viernes, 16 de noviembre de 2012

2 capitulos mas (lento y trabajoso fuckin progress)


4.

Comprè un libro. A alguien. Me han pasado la direccion y es algo asi como en una calle que no conozco cerca de un lugar que no conozco. Es algo para hacer, algunas monedas que sobran, billetes mas bien, chicos, cambio del cambio que se puede usar en algo que en realidad no importa porque nunca se hace: leer. Asi que hacemos cosas que en realidad no queremos hacer, como comprar cosas que uno nunca va a usar con unas ganas reales, intensas. Quien lee? Los idiotas. Los idiotas como yo. Ademas el viejo corito de el autor favorito se hace bastante aburrido y uno se deja guiar por los remanentes de corriente alterna benigna que entran de casualidad por los poros de un alma que se mueve en inercia y una apatia tragica, aunque bien cuidada, no vaya a ser que se vaya y nos quedemos solitos y felices.
Fogwill. Estarìa loco, escuchè por ahi. My mother! Encontrè este cuento. Ojala sea bueno, pensè. Donde es? Por ahi. Pues vamos por ahi. No se donde queda la casa del vendedor pero es una buena razon para explorar. El 118 me deja cerca. Llamo por telefono una segunda vez y para corroborar fehacientemente que, a) la direccion existe, b) que he comprado algo (si, chicas, puedo comprar cosas!), y c) no se por que llamo de vuelta. Me atiende una mujer. Anoto la direccion en el dorso de la mano con un fibròn de esos que no salen. Indeleble. Miro alrededor. Ropa. Estoy en calzoncillos. Lamentable panorama en el espejo. Un slip bordeaux sobre un pequeño bulto. Las piernas flacas, el tronco central regordete, piernas de bailarina, panza de cocinero. El resto es pelos en el pecho blanco, un cuello inexistente y una cabeza de toro con una melena larga y mugrienta. Barba bien crecida. Ojos con hambre, la sonrisa de un dulce ejecutor. Me gusta lo que veo. Algun dia voy a salir a la calle en bolas y a estrechar la mano de la gente y decir:

- Que tal, como esta usted, este soy  yo, soy un desatre. Me llamo Fernando y me gusta lo que veo, y a usted que le parece?

Creo que me van a evitar. Quien demonios es este loco desnudo saludando a la gente en la calle.
Aceptan a Tinelli en sus televisores y no me quieren dar la mano a mi, que me lavo las manos despues de rascarme las pelotas.
Insultante.
Me pongo un pantalon. Este pantalon aparecio un dia por mi casa. No se de donde salio. Es negro, con bolsillos a los costados. Tipo cargo. Con estos bolsillitos con los fondos como hechos de papel higienico. Rotos, los bolsillos. Cuidado con las llaves, cuidado con los documentos, cuidado con tu pobre alma, que despues no podes entrar  ni decir a quien pertenece. Los cerrajeros del mundo, chochos. Yo? Cuidadoso. Cuidado con el temor. No vaya a ser que tambien se te caiga por los agujeros.
Tomo las llaves y el pase. Me pongo las zapatillas, no tienen plantillas. El pie desnudo sobre la suela de carton a medio deshacer, los dedos adentro de las punteras arrugadas. Ato bien fuerte. He pensado que una gran parte de la tristeza que siento en este mundo se debe a que cada segundo que piso el mundo lo hago de manera dolorida. Es triste, si lo pensas. Zapatillas rotas para un alma fragmentada. Cuerpo roto, ropa sucia, cerraduras que tiemblan y lloran. Uñas encarnadas en un cristo de cartulina. Algunos podrian argumentar que la vida es solo un pasaje transitorio. Definitivamente es un viaje. En unas zapatillas rotas y con el mundo entero en contra. Puedo sentir sus pequeñas cabecitas asesinas peguntandose que hay en la mia o en sus ojos, atisbando sin verguenza en los mios.
Y anteojos de sol. Estos anteojos que comprè por diez pesos. Marco dorado. Tipo clipper. Con un espejado color azul y violeta en los espejos. El tipo de anteojos de sol que usa alguien que claramente anda medio chapita. Excelente mensaje, si señor. Me van.
Bajo las escaleras. Esta silencioso y tranquilo aqui en las escaleras. Hace mucho tiempo, cuando no podia dormir, me gustaba salir y subir y bajar las escaleras en la oscuridad,sin prender las luces del pallier. Subia y bajaba. Si tenia las llaves, me iba a la terraza y miraba las estrellas. Y escuchaba a la gente cojer. A veces se escuchaban los sonidos mas interesantes, como  por ejemplo:

- SIIIIII ASIIIII, COMO ME GUSTA QUE ME ROMPAN EL ORRRTOOOO!!!!

