lunes, 11 de agosto de 2014

MANIFESTO



O sea, parafraseando a aquella y a este, o sea. A que viene esto de la poesia? Escribirla? Por que? Para que? No puedo recordar tratar de formar parte de ningun grupo, o asociarme a ninguna cofradìa, grupo, pelear por escalafòn alguno, deleitarme con la posiblilidad de encontrar una concha, congraciarme con nadie o relamerme con estar enojado conmigo mismo o con el mundo.
Lo que si recuerdo, es una maquina de escribir.
Mi hermana tenia una amiga, antes de que yo dejara de ser amigo de mi hermana.
Esa amiga, años despues, pedirìa la maquina de escribir de vuelta.
Nunca volviò a su dueña.
Escribo aproximadamente desde que me mudè hace 23 años a este barrio. Balvanera hechiza por su electricidad o por su peligrosidad o por su hermetismo cuasuicriminal o por todas las causas juntas. No hay grandes plazas de que mandarse la parte, ni grandes monumentos o sucesos maravillosos dramaticos històricos aparte de que estas tierras, que eran de un terrateniente al que apodaban "El Miserere".. en fin. Uno trata de hacerse el sabiondo y no sabe un carajo. Probablemente sea este barrio el mas plurilingual y mas colorido de todos los de la ciudad autonoma. No hay una puta raza o religiòn que no estè maldita por habitar estas geografias. Hay risas y drama y llanto y tragedias, trenes chocan, mueren cincuenta, ponen una bomba en una mutual, noventa muertos, por estos lares, nena incauta, nos las arreglamos para morirnos mas masivamente con un choque de tren leve que con las bombas terroristas.
El material venia de Palermo, continuò en Balvanera.
Y la maquina de escribir estaba ahi, aceitada, pragmàtica y misteriosa y fèrrea y lista para pasar a un siglo nuevo con mis dedos en llamas.
Lo que he llorado, amor mio, lo que he llorado.
Y he llorado y he rabiado y he cocinado fideos con manteca en la oscuridad de la juventud con una rabia tan inusitadas a mis mas tiernas inclinaciones que yo mismo todavia no lo creo, lo encuentro fascinante a pesar de estar bien advertido de lo cursi de ser testigo de la propia juventud. Canas y arrugas, por llanto, por una risa ìnfima, por traiciòn, por entrega del corazon completa, nadie me habia advertido, todos me habian advertido.
Simplemente sentì, cutre y trilladamente, con cada fibra de mi corazòn  y mis testiculos.
La maquina de escribir estaba ahi, dictàndome las cosas del corazòn, dentro de mi caja antigua de recuerdos.
Y ahora no hay naftalina que valga, me he hecho viejo, me he resentido de tal manera que mis musculos responden al vino, a la desesperacion, mis manos se crispan para darle a cada tecla exactamente como lo que es: cada letra es una explicaciòn del infierno de emociones, es una carta al desconocido, a la heroina, a la amante, a la novia de velo blanco y bragas usadas, a la cancion no reconocida del año, al hit que nunca aparecerà en rolling stone, al rock de los viejos que aprendi de los nuevos viejos cuando yo era joven y  podia escupir un fuego del que nadie era testigo. Y si lloraba, era por estar solo. Y si lloraba, era por emociòn, y si lloraba era porque me quemaba algo de lo que solo tìmidamente me complacian en saberme, yo los odie a ellos por estar atados, con mi odio, me atè a mi mismo en esta jaula de obsevaciòn, hice de mis ojos la llama que me come dentro.
No hubo nada mas que envidia, no hubo nada mas que recelo, y teclas, y protecciòn, y mamas, y leche, y sexo, y locura, y muerte y la presuncion de las inevitabilidades de una vida arruinada por la presunciòn de lo ruin, y mi pecado, y las flores del muerto, y mi estadia en el infierno y mi mùsica y mis colores al viento de vez en cuando en timida interacciòn con un mundo donde el mas inteligente y el mas rico es el amo de las marionetas.
La maquina estaba ahi, esperando.
Era felino, era cautela.
Era simplicidad y la extracciòn total de mis actos jovenes.
Era un fuego sagrado, era la escritura insosegable de mis dedos en el rock and roll.
En algun momento, hace solo unos momentos, sentì verguenza, porque ha pasado el tiempo, y ya no soy joven, el lomo se me partiò y mi pelo raleò y me hice un tanto calvo, un tanto leyenda de mi mismo, sobrevivida por solo mi mismo, y lo encontrè, despuès de examinar mi culpa, y mi maravilla, OK.
Tuve amores y escribì sobre ellos. Tratè de hacer buena letra. Exonerarlo todo, a manotazos. Dramaticè porque me parecia que el amor era dramatico, hice un ensayo de explosiòn, casi EXPLOTÈ.
Entonces despertè de entrre la escasez de tinta y de dinero y de todo lo que menguaba en el invierno, el peor de todos. Sin materia, sin un resto. Sin dinero, sin agua caliente, sin un amor, todo un billete falso. Viviendo copmo un animal, sacado del culo, loco como un cencerro.
Sè, que en algun momento, vos ya no me amaste mas. Te comprendo. Yo estaba en un camino y vos en otro.
Yo no creo en la gente que dice que es escritor. Esos necesitan trabajo de escritor, tienen un trabajo. Dicen que son escritores porque es lo que hacen, necesitan un curriculum, yo no soy escritor, sino que escrubo porque se me va la OTRA VIDA en ello.
No tengo nada mas para hacer. Y no quiero reincidir en la historia de la muerte. Mi amor es mi vida, mi vida es un poema, mi vida es una historia: no me odio lo suficiente como para pensar que no tengo una historia. Cada beso es un oràculo de las explosiones que me llevaràn al otro lado de la vida, escribo de eso. Me arde el culo,escribo de eso. Me tirè un pedo, TAMBIEN VOY A ESCRIBIR DE ESO,SINO, COMO SI NO ME LO TIRARA, TAMBIEN MORIRÎA. 
No quiero manchar. No quiero embadurnarte, amada mia, con mi mecanografia, o mis susesos simples o simplones o directamente irrelevantes, auqnue soy consiente d eque te llevo 20 largos años y que puedo paliar tu sufrimiento si te divierto lo suficiente con las palabras que vos necesitas para NO morirte.
Eso sonò bien. Como si fuera uno una suerte de clown muy extraño.
Esta es la ultima vez que lo intento.
Esta noche pensè en el amor, en la irreparabilidad de la muerte y la muerte del amor y pensè en todos, en vos, en mi, en hermanos y hermanas, en el dinero que no viene, en Edgar Allan Poe en un banco de una plaza hecho mierda y frio y muerto muerto muerto y en vos dicièndome: si algun dia vos no estas, que hago yo con tus canciones y tu poesia y tu escritos.
No recuerdo que te contestè, pero deberias hacer los tuyos.
Mis manos son de polvo y agua y sangre y el reposo està a la vuelta de la esquina, para todos, es solo un instante y el diariero, crisis y todo, està repartiendo los diarios que yo no voy a ver nunca mas, y las bandas anchas del mundo van a estar pendientes de un nuevo presidente, una nueva flor gigante desconocida creciendo en un lugar secreto de Brasil, una nueva guerra, un bebe  de dos cabezas en una selfie de una madre con una cara muuuy extraña.
La maquina de escribir sigue estando aquì.
JURO POR EL AMOR DE TODO EL MUNDO QUE CADA LETRA ES UN AMIGO QUE NO VINO, UN AMOR QUE SE FUE Y UNA BOTELLA QUE ME TOMARÈ, ESTA NOCHE.
Terminemos este pàrrafo, pensemos en Catamarca. En Eugenia Parra y en su regazo maternal. hijos del mundo, el mundo en tus hijos, llàmame si estas despierta. Abuela Blanca todavia te sueña.

