sábado, 16 de junio de 2018

B.A., 16 de junio, 2018

Stress. Extremadamente deprimido como hace mucho tiempo no lo estaba. Sensación de asfixia. Agobio. Soy amado, pero me pesa el lomo por cuestiones de mi departamento, el frio, el humo, el cigarrillo. Tos persistente, contínua y diaria. Imposibilidad de  actividades novedosas. Imposibilidad de reinvención. Factores externos pudriendo mis pequeñas felicidades mas íntimas y preciadas. No salgo a las plazas. No salgo a caminar, no salgo a tomar aire, pero lo necesito. Me pesa el torso. Me duelen las rodillas. Me encorvo. Ira, enojo, hago música triste para amigos y cariños que no tengo o veo que otra gente tiene. Mi espiritu está viciado de tristeza y desesperanza. Me siento en el exilio, pero me exaspera no poder irme de esta casa llena de fantasmas y de grietas, de este departamento que literalmente se está destripando de afuera hacia adentro por la humedad y las fisuras en los caños. Yazgo humillado por estar exhausto de pelear y no resolver nada. permanezco estático, a la espera de un milagro. o... No puedo ni se como vender lo que creo. me miro en el espejo y me veo avejentado, la cara hinchada, las manos inútiles. Uno abraza a la angustia como un sentimiento válido y vivo, y uno no la nutre como a un animal del que uno esté muy orgulloso, pero si ennoblece el sentimiento  como manifestación de, ultimamente, VIDA; porque uno está en el ajo, pero la sensación de que me van a sacar de la sartén es potente y da miedo.
Dejame que te lo explique sin poalabras con una canción sin palabras.
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