viernes, 7 de julio de 2017

DIEZ MIL AÑOS


El rio estaba bastante picado.

- Sabes que lo que mas me molesta es que creo que cuando yo me muera va a ser algo asi cercano a la mitad de siglo. Y vos no, por suerte. Vos te vas a morir llegando a fin de siglo, vas a ser testigo de otra decada del noventa. De la misma manera que yo vi los noventas y llegué a sentir ese doblar del codo hacia el año dos mil, vos tambien lo vas a ver. Vas a ver como la linea del tiempo se dobla en la punta, como se extiende hasta el año dos mil cien, y cuando vos seas testigo de esas cosas vas a ver un mundo nuevo, de la misma manera que yo ví crecer y abrir la boca a este monstruo donde estamos ahora. Tan violento como es, tan monstruoso como es y tan cruel, tan cruel... Vos vas a poder ver eso, si es que mantenes tu salud y no andas fumando tabaco todo el dia como hago yo. Vas a ver nuevas generaciones, dos o tres y van a ser un espectaculo con vos. Los vas a tomar de la mano, vas a escuchar sus discos y algun dia sus discos ya no van a ser tus discos y tu musica va a pasar a la parte de atras del auto del tiempo. Se van a reir con vos, despues se van a reir de vos y eso se te va a meter en el corazon, y lo vas a sentir como algo dulce y triste al mismo tiempo, porque el tiempo y los años se van a doblar y se van a torcer. Alguna gente que conocias van a empezar a ver a otras personas y gente con la que pasabas cierto tiempo se van a volver mas cercanas. La musica se va a ralentizar un poco. Las caderas se van a poner mas tiesas, los dias se van a hacer un poco demasiado largos. Y un dia, sin que te des cuenta te vas a dar cuenta que ya no queres tomar tanto aire, que la paciencia con la que querias a la gente ya no existe tanto y tan patentemente. Que te van a hacer enojar algunas cosas y que esas cosas se van a prender a tu pensamiento. Te van a dejar atrás y solo vas a poder contar con tus pensamientos y con tu paciencia y con tu amor, incluso donde no haya donde ponerlo. Probablemente este rio sepa un poco de eso. Nadie puede atarle las manos al tiempo o a el agua de los mares, ni alisar montañas, pero por lo menos podemos hablarlo, todavia. Todavía no se me cayó la mandibula.

- Bueno, hace un rato estabas bastante boquiabierto.
- Sí, y vos viniste a buscarme.

Tiene dieciocho años. Si tiene alguna idea, no le importa. Yo tengo cuarenta y tantos. Estoy cansado. Estoy aterrado. Ella es de goma, flexible y fluente. Sonrie. No hay rostro de estoica serenidad en su cara joven. Eso me molesta un poco.

- Es que me pareciste una persona interesante. Aunque no entiendo como es eso de ponerse tan tierno. Es medio siome. Creo...
- Vos no crees nada. y yo no puedo meterte mano ni hacerte entender nada porque primero tenes que tenerte un poco de fé, y para tener un poco de fé primero hay que... morirse un poco, de alguna manera. No me refiero a que te mueras o que te pise un auto o te tires jolgoriosamente abajo de un tren.
- No me quiero tirar abajo de un tren. Y no necesito fé.
- Claro, y tampoco necesitás mi cuerpo gordo, fofo y transpirado con mi pene en tu orto tampoco, pero aqui estamos.
- Si papá.
- Si papá las pelotas.  No soy tu padre.
- Podrias serlo. Señor gruñón...
- No se trata de ser gruñon. Hay otras cosas.
- Que cosas?
- No sé. Cosas.
- Como que?
- Como las que puedo pensar pero que decirtelas es al pedo porque la vida la tenes que decifrar sola, y yo no decifré nada hasta ahora.
- Ni que fuera tan dificil. Ademas uno con el tiempo aprende.
- Lo primero que vas a tener que aprender es que a tu edad, todos pensamos que somos inmortales.
- Vos sos inmortal?
- No, yo tengo mas de cuarenta años. Me duelen los riñones de tanto estar sentado, camino cuando puedo, me levanto de la cama si Dios quiere. Eso es ser viejo. Vi-e-jo. Con una ve corta mayuscula.
- Ser viejo es un estado en la mente.
- Puede ser. Pero a veces mi mente quiere hacer cosas que mis huesos se niegan a hacer. Que es de tu vida? No me contaste nada ayer por telefono.
- Trabajo en una oficina que vende electronica online. Masajeadores, calefones, waffleras. Y ya ves, tengo dos ojos marrones, piés, piernas, tengo pelo.

