta noche una buena porción de la Capital federal, o por lo menos una muy augusta, fue mía por unas horas, y que me sentí importante desgastándola con mis zapatillas, y que fui Rey y te vi venir desde abajo de la colina, habias dejado tu casa para que te abrace y para decirte que no está muerto el Reino de los Sueños.


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