Y entonces sonaba una cachetada bien puesta, dos, tres.
Oh yeah.
Entonces volvia a casa, sin novia, sin nada, sin porno en el cable y me tocaba. Bah, no me tocaba, me destruia por completo.

Ok, de vuelta al personaje.
Me vestì con mas harapos, bajè las escaleras, mis amigas las escaleras.
El barrio de Once es un caos. Si alguna vez pasan por Buenos Aitres tienen que visitar el Once solo por un interes antropologico genuino. Toda la maravillosa escoria del mundo viene a parar aqui. Arabes, congoleños, judios, polacos, paraguayos, bolivianos, peruanos, chilenos, yanquis que querian ir a San Telmo y los madaron para este lado (very clever...) etcetera, you name it. Caucasicos con pretenciones de clase media desesperada, mutantes, aliens, drogadictos, fanaticos de la coca, porreros, policias, vendedores de relojes chinos, putas, putos, transexuales, travestis, comerciantes de todo tipo, industria textil, tipos sin nariz, quioscos, panchos con siete salsas y papitas, insumos de computacion, zapaterias y zapatillerias al por mayor y menor, vendedores ambulantes, de gorras, fundas para celulares, helados, ratas de goma espuma que caminan con una cuerda elastica, medias y calzoncillos, sandalias de goma de colores, botas,con piel, sin piel, medias de lana con motivos andinos hechas en China, frutas, verduras, mangos, platanos, piñas, aji molido, arvejas. Todo lo que quieras lo tenemos acà. Hasta podes recuperar el celular que te robaron por solo una fraccion de su precio real si te vas a cierta esquina. O conseguir uno usado cuyo dueño se lo olvido en su bolsillo pero que fue recuperado por otro individuo al que le gustaba mucho su celular pero que consideraba una pena no necesitarlo mucho, en realidad, y por eso te lo esta mostrando sacandolo solo una fraccion de segundo de su campera.
Es la tierra de las oportunidades. Se puede tambien elegir entre la vida y la muerte, ambas dos son una oportunidad tambien para aprovechar.
O, si se te cruza la idea de morirte de forma espectacular, podes parate unos dias en la esquina de Valentin Gomez y Castelli por unos dias hasta que te mate un auto volador. Digo «volador» porque eso es lo que suele hacer un auto cada mes, ora si ora no. Un  auto viene rapido y del otro lado tambien viene un auto muy rapido. Los dos estan apuradisimos por NO morirse, por ende, piensan que el otro va a frenar. Ninguno de los dos lo hace. Un auto choca a otro auto o los dos chocan el uno contra el otro, y por la combinacion de estupidez, inercia, juego de ajedrez demencial y falta de sentido comun o de pensar con una profundidad cobarde y ruin como la mia (la previsivilidad de la inminencia de la muerte, a cada rato), los dos autos explotan en una colision mortal y brutal e, indefectiblemente, un auto sale catapultado hacia la misma esquina, siempre la misma, vuelca, y alguien, una pobre vieja tratando de hablar con los gorriones en los arboles o un cafetero placido con un tatuaje en el antebrazo,  es llevado en la ambulancia, completamente triturado por el auto volador, hacia la morgue judicial o un hospital tan berreta e insalubre que la muerte tambien es algo seguro.
Por eso no manejo. Porque no tengo auto, o el registro de manejar o la sensibilidad como para morirme de manera espectacular. Prefiero los bondis. O el subterraneo. Es mas dificil morirse en esos, en el bondi porque siempre me voy a los asientos de atras, y en caso de colision, el resto de los pasajeros harian de «colchon» en caso de desastre. Y en el subte, sencillamente no puede descarrilar y matar a algun tarado que este leyendo a Celine en el andèn. O varios tarados leyendo a Wolfe, o a... se entiende lo que digo? Hay cientos de tarados, miles, que deberian morir, pero un bondi o un tren subterraneo nunca se los va a llevar.
Bien por ellos. Mal para nosotros.
Ademas, en el colectivo o en el subte te podes enamorar mil veces.
En un auto por lo general esta siempre la misma estupida que queres eyectar como si fuera el asiento de El Auto Fantastico, jaja.