Vicky sacude el pelo y se rie y en el pomulo derecho le baila una peca ligeramente marrón.
-Terminé el secundario. Tengo cuatro pares de pantalones, tres polleras, diez pares de medias y dentro de poco voy a estudiar algo, pero no sé que.

Yo la miro a Vicky y Vicky me mira a mi. Estoy con cara de culo. Me gustaria tener veinte años menos, aun así seria muy chica para mi. Tambien me doy cuenta de que es, tal vez, mas alta que yo pero yo mido menos de un metro setenta y ella se para erguida y fresca, como buscando un espacio, una esquina o un angulo donde hendirme sin que se note mucho pero notándose mucho. No estoy tratando de caerle bien. Estoy en plan paternal. Ella es muy linda, pero yo no me siento muy lindo, con mi panza y mis entradas en la cabeza. Estoy mas bien en un plan tutorial, lo cual me entristece porque puedo escuchar palabras ensayadas anteriormente en mi cabeza, en situaciones imaginarias, en la experiencia con otras mujeres, malas mujeres, de mi edad entonces y de mi edad ahora o con algunas mas jovenes que yo u otras mas viejas que yo.

- No hay por que estar todo el tiempo amargado.
- No estoy todo el tiempo amargado. Debe ser el dia, conocernos por primera vez. Es extraño. Hacia mucho tiempo que una mujer decía querer verme.
- Bueno, no sos una mierda de persona. O por lo menos eso es lo que vos dijiste.
- Yo nunca dije eso, ni tampoco puedo ser un payaso todo el tiempo.

Se ríe. Me enerva. Siento patentemente o que yo estoy en presencia de alguien a quien no le importa si los dias se escurren como agua sucia en la bacha del baño, o lo que sea. Pero tambien me doy cuenta de que tiene todo el derecho. Me siento claudicar ante mi amargura, entonces me doy cuenta de que la mocosa tiene razón. Pienso en hacer jogging, en dietas estrictas, en afeitarme todos los dias hasta despertar del sopor piloso de antes hacia una corrección total nueva: morirme de hambre, afeitarme hasta que mis mejillas estén hundidas, hasta que el espejo mugriento del baño adore mi contextura limpia y felina de piel y huesos.
Hebilla en el pelo, faldita, borcegos delicados. Campera.

- Yo decía. Tampoco quiero andar dándote sermones.
- Pues me lo estas dando.
- Jaja, gracias que te estoy dando algo. Perdón, soy un imbécil cara de culo.

Saco el Shake Pronto de el bolsillo interior de la campera de jean y le doy un par de sorbos. Una bebida asquerosa concoctada por un imbécil para que lo compren los imbéciles. Es insufrible. Me siento un teenager.

- No es que esté con cara de culo sino que creo que nos encontramos solo para que yo te pudiera decir que no te jodas la vida enredándote con bestias.
- No me enredo con bestias.
- Pues yo soy una, conste que te lo dije.

Hay una pared invisible y muy real entre nosotros.
Le paso la bebida, le da un buen sorbo pretendiendo bravía y frunce la nariz.

- Esto es un asco...!

La botella cae a la playa de escombro. Antes de que se vuelque mas de lo debido me agacho y la levanto. Es una bebida de cuarenta pesos. La ultima vez que tomé Shake Pronto fue hace exactamente diez años. Sigue sabiendo a lo mismo: una aguada etílica con colorante azul.
Y sigue costando un huevo.
Ella baja un poco la cabeza y se sonríe con malicia. Papi le ha comprado una bebida y ahora la nena no la quiere.