La maquina estaba aquì y yo no tenia un solo amigo a donde ir. De en serio. Realmente estaba solo y las historias y los libros me reclamaban. Me querian. Un hombre nunca deberia sentirse un poco demasiado solo consigo mismo mas allà de poder escribirlo, tambien necesita una teta, un culo, una maquina de escribir y una botella esporàdica donde recaer a tomar fuerzas. Tambien una Cindor. Una làgrima por cada dieciocho polvos, esa es la ecuaciòn, dentro de lo posible, polvos salvajes y llenos de alegria, y una làgrima como la permisividad absoluta. Fria y gèlida con cada dieciocho lunas y media. En la oscuridad. Solo. Nada de testigos.
Este barrio suplantò al otro. No lo matò. Hizo de madre sustituta. Me nutriò, con su balcòn del tercer piso, y la fortuitidad (forrr tuii dad) (ahi està) me dio una maquina de escribir. Recuerdo que mi hermana estaba loca porque descubrì su anotador de sueños. Se le dio esa idea y yo descubri un cajon con un anotador con unos garabateos. Estaba enojadisima. De ahì a borrarme de la computadora tres años de escrituras y mandarme al manicomio habia un santiamen efìmero.
Estos escritores no son de confiar.
Y la màquina siguiò estando ahi. Sin tinta, pero pujando y apretando los dientes contra el pàpel humedo e hinchado, grabando, grabando, rascando la superficie del papel, empujando para dar a luz un niño. Que canciòn mas hermosa que he logrado desde este infierno.
La mayoria de la gente solo se reproduce. 
Yo, solo, solo me cuestiono y me replico.
Esa maquina, y aquì lo termino todo excepto mi vida, està ahi arriba en un armario viejo con todas las memorabilias de mi padre que no se quisieron llevar. Se llevaron mis muebles, se llevaron mi orgullo, mi honor, mi dinero, mis ventas , mis reliquias, mi comida, mi holgazaneria, mi cara, mi corazòn y mi simpatìa para no volver nunca mas. pero las fotos de mi viejo y mi maquina de escribir no se la llevaron.
Se llevaron todo y me dejaron ausente por locura, pero me dejaron la maquina de escribir, y el polvo, y una direcciòn precisa en un cementerio donde nadie responde mis llamadas.
Ni siquiera me quieren dar las cenizas de mi viejo.
Solo me dejaron cuatrocientos marcos de fotos vacios y mi maquina de escribir. 

Vos te das cuenta del autocontrol que tengo?

Te digo sin dudar, uno escribe porque admira al alma que aun admira. En un mundo donde se condecora al viejo muerto que cria la bota mas asesina, un fuego sagrado debe vivir al limite y vivir para contarlo, contando, por todo el tiempo que pueda.  
En eso estoy.

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