En el colectivo se esta tranquilo. Hay un gran sol entrando por la ventana. Hola, sol. El bondi va cansino, lentamente. Tranquilo. Me gusta. Va para el lado que no va la mayoria de la gente. Eso me gusta mas aun. Va hacia el sur y hacia el oeste. La mayoria de la gente va llegando, yo me voy llendo. Se està tranquilo. Con el camion pintado de azul, negro, rojo y blanco. Los asientos son incomodos pero es algo para hacer.Ademas, se està mucho peor en casa. En otro viaje. Un mal viaje, ese viaje.
Los negocios van desapareciendo de a poco. Tengo la sensaciòn de que el colectivo va bajando. Continua por Pueyrredòn, que se transforma en Jujuy y despues se termina Jujuy y entonces dobla muchas veces, aparece un gran hospital, muchas madres con niñitos pequeñitos y cochecitos de bebe, o directamente preñadas, grandes panzas, con mas niños de la mano y carritos y bolsos de pañales. Murales con motivos infantiles. Tubos que se lazan por el aire, amarillos, ordenados, ladrillos limpios.
Y entonces todos desaparecen.
Las casas se empiezan a hacer mas sencillas, mas bajas y mas humildes. Otras son sencillamente tristes, otras, muy complicadas y tambien tristes. Nunca anduve por esta zona. Me bajo unas cuadras mas lejos que en la direccion de la que me habian proveido. El chofer se olvido de avisarme. Està todo bien.
Donde me bajo no parece vivir nadie. Solo se ve lo que parece ser la fabrica mas vieja del mundo. Y la mas muerta del mundo. Nadie alrededor. Ni aqui ni allà.
Busco una direccion. No encuentro un carajo. Encuentro a unos tipos, una mujer y un hombre. La mujer tiene un pañuelo en lacabeza y parece estar hablandole a las baldosas de la calle. Està sentada contra una puerta blanca en una fabrica blanca, pintada de blanco, calafateado, sin numero, sin nada. El tipo me pide un cigarrillo desde enfrente. Alarma. Cruzo y se lo doy. Me pide unas monedas, tambien. No tengo. Le digo: no tengo.
«I saw a beggar leaning on his wooden crutch
He said to me, You must not ask for so much"...

Cruzo rapidamente otra vez enfrente. Tal vez seria muy inteligente volver a casita. Al carajo. Pero bueno, al carajo a veces no es un muy buen lugar adonde carajos pienses que estas o querès estar.
Yo quiero leer a Fogwill.
Vamos a leer, entonces. A por el. Camino unos doscientos metros de pared de fabrica, o mejor dicho de baldosas de fabrica.O de suelo de vereda de una fabrica: no hay baldosas, solo una vereda de cemento completamente cuarteada y resquebrajada y agrietada, pozos y lagunas de agua podrida. No camino, salto. Soy un Super Mario. Y cada vez se va poniendo peor. Nada nuevo. Solo que a veces me interesa mi culito caucasico blandorriento casi inexistente.
Al fin encuentro a unos paisanos locales, un guardia de seguridad y un secuaz. Policia. Gordos. Grandes. Morenos. Parecen estar pasandola bàrbaro.
Digo buen dia y pregunto por la calle.

- Creo que es para ese lado. Pero hagas lo que hagas no lo hagas para ese lado porque estas llendo para el lado de la villa. Anda por esta calle, dos o tres cuadras, ahi hay una comisaria, vas a estar todo bien por ahi, no pasa nada.

Ok...- , digo yo.