- Me dejó un sabor rarísimo en la boca...
- Alegrate, algún día te vas a hacer adepta a las cosas horribles, jaja.
- Si, horrible como vos.
- Por supuesto. - digo yo poniendo cara de circunstancia y rodando los ojos.

- Y en que trabajás?, me pregunta.
- No trabajo.
- Pero como podes vivir sin trabajar, de donde sacas la plata, padre?
- No me llames padre, hija. Me las arreglo, tengo un dinero por ahí, por suerte.
- Mails Davis. hablabas de Mails Davis, la otra noche.
- Ah, Davies.
- A mi me gusta escuchar de todo un poco. papì.
- Que es lo que mas te gusta escuchar.
- Todo lo que no pasen en la radio. No me gusta la música de moda, lo que pasan ahora...
- Yo ya ni me acuerdo lo que es una radio. Ustedes los "jóvenes de hoy" prenden la radio?
- Spotify. Es como una radio online.
- No, no es una radio online. De hecho no se que es, pero sé que está ahi en la web.

Me quedo mirandola fijamente, exagerando mi interés facial. Es linda. No anda buscando nada en particular y eso me enoja, yo a su edad me moria de hambre y nadie queria tocarme o convencerse de que yo necesitaba tener algo. No nació ayer, pero casi. Probablemente ha cogido el doble que yo a esta altura del partido, pero aparto de mi cabeza sucia ese pensamiento o esa teoría de que los pibes de hoy son como martillos neumáticos.

- Que es lo que mas te gusta hacer?
- Salir con amigas, amigos. Ir a algun show, salir a bailar. Estar con gente.
- Cualquier gente?
- Algunas, no todas.
- Por que algunas?
- No me gusta mucho el mundo. La gente es muy estúpida.

Miro al río. Está un poco crespo y muy gris. Estamos sentados, ella y yo, en uno de los bancos que da a la playa de escombros de la Reserva Ecologica.
Tiene el pelo negro planchado y hasta donde me dijeron, no hay argentinas caucásicas con el pelo negro, a menos que sean de corte amerindias, y las amerindias no creo que sean caucásicas. No es que me importe mucho la etnia. Ella es fresca, y lo que no sabe no lo quiere saber, y yo las cosas que no sé me llevan al infierno cada día un poco mas.

- Así que hoy no tenias nada mejor que hacer que pasear con este viejo verde.
- Choto.
- Gracias. Matáte.
- De nada. No tenia nada para hacer, son las vacaciones de invierno, me corresponde una semana de vacaciones.
- Te pagan bien en el laburo?
- No se si me pagan bien pero que la levantan con pala ellos, si, la levantan.
- Que comprarias con la plata que te pagan?
- Una planchita para el pelo. Una entrada para el Lollapalooza.
- Sigue existiendo ese festival pedorro?
- Si, es una masa.
- Me dijeron que es bastante malo, que hay una banda buena y diez malas.
- No me sorprende que te digan esas cosas, depende de con quien te juntes. De quien quieras huir.
- Huir de quien?
- Quise decir oir.
- Jajaja, tal vez sos vos la que quiere huir.
- Deberia?
- Podes hacerlo si tenes ganas.

Me mira. No se va.
Levanto unas piedrecitas del suelo y arrojo algunas hacia el río imponente. Estamos muy lejos del agua. Aún asi me doy cuenta de que querría hacer sapitos en el agua. Mi brazo no responde. Me doy vuelta y le tiro una piedrita en la falda. Ella la agarra y me la tira en la cara...

- Fuck you!
- Fuckl you vos que me tiras piedras. No te das cuenta de que soy una señorita?
- Me he dado cuenta.
- Comportese, anciano.
- Pero la rreputtta madre que te parió, gracias por ese desconsolador comentario...!

