martes, 16 de noviembre de 2021

NADIE SABE - 16 DE NOVIEMBRE, 2021

 

Nadie sabe


… Nadie sabe lo buena que sos

lo mala que sos


nadie sabe lo que sufrís

nadie sabe de tu idea de escape


nadie sabe

de las llagas que te transfiguran en la noche

no se lo decís a nadie

vivís sola


nadie sabe bien donde vivís

como vivís

delaers llegan por la noche cuando nadie te mira

te metés en el aire del auto

y pagás pro tu cruz


nadie sabe que no podés ni salir al balcón

que cerrás la puerta con doble vuelta de llave

que no te importan las peliculas

de detectives o de vampiros o documentales

Gandhi

Martin Luther King

Perón


Vos mirás otras peliculas

que encerrás en tu corazón oscurecido por la pena

de vez en cuando veíamos alguna que otra cosa

pero era otra cosa


esas otras cosas con el tiempo fueron años y esos años un lustro

te guardaré en la caja de cambios de mi pecho y aceleraré

según me venga en ganas

en la vida o en la muerte


y espero

en la muerte

no encontrarte nunca


De que hablaríamos?

Que cosas que ya sabíamos podriamos encontrarte

una vez que el cuerpo nos falle

que nuestros padres y amigos nos fallen?

Y que no haya dinero?

Y que te cronometro marque el cero tiempo

para el el cero amor

el cero aguantar esta tormenta a la intemperie que cae

como una maza inapelable y tan dolorsa sobre

la propia lluvia de nuestros dias?

Que nos fideos por aquí, que una hamburguesa por allá...

Me masturbaré cuando ya no quede tiempo entre mis sábanas negras

pensando en aquella mujer que alguna vez conocí que

dentro de mi boca

gozaba como una cerda enviándome su maravillosa agonía orgasmica

llenandome los dientes de pelos

de carne reblandecida y caliente, muy caliente

de flujos

de hedores de alegría, muy caliente


Después no sé lo que haré y después no se lo que harás


Naide sabe


Te envió señales de agua, humedales enteros de cariño flojo

vago

evaporante

desde el abismo inabarcable que se ha alzado entre nosotros


esta noche probablemente ni siquiera duermes


No te culpo, no me culpes por no culparte

auque se que es imperdonable no matarte


Estoy esperando en la madrugada de Buenos Aires

para atarte al mascarón de proa de nuestros dias

y estrellar tu cara contra un olvido del que ni siquiera tengo noticias

de su forma

de su credo

de la textura suave de su destrucción


Y pienso en trenes

en Suiza, o mejor aun en Suecia


Hace 40 años que no salgo de Buenos Aires


Por favor, entierrenme lejos de todo este barro

de ella y de mí

quemen mis cenizas y diganle al cremador que no deje ni una

mota de hueso quemado en el horno


No quiero juntarme con los indecisos

con los viejos

con los niños

con los perros


Denme la cristiana sepultura que nunca pude ganarme lejos de toda

esta peste que embriaga mis dias con algo mas que alcohól


Si yo no he visto un alma desde hace cincuenta años

a quien le importa?


Diganle a mi familia cercana:

bichos microscopicos

ratas

murcielagos

perros sedientos de vino que no viven ya en este barrio

que han sido expulsados por la burguesía de este barrio

que han sido suicidados por los tontos que comen hamburguesas

en este barrio


Caerá la moneda al suelo

una mano casi muerta se asirá a la baranda de un puente:

dirán los diarios

la ciudad ha tenido sed y por un solo dia esa sed ha sido satisfecha


Y quien cuidará de ti

criatura bella


Amo Buenos Aires

esos bancos cerrados a la noche en la madrugada pre lluvia purpúrea

como escupitajos certeros al ojo de mi mediana locura

no puedo esperar a que estén ya debajo del agua del deshielo


Salto, criatura bella, por todos lados

mis pies están hartos muertos de hambre

mi cintura cementada a la silla

los ojos bien abiertos, apopléjicos

malditas corneas sorbiendo el vino de la vida

hago un tajo en la caca de este poema para abrirte

las piernas

ver que hay adentro

de esto se trataba todo?


Los obreros del paraíso han hecho un hueco esta noche

en el cielo y otro en el infierno

y uno habla de caer y de que te caes

de que digo y me mentís

de que corro hacia vos

y en tu fiebre mental hay un huracán

que no puedo parar


Silba solitario, desangelado y recargado , un colectivo mientras abre al medio

la avenida de la muerte.

Nos están devorando los perros, por una última vez.

Nadie sabe.

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