Doblo la esquina y camino media docena de cuadras mas. Mas galpones, fabricas, lo que sea. Ladrillos. The Wall. Algo asi. La calle està peor que las veredas. O las veredas se ven porque se supone que deberia estar caminando sobre ellas y nio evitandolas. Paso por una escuela cerrada. Crecen los yuyos por las grietas del cemento. las paredes. El alma de los niños. CERRADO. Un cartel de CUIDADO CON EL PERRO. La cabeza de un pastor aleman monstruoso imaginario pintado en negro y rojo berreandole a algun intruso imaginario en un asesinato trivial en legitima defensa propia imaginario.
Adolf Hitler tambien iba a la escuela.

Llego a un pasaje. Es como una callecita del cementerio de Chacarita. Con apenas un poco mas de vida. Un viejo Fiat amarillo sobre la vereda, descomponiendose, pudriendose ahi. Casas mustias y silenciosas, parecen ser profundas y largas y entreveradas por dentro. Nunca lo voy a saber.
Trato de encontrar numeros. Encuentro uno que pareciera es el mismo que tengo anotado en la mano. Toco un  timbre. Un perro empieza a ladrar histerico. Allà a lo lejos, adentro. Me duelen los pies. Punzadas. Necesito concreciòn. Rapido.
Escucho a una mujer gritar desde dentro:

QUIETO, FUFÙ, QUIETO O TE DOY UN SOPAPO, FUERA, SALÌ!

Escucho pasos acercandose, el ruido de ojotas. Flop flop flop. FUFÙ sigue ladrando y acercandose a la puerta. Fufù quiere saber quien demonios ha tocado el timbre de la casa, Fufù seguramente tiene planes para con el intruso. Fernando està nerviso con Fufù, porque Fufù parece muy nervioso y con ganas de jugar a la carniceria con Fer.
Fer no quiere jugar. Fer quiere leer, asique, Fufù, ten piedad de mi, OK?

Detras de la puerta alguien pregunta quien soy.
No se quien soy.

- Vengo por el libro.
-Cual?
- Muchacha Punk, de Fogwill.
- Ahh si, ahora te lo traigo.

La voz de la puerta se va hacia adentro. Fufù, el mastin de los Baskerville, sigue inquieto y con ganas de jugar. Sigue ladrando. Entonces vuelven las ojotas desde el fondo y se escucha una patada sorda y Fufù se calla. Unos quejidos agudos animales.

- Tomà, perro de mierda. - se escucha adentro.

Fufù fue ajusticiado.  
Se abre la puerta. Una mujer de unos treinta años. Grandes ojos marrones. Belleza a punto de ser perdida. O encontrada. Uno nunca sabe.

- Son 20 pesos, no?
- Exacto.

Saco dos billetes de diez del bolsillo lateral del pantalon y se los doy.

Me entrega el libro. Un libro de cuentos blanco con una pluma en la portada que dice: FOGWILL. Tapa blanda. Escritura dura.

- Bueno, muchas gracias!-, digo.
- Ojala lo disfrutes, adios...

Los ojos marrones me miran otra vez. No parecen estar disponibles. Miro abajo. Ahi està Fufù. Mide quince centimetros de largo por diez de alto. Es marròn, ridiculo y estupido. Un canino se le escapa por los labios negros. Ojos llorosos. Mirada perdida.
«I am what I am».

La mujer cierra la puerta. Fufù empieza a ladrar otra vez.
Desde adentro se eescucha, alejandose:

- LA PUTA QUE TE PARIÒ, FUFÙ!...

No le doy un vistazo al libro como suelo hacer. Esto no es Zivals. Esto es el conurbano o las faldas del conurbano. De hecho no tengo un choto de idea de donde carajos estoy. No tengo dinero, pero un comando de chinos cochinos podria venir a por mis organos internos para hacer empanaditas chinas en China si no me apuro a tomar el bondi de vuelta.
Otra vez por las fabricas. Camino y doblo donde parece haber mas edificacion benigna.
Llego a una calle. De lejos parece ser la terminal improvisada del colectivo que tengo que tomar. Veo un colectivo pasando una esquina. Azul rojo negro y blanco. El numero parece ser el correcto. Si me apuro... Redoblo el paso, arrastrado por el miedo y el sentido de supervivencia y hago grandes aspavientos con las manos delante de èl, haciendo caso omiso de que probablemente me atropelle o me arranque la cabeza o algo asi. Me evita por un pelo. El bondi para, abre la puerta, yo entro.