Le tomo la punta de los dedos de la mano. Es una mano nueva. Fresca, sin cicatrices. Mi mano tomando los dedos de sus manos afean la suya. Mis dedos estan rojos y grises, con arrugas en los dedos, la piel maltratada. La de ella es color de trigo, finos y delicados dedos. Los dedos de una señorita.
Sacudo un poco su mano. Me sonrío. Ella debe pensar de que soy un completo siome y yo se que a ella no le importa. Soy su juguete. Si le rompo las bolas toda la tarde, ella tiene el antidoto. Si yo me caigo muerto de un infarto, ella nunca me ha visto. Si le doy un beso o trato de hacerlo va a dar vuelta la cara, si no le doy un beso se va a ir porque va a pensar que soy un eunuco.

Le doy una pequeña patada con el pie, en su pié. Ella me la devuelve.
Son intercambios y devoluciones muy básicas. Desde la decada del ochenta que soy el mismo: tengo miedo, soy un niño, me corrompo. Me duele. Ella piensa que ando de joda o fumado.
Los parámetros son esos: debe ser algo relacionado con estupidez, o drogas, o simplemente demasiado pensamiento para una sola cosa.

- Sos un tipo muy raro.
- En realidad no. Vos sos extraña?
- No.
- Sos extraña a vos misma?
- Y eso? No te entendí nada de eso ultimo. De hecho no entiendo nada de lo que me estas diciendo.
- Bah, cosas de viejo choto.

Encuentro relax en esta parte. El rio ayuda mucho: es el que mas y mejor habla de los tres. Yo lo escucho. Entro en un estado de deplorable autocompasión, por ser viejo y por estar caliente.
- Tenes novio?
- No.
- Por?
- Yo hago lo que quiero. No estoy casada.
- Por favor no lo hagas.
- El que?
- Casarte.
- Soy muy chiquita.
- Si lo sos. Tambien tenes la mente podrida, si no, no hubieras venido.
- Eeehhh, no? No vine por nada en particular o para hacer nada especifico.
- Y esto que es? Acaso encontrarse con un extraño no es algo especifico.
- No, porque yo no te conozco.
- Y yo a vos tampoco. Queres casarte conmigo?
- Jajaja, soy muy chiquita. Mis papás se casaron a los veinte años y me tuvieron a los dos meses.
- O sea que tu mamá fue una novia embarazada.
- Sí.
- Que manera de cojer. Paren de cojer!

Me mira mas divertida que nunca. Reconozco que a mi tambien me divierte. Es como si yo hubiera venido aca a disculparme ante alguien a quien no le importan las disculpas: a los dieciocho años, según recuerdo, las heridas cicatrizaban mejor.

- Para vos de hacer declaraciones tan raras...
- Perdon, es que soy muy mal garche y me da envidia.
- Bueno, tal vez podriamos ponerle la ficha a que no sos tan malo como vos pensas, en CUALQUIER AREA a la que te estes refiriendo en este momento.
- Es la verdad. No es que me tiro abajo.

Vicky mueve la cabeza al rio. Tiene una linda nariz.

-  Querer a veces no es poder.
- Exacto..
- Que querés en este momento?
- Ponerme la campera.
- Entonces ponte el poncho, pancha.
- Campera, no poncho.- me dice, muy seria, fulminándome con los ojos.
- Ok...

Se pone la campera. Cuando mueve los brazos hacia atras para ponerse las mangas puedo notar sus pechos debajo de la remera: tiene los pezones suaves y marcan un pequeño boton a travez de la tela blanca, y por su contextura fisica me doy cuenta de que es suave y flexible, sexy solo intuyéndolo en parte, y esa parte de intuición está todavia aprendiendo a usarla, a usar su cuerpo, su desfachatez. Está lista para todo porque ni siquiera tiene profundas excusas o la habilidad de pecar severamente para pedir perdon de una manera grave y profunda. Yo solia ser así, pero a los dieciocho años ya estaba escribiendo poemas malísimos. Su angustia fue mi angustia, y si caminaba con la muerte de alguna manera, al igual que ella, yo podia taparla con la tierra de una encogida de hombros.
Esos dias ya se fueron.

