viernes, 11 de noviembre de 2016

TENEMOS LOS TANQUES







TENEMOS LOS TANQUES

Podriamos desayunar en el parque
desnudos de cobre
pan - mortadela - mayonesa - queso fresco
sol hasta en el upite
mientras la ciudad muerta somnolece
podriamos asaltar las companias de grúas
o una barraca milica
pasar con los tanques las rejas que nos separan
de los animales transpirantes
echarnos en el pasto
en el ultimo dia de la vida
desolaciòn y ausencia de muchedumbre y gentuza
y podria darte un bocado de mi sanguche
en la boquita
mientras la mañana nos lame la cara con
torridez y con silencio
mientras el pasto de el Regimiento de Patricios
crece entre las lajas abrasadoras y rotas y tristes
y ese tanque seria nuestro
ese parque serìa nuestro
y todas las memorias de aquellos que nunca
despertaron a nuestro sufrimiento
o a cualquier otras cosa pequeña y maravillosa
tambien podrian ser nuestras
y cargariamos con eso
como un buey resopla la piedra de su yugo inconciente
y el mar seria nuestro
y no nos querria
y los rios serian nuestros
y no nos querrian
y los hospitales estarian atestados de cuerpos blancos
y no los querriamos
siempre
pero siempre
vamos a estar supinados
al parecer inflexible de todo
y de todos
y las estrellas se rien de nosotros
porque seremos quemados
pero tenemos las baterias de nueve voltios
las llaves de las usinas electricas
la mortadela
el queso y la ironia planchada en la cara
contra aquellos que pisaron nuestra bandera
tenemos los tanques
tenemos los tanques
tenemos los tanques
no nos quieren en los hospitales
hay un carrito de panchos
un periodico que alguna vez se llamò diario
y Parque Lezama està ausente debajo de los
ojos del mundo
como los cuerpos de los generales
como todas las Falconetas cocinandose en
la cuerina apestosa
los cuerpos
los cuerpos
los cuerpos tres veces y lo que digo
lo hago
hilo fino y dibujo y tu sonrisa es amplia
y ligeramente amarillenta y del otro lado de la plaza
ni un perro pa perseguir
y mas allà al norte y al oeste un cementerio
y me voy para mas allà del oeste y veo un viejo colegio
hundido en el sopor de las eras y pestañeo
y veo aùn el cementerio
y cierro los ojos y veo esos ojos de la innombrable
la de los pechos frios y la pupila contrahecha
y el recuerdo se me antoja un vòmito
un reflujo petroquìmico insoportable
esta noche dormiremos bajo las estrellas
del verano
hirientes indecibles
malcogidas por siempre
debajo de las estelas de filigrana plateada
pensaremos en el proximo invierno y de que hay tiempo
pero no hay tiempo
pero pensando se abre una raja donde se descansa
con un ojo en la estrella que escupe y otro ojo
perdido en el fondo del patÍbulo del pensamiento.





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