- Vas a Once?
- Si.

Saco el carnèt.

- Pasà.

Y el conurbano va desapareciendo lentamente mientras leo y leo y leo...
Es bueno estar otra vez en casa.

5.

Y entonces cayeron unas gotas. Pesadas y gordas gotas. Y a esas le siguieron muchas mas. Buenos Aires puede ser un miasma de sensaciones y cuando empieza a llover  a veces no para, y cuando no para, Buenos Aires claudica y muere bajo su propio peso, se mutila contra el suelo y en el suelo hay agua, agua que no va para ningun lado porque no tiene ningun lugar a adonde ir,nadie le hizo un verdadero lugar a donde ir, y el agua se junta , primero en una pelicula, despues en un suave arroyo miniatura en la esquina adonde la gente ya pude cruzar y va saltando exclamando pequeños chillidos y ayes, despues una laguna sorprendente que hace que desaparezca la mayoria de la basura menor perdida en las faldas de las calles y, depsues de eso, los autos empiezan a flotar y a desperdigarse por la calle, la gente desaparece o vadea o nada o se ahogan.
Y entonces se corta la luz.
Algo vuela por el aire en algun lado, en algun campo o en un paraje rural de esos que vemos cuando nos vamos (ibamos, en realidad) de vacaciones, donde estan esas torres enorme de electricidad con vacas pastando, como en una potsal de alguna planicie lisergica. Muy cierto es que vuelan los arboles y las vacas, se hacen mierda contra estas torres y las cortan de cuajo como si fueran de un papel muy fino. En realidad, estas torres, son diseños fragiles, son cerebros maestros donde hay un balance entre lo arquitectonico y cerebral muy, muy fino. Como si fuera una parte de tu cerebro al cual no habias conocido nunca. Y, al igual que tu cabeza y la mia, adentro de tu cabeza, estas fibriculas hermosas y delicadas por donde pasan tus sueños, se rompen con solo una brizna de verdad.
Es casi delectable sentir la falta de electricidad inmediata. No me digas que no te parece sobrecogedor y al mismo tiempo te infla las pelotas. Te pone en tu lugar, a vos y a mi. Inmediatamente despues de un corte hay una suerte de recogimiento casi religioso de una magnitud de sinceridad asombrosa. Adios computadora, heladera, lectura, ventilador, aire acondicionado, musica de rock, musica de cumbia, musica de mierda, todo.
Uno mira afuera y todas las guias desaparecen. Y ahi estan respirando gigantes los edificios, pelados, grises, enormes y silenciosos, torpes como toros, con nosotros las pobres criaturas sin instruccion rogando a por un vaso de agua helada.
Pero hay hay una fuerza gentil en el redescubrimiento. Cuan oscuro podias ser? Cuan oscuro decias ser? El dia que los cortes de luz se hagan extremadamente extraños e inusuales, las generaciones venideras extrañaran algo que se les harà casi mitologico, probablemente una pintoresca mentira blanca. Se preguntaran que haciamos.  Y lo unico que haciamos era juntar agua antes de que el tanque de agua se vaciara para bañarnos, acostarnos en la cama con una vela delgada y leer un libro, haciendo canciones en la cabeza y sintiendo las volutas de nubes purpuras arrullarnos con tormenta un cerebro comunal supraidiota que bullia escandalizado y famelico de electricidad y de diversion.
Sabes lo que pasaba cuando se cortaba la luz? La gente se hacia mas buena porque no podia seguir siendo mala, van a decir.
Y los niños chiquititos lo van a entender de inmediato.

Tengo experiencia de andar a ciegas por la casa. Al igual que vos, sè por tutoria de esta vida, que esta historia que discurre delante de mis ojos, esto que es vida, es un trip muy oscuro. Uno resiente pero asiente. Mi casa es una vieja casa, es un departamento viejo, amplio y desordenado donde todo esta cayendose a pedazos, pero es una derruiciòn muy organizada. Asi que sè donde estan las velas, que estan arriba de un platito de esos de postre con los vivos rojos y azules. Dos velas y media. Al lado del termo de mate verde. Que està al lado del paquete de yerba amarillo. Que està al lado de no se què. porque no veo un carajo.
Mis habilidades de lord vampiro, disminuidas severamente por mi propia necesidad de estar perdido, muy poco a pesar mio y de mis poderes sobrenaturales.
Tomo una vela y la prendo con un encendedor que esta en el centro de mesa. Esta mesa es vieja pero no tanto. Es sòlida. Me gusta. Arriba, una chapa de corlok marron con rayas imitando madera. Lisa y suave y falsa y perfecta. Me llama. Vino sin dolor. Mi vieja un dia vino con un flete y desparramo todo sobre mi casa y me dijo, tomà, vivì mejor.
Ahora tengo sillas y mesa.
Despues de seis años de poner una manta y comer en el suelo.
Me gusta este suelo. Evita que me de de narices contra los marcadores niveladores en las esquinas. Que estan bastante cerca de donde comen las ratas. Que està bastante cerca de donde casi  no se puede estar mas abajo.
Da un poco de miedo.
Asì que tengo un piso, tengo velas, tengo cigarrillos, tengo tomates y lechuga y mayonesa. Sangre india complicada en mis venas azules y un revolver con una bala loca girando dentro de mi cabeza de apagòn. Me gusta. Hay mucha luz adentro de mi cabeza.
Me hace bien. No deberia ser otro.

Se escucha una guitarra criolla piando en una ventana del otro lado de la calle. Se escucha un canto. Es como una naranja rodando por el suelo. Una estrella inusitada. Es un hombre, un joven, evidentemente. Los ayoresde treinta y cinco no cantan, ni bien ni mal. Asi que yo lo banco. Me gusta la idea de saber que podes hacer algo cuando nadie puede hacer nada. Asi que el solitario y alegre guitarrista se convierte en mi artista favorito de la noche. No suena genial, pero alguien esta haciendo algo muy parecido a lo que voy a hacer yo esta noche. Algo parecido a lo que estas haciendo vos en este mismo momento. Alguna vez te diste cuenta?
Voy a matar a la muerte.
Y entonces ahi estoy yo, con mi plato, mi vela y mi camisa extraña.
Enfrente hay un balcon con una ventana abierta. Dos mujeres mayores regordetotas, en sendos vestidos en un sofà, y dos niños alrededor de velas, charlando. Escucho sus voces. Veo sus ropas y sus colores y siento un dolor menor que casi puedo desestimar. Estan en companìa. Estàn llenos de algo que yo no tengo. Hola, envidia. Soy el hombre solo que no quiere estar con nadie, soy el hombrecito que dijo que no necesitaba una caliente cepillada en la espalda.
Vuelvo adentro, no esta bien andar espiando todo el tiempo a la gente a la que le sale tan facil andar haciendo el amor.

Corto los tomates. Hay poco espacio.El cuchillo refulgente, es puro acero y cromo sin una sola mancha. Restos de cosas, tiradas por ahi, pedazos de cosas tirados al lado de los tomates trozados. Una solitaria cucaracha silbando y pasando el rato, sentada en la pared. Lavo una cacerola, pongo los tomates, la lechuga cortada y pongo un monton de mayonesa. La oscuridad adentro de la cacerola y la cacerola adentro de la heladera, que està adentro de mi casa donde vive mi luz y mi dolor y mi milagro y mi cancer.
Sigue lloviendo, mucho. Parece vidrio roto callendo desde el cielo. Dios corre los muebles, sin luces ahi arriba. Solo limpieza general.
Salgo corriendo a pedir una pizza. El telefono funciona. Quien quiera que haya inventado el telefono para que funcione con nueve voltios independientemente del servicio electrico comun era un genio.

- Te puedo pedir una grande de muzza?
- Si, a donde?
- Valentin Gomez. 2655. Tercero «A". Te pago con cincuenta.
- Ahi te la mando en veinte minutos.
- Gracias. La espero abajo, no tengo luz.
- No te preocupes en veinte minutos te la mando.