- Te puedo tirar al rio?
- No vas a poder, anciano, te rompèrias la cabeza contra las piedras y los cascotes tratando de arrastrarme hacia el agua.
- Si, probablemente se me doblarian las rodillas.
- Estas hecho mierda, papá!
- Papá las pelotas. Y vos? Todo bien?
- Me lo preguntaste cuando me saludaste cuando nos vimos.
- Es que soy un sorete lleno de miedo.
- Estoy bien. Vos estas bien?
- Nunca estoy bien.

Hago en broma que la voy a acogotar y la sofoco con mis manos en su cara. Le tiro del pelo suavemente.
No se sonroja.
Yo apenas puedo respirar.
Prendo un cigarro.

Miro hacia el otro lado expulsando el humo azul hacia el aire repentinamente gélido. Hay un ceibo muy viejo y muy achaparrado a nuestra izquierda.
Vicky habla, entonces.

- Y vos, que viniste a buscar acá?
- No sé. Me caiste bien.

Me sonrio un poco, tuerzo los labios, un mohín. Ese ceibo lo debe de haber plantado mi abuela y ahi está: chupando aguia podrida, y las flores son rojas y gritan, como los labios menores de una vulva con un fruto secreto entre los pliegues.
No puedo evitarlo. Le pellizco suavemente la oreja y ella se tira hacia atrás. Me pongo físico, como un niño. No se que decir. Me autoputeo mentalmente.

- La niña del barrio de Flores.

Me cruzo de brazos, con un gesto muy serio. Vicky sonrie.

- Me das uno de tus cigarrillos?
- Ni en pedo.
- Dale...
- Si te veo fumando te parto el alma.
- Ya estoy grande.
- Sí, de culo. Shut up.

Me agarra el paquete del bolsillo de la campera de jean y prende un pitillo muy torpemente. Inhala. Empieza a toser con virulencia.

- Fumar es perjudicial para la salud. Causa culo de Yoko Ono, muchachita.

Le caen lagrimas calientes de los ojos. Se rie mientras tose y saca la lengua afuera para ventilar la boca. La lengua es rosada, de un rosa vivo, intacto.
Tomo el cigarrillo y me lo pongo en la boca.

- Somn un asco. Que son?
- Baltimore. Tabaco malo.
- Es un asco, es como pasto quemado.
- El tabaco es sagrado, a travez del tabaco hablan los grandes dioses del pasado.
- Si, los dioses del cancer.
- Y para que mierda te prendes un pucho? No tenes pinta de fumar.
- De vez en cuando fumo uno. Pero este es el mas asqueroso cigarrillo que probé en mi vida.
- Si , es una mierda.

Inhalo mi cigarro. Cuando fumo, algo dentro mío se prende como un motor. Me siento conmigo mismo, es como una barrera química contra todos los boludos del mundo.
Se pellizca la nariz y se rasca. Empieza a reirse mientras se seca una lagrima que le cae por la mejilla. Tose.
Yo no me rio.
- Vos no paraste de fumar desde que nos encontramos.
- Fumo una banda. Freud decia que quien no tiene a quien besar fuma.
- Sos psicologo ahora?
- No , soy paciente. En este mismo momento, si bien no me siento muy enfermo, aparte de la irritación extrema que me causas...
- Qué!, - dice la mina, sorprendida porque ya se la ve venir.
-... En este momento estoy siendo mas que paciente. Con vos.
- Así que Freud decia... que?
- Que quien no tiene nadie a quien besar, fuma. Tabaco.
- Y porro?
- Probablermente lo mismo. Usted, señorita, tiene a alguien a quien besar?
- No he tenido el gusto todavia.
- Mmmm...
- No me gusta la gente que fuma.
- A mi tampoco. pero es lo que hay. Me gusta fumar. No me hace bien, pero me gusta.
- A vos te gustan las cosas raras, me parece.
- Esto es raro. Vos sos rara. En una manera perfumada y loca.
- Sos todo un poeta.

Empino la botella para no responder.
Shake Pronto. Sabe a plastilina. Sabe a "esto yo ya lo viví".

- Un traguito?
- Es una mierda eso...
- Está hecho con ingredientes naturales.
- Si claro.
- Si, esta compuesto de jugos de bayas. habas, y lentejas podridas. Despues le tiran pintura colorada o azul.
- Ok, dame un poco.

Bebe. Hace un pequeño buche. Traga y frunce la cara.

- Tu boca debe ser un pozo ciego.
- No te recomiendo que me beses, eso seguro.
- No quiero besarte. Que tarado.
- Por eso, te prevengo.
- La advertencia es bienvenida y aceptada.
- Tenés un moco que te está callendo. Es horrible.
- A donde???!!!
- Es broma.

La abrazo. Torpemente. No tengo nivel ni clase. No tengo experiencia. Ella tampoco. Yo soy un alien y ella nunca querrá pedir permiso para entrar o salir de cualquier lado. No tiene Dios. Ella es su propio Dios. No pasa hambre, la gente, si no la quiere, al menos piensa que es hermosa. Eso o yo juzgo a todos con la vara que a mi me han puesto encima.

- Sos re linda, pendeja, pero la verdad es que estamos a un millon de años luz de todo. Y bué.
- Mirá que si seguís así me voy, eh...
- Dame un beso.
- No.
- Dame un beso o te reviento. Nah, mentira, no me des nada.

Se acerca rapido y me da un beso en la mejilla.
No la miro. me sonrio un pco, me hago el sota. Vicky huele a manteca y a silencio. Todo lo que hay adentro de ella parece aullarle a la luna y como si todo se rompiera.

- Vamos yendo que viene tormenta.
- Que pasa, le tenes miedo al agua, no era que me ibas a tirar al rio, anciano?

Me levanto y la levanto conmigo en mis brazos. Ella patalea y vuelve a ponerse de pie. Entonces la abrazo otra vez y hundo con torpeza mi nariz en su pelo negro y puedo sentir su cuello delgado contra mi nariz, su olor vivo dentro de mi corazon casi muerto.
Entonces le agarro la cabeza y le planto un beso. Vicky se rie un poco, pero en un segundo ya está desarmada, y le doy un segundo beso en esa boca tan chiquita. Soy un rufián. Y eso es lo que ella quería.
Apoyo mi erección en su entrepierna y le hundo la lengua adentro, mi lengua de mierda, mi lengua tabáquica.
Está ahi parada y la siento estrmecerse. Está viva y yo tengo cuarenta y tres años y tengo una ereccion muy sólida y real en un espacio publico. Le muerdo la boquita, se la chupo. Le clavo el falo apretado dentro del jean en su faldita tan graciosa.
Tiene los ojos cerrados y se está dando cuenta de una cosa: ciertas preocupaciones que no tienen nombre aun. Este tipo excedido de peso que la lleva de la correa como una cobra exhibida en un mercadillo.
Le pongo su cabeza en mi pecho y me doy cuenta de que es alta, mona, inteligente, y de que no hay necesidad de deshacer algunas cosas. Nadie puede desarmar un huracán. Simplemente pasa.
No hay gente alrededor. Se ha levantado el viento. Le pongo una mano en un seno, o mas bien entre medio de estos. Su pecho sube y baja, y en el medio, debajo de la remera, algo golpea fuerte.

- Es un lugar enorme, te va a gustar. Vamos.
- Esto se pone cada vez mas raro.
- Te disgusta?