Uno automatiza lo que dice sabiendo que no hay relacion sentimental con una pizza, por mas que ame una pizza. no hay nadie que no ame una pizza, si vinieran con un agujero en el medio yo incluso me las follaria con alegria.
Alguna vez estuviste tres dias sin comer? Yo si.
Una pizza puede ser una bendicion. Un huevo hervido puede ser tu nuevo viejo Dios. Un pancho te puede hacer temblar de cariño, unas chirolas en tu viejo y apestoso bolsillo del pantalon pueden hacer temblar de amor verdadero a un hombre entero maduro y agradecido por un dia mas, ni que decir un niño como yo.
Me acuerdo una vez que fui a un locutorio con los ultimos cincuena centavos del mes, y quedaban varios largos dias para recibir una nueva remesa de dinero para comer. No habia mas, asi de simple como suena. Se habia terminado todo. Un problema con el cambio. Me acorde de toda la familia de la gorda hija de puta que me quiso cagar esa solitaria moneda. Poco faltò para que le metiera un paquete de Halls Mentho Lyptus en el fondo del bosillo del ojete. Los dos tuvimos un mal dia, ese dia.

- LA CONCHA DE TUMADRE HIJA DE UNA GRAN PUTA MAS TE VALE QUE ME DES EL CAMBIO BIEN O TE ROMPO LA CABEZA LA PUTA QUE TE PARIO, TE LO JURO POR DIOS! ESCUCHASTE???

La gente miraba y se iba por ahi, poniendo prudencial distancia de mi persona...
Estaba listo para matarla. No tenia absolutamente nada que perder, el cencerro completamente flojo.

Y llueve. Yo se que podrias decir muchas cosas por mi, y si estuvieras acà, te escucharìa, pero ahora solo quiero escuchar el viento tenue y un poco enojado y grave que entra por la ventana, el siseo magnifico del mal tiempo despues de cuatro dias torridos e insoportables lleno de todas las cosas que se supone que necesito y en realidad no solo no necesito sino que tampoco me chiflan tanto la cuca.

Bajo las escaleras. Unas velas misericordiosas en cada esquina. Velas gordas, de esas para rezar. Supongo que la administracion nos esta diciendo: estan ustedes a la buena de dios. Pise con cuidado.
Bienvenidos al tenue, fragil, cochambroso mundo de hojalata donde todo resuena maravillosamente.
No se si me gusta porque tambien me siento hecho de trabas y remaches y curvas peligrosas. Pero està aqui.
En la puerta de entrada. Calmo. Mucha agua, todavia no se ha inundado, pero lo harà.
Quinientos años despues y el terreno llano y natural es esto que ahora ves. Solo cemento y un mal diseño sin ningun tipo de originalidad: ratas adentro de laberintos en etapas y niveles, una arriba de la otra, mordisqueando graciosidades. Por dentro y por fuera, haciendo cosas. Los indios Quilmes ya no estan con nosotros. Los malones desaparecieron.
Està apacible aqui fuera, con las gotas mojandome persistentemente las botamangas de los pantalones.  No tengo nada que perder, aùn. El dolor, aùn, pero la nada trae consigo un monton que proteger, tambien. Y esto no puedo solo suponerlo.
Estabas seguro de poder vivir solo sobreviviendo en un mundo de profundas sombras?

Tres o cuatro personas en la vereda de enfrente, en la entrada de un edificio. Tres se inclinan sobre uno solo , uno solo esta descamisado y tirado en el suelo. Como uno. Convulsa. Los otros tres tratan de hacerlo reaccionar. Gentiles sopapos. Gritan un nombre, pero ese nombre se està llendo. Ràpido.
Debì haber comprado algo de vino. Me olvidè por completo.
Tal vez pensè que algo me estaba esperando.
Vuelvo arriba, subiendo las escaleras cansinamente. Me siento en una silla. El mentòn sobre las manos una arriba de la otra, los brazos cruzados sobre la mesa. Hay algo en esa luz en esa llama en esa vela. Mis ojos se abren, reblandecidos y enormes.
Si retrocedo un centimetro podria perderme ahi y no volver nunca mas.

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