No responde.
Vamos por el sendero de la ribera, Hacia el norte.
La tomaria de la mano, pero eso si ya seria de viejito cochambroso. Entonces no la tomo de la mano y solo la dejo que camine a su propio ritmo o que acepte el mio.
Solapadamente y sin que ella se de cuenta, meto una mano adentro de mis pantalones y acomodo el pene que pareciera ser un pajaro que quiere escapar de una horrible carcel.
Vicky camina un poco desencajada. está alerta, electrificada. yo estoy mas o menos igual.
Al llegar al mirador cercano al dique, miro hacia adentro y veo uno de los tantos senderos usados por los bomberos y los cuidadores. Son estos pasillos frondosos donde el bosque se convierte en un canal pelado. Con mi ritmo corporal, la llevo a que doble y baje hacia ese lado impenetrable casi. Bajamos al nivel del rio, lejos del rio. Vicky no dice nada. Está pactado. Yo dije no, no me importa, ella dijo a mi tampoco me importa, pero despues pregunta por qué a mi no me importa y ella parece interesada en oirlo. Ahora hacemos música. Nos decantamos. Vamos bajando hacia la espesura de la arboleda cerrada, mas y mas adentro de sombras primitivas, de espacios salvajes y benevolentes.
Nos acostamos entre las hojas. No hay cuidadores a la vista, estamos bien lejos de los ojos extraños. No necesitamos luz u otras comodidades esenciales.
La botella quedó atras en el banco de la zona de pic nics, meciendose con el viento del este.
Cierro una mano en una teta y entonces aprieto suavemente un pezón sobre la tela. El pezon se despierta y se pone duro. Ella no jadea. Está muy quieta. Me entrega la boca otra vez. No puedo reconocer el origen verdadero de un temblor pero supongo que yo estoy mas asustado que ella. No es la edad. Es un todo primitivo ysuperbestial. La hago rodar para que quede arriba mio. Y siento su entrepierna sinuosa sobre mi pija vomitar oleadas de electricidad. Está bien construida. Algun Dios degenerado, que probablemente pensó en mi, la hizo elastica, sensualmente delicada, y puso en su cabeza un cerebro mejor que el mio. Ninguno de nosotros dos es culpable de nada. Nadie estafa a nadie. La tomo de los cabellos y le muerdo ligeramente la nariz, entonces bajo las manos hasta su culito, levanto la falda y siento la bombacha. Algodón suave, en suaves pompas, firmes y calientes.
Me pierdo. Cavilo, casi demente. Va callendo la noche adentro mio y adentro de ella. Confundida y halagada para ella, confundido y asustado para mi. Aprieta los dientes como si estuviera en un avión en llamas cayendo en picada. No la puedo ayudar con eso.
Bajo la bombachita, le abro los cachetes. Poso la yema del indice en su ano, blando, intacto, maravilloso. Un jadeo y la dejo al lado mio y pongo mi mano en su pubis y siento la mata de rizos mas suaves que han sentido jamás estos dedos. Suaves. Pocos afeites. Hay un badén entre la mata de pelos y el ombligo, la siento recorriendolo con mis yemas y yo me quiero morir por quererme morir, pero antes que morir , automaticamente me pasa que en esos rizos, en esos pelos, hay una paz hipnotizante, hay un infierno gentil que me hace cerrar los ojos y optar por un salvajismo mezcla de intuicion y crimen. una suspensión total de cualquier razón. Me gusta así.
Meto tres dedos en su vagina bien hasta el fondo. Mi palma parece querer entrar también, es una opción y el perfume animal de su sexo se estrella contra mi cara, destrozándome.
Meto mi lengua en su boca fresca y se termina un martirio y empieza otro.
Entonces me aparto, aun bombeando con la mano adentro, curvando los ojos para asaltar las rugosidades internas, y la miro a los ojos. Sus parpados están cerrados. Sus parpados del año dos mil cien estan cerrados por mis parpados del viejo milenio abiertos.

- Hey...

Vicky abrió los ojos.
-  Nada, solo te queria decir: "Hey".
- Siempre decis "Hey" antes de cojer?
- Yo no dije que ibamos a cojer.
- Bueno, en una de esas se te ocurre algo.
- Exacto. Es lo que yo me digo siempre.
- Fer.
- Que?
- Cojeme.

Y ahi mirandome con las pupilas negras centelleando en la sombra  de el último dia del mundo la pendeja parecia tener diez mil años. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario