Escribo esto mientras subo a un server el pirata que vendí hace unos dias de Nirvana, dos para ser mas exacto.
No tengo muchas ganas de escribir pero no tengo nadie que me abrace, asi que... lloriqueemos un poco.
Me estaba acordando de cuando iba al secundario, al Sarmiento... Debe ser una de esas rabietas emo-cionales que me agarran a la noche cuando estoy solo y no puedo dormir. Me acuerdo demasiado las cosas, y son unas pocas y son cosas de mierda, cosas que no sanan... la gente es mala. Me estaba acordando de cuando era invierno, 1990, tal vez. Iba al colegio, no me importaba nada, las clases eran aburridas y los dias estaban llenos de un aburrimiento aplastante. Los profesores eran estériles, los preceptores idiotas, los compañeros estaban igual de perdidos.... nadie queria ser nada grande en ese colegio, regido por milicoides y terratenientes y arrendatarios conchetos de Barrio Norte. Al Sarmiento iban todos los que la habian cagado, era el repositorio de losers de primera mano mas eminente entre todos los colegios. Y el colegio en si era una garcha. Antiguo, viejos bancos de madera con las inscripciones de todos los penitentes de su historia, debian de tener 100 años o mas... todos los losers de los ultimos 100 años habian trazado con birome y punta de navaja sus memorias en esa madera, de solo pensarlo me dan ganas de vomitar. Vida tras vida tras vida tras vida unos arriba de otros amontonados, nombres nombres nombres nombres... punzados con las biromes, tajeados con biromes, con la punta de los compases, hendidos, las marcas, las siglas, las frases.
Querian que absorbieramos algo ahi, que aprendieramos. El sistema educacional bien gracias: despues piden aumento los maestros.
El aula estaba pintada de dos colores, a la altura de la cintura empezaba de un color y por debajo de la cintura otro color. Una combinacion de un marron muy claro y un gris de mierda. De todos los colores que podian elegir, eligieron esos dos colores: marron mierda, y gris materia cerebral muerta. Las paredes estaban repintadas una, dos, tres, cincuenta veces una arriba de la otra, las capas, y era muy triste, porque te podias dar cuenta, o por lo menos me doy cuentas ahora, que habia pasado mucho tiempo, y medio como que un error se tapaba con otro error. Era una costra arriba de otra costra arriba de otra costra y asi sucesivamente, y una capa de pintura arriba de la otra hacia montañitas gruesas, montañitas y bultos y bulbos y granulaciones por todos lados. Mugre en las paredes, el piso de baldosas blancas y negras, gastado y liso y frio. Y el frio adentro de esa aula. Y el VACIO adentro de esa aula, y en invierno aparte de deprimirte profundamente y pensar en matarte o matarlos a todos, te cagabas de frio, porque habia una pequeña estufa ridicula ahi arriba del pizarron, a gas, o habia un radiador de mierda que la ultima vez que habia calentado algo era la concha de la madre de Bernardino Rivadavia. Era horrible. Horrible. Los alumnos entraban (entrabamos) y no habia nada vivo en el recinto... nadie queria estudiar, estabamos todos dormidos y calientes y hartos y sexuados y cagandonos a trompadas todo el tiempo. Si habia algun traga pasaba desapercibido porque era una luminaria mediocre.... jovial y sonriente, si, y bastante zopilote. Tambien bastante avergonzado de no participar a full en la vilipendiosa jarana general.
Yo me daba cuenta, en esa area nunca fui un tonto. Siempre tuve, aparte de la melancolía, el ojo muy agudo.
Me acuerdo de uno: tenia un marote enorme de pelo bordó crespo y ojos de gato. Se vestía con unos pantalones de short blancos cuando no estaba en el colegio, medias blancas, zapatillas blancas. Saludable, estudioso e impoluto. Siempre parecia ofendido por el "fooling around" generalizado.
Quien sabe, tal vez tuviera convicciones.
Alguien le pegó un chicle en el pelo y se pudrió todo. Le tuvieron que sacar media mollera para quitar ese chicle que creo fue la bola de chicle mas grande que vi en mi vida.
Y el que se lo pegó, creo que fui yo.
Creo.
Tambien me acuerdo de un Manolito, catalán, rubión mixto, con pecas en la cara bonachona, sonrisa de Norman Rockwell, dientes redondos, grandes e hirsutas cejas negras, que siempre andaba con la bragueta abajo, ruborizándose.
(Escribo esto totalmente exento de cauterizancion de todas las heridas que puedo mostrar, y las que no, tambien. Gracias de nada).
Manolito tenia unas camisas de franelas a cuadros, azules y grises con rayas rojas, la camisa adentro, cinturon, blue jeans, botas de gamuza.
Que tortura que era el colegio. La mala iluminacion del techo sobre un aula completamente muerta aun me hace estremecer el corazón. Deberia de haberlo resuelto hace rato y haberla remado, pero sigo sin comprenderlo. Es mi Talón de Aquiles esos años, el gran NO recibido. Levantarte a las siete de la mañana... ni siquiera puedo recordar desayunar. Despues de los quince años, ya con despertarme se me iba el apetito. La cama era un bálsamo tibio y curador, los dias de lluvia, ya a los quince, nadie me decia que fuera al colegio. Mi papa y mi abuela estaban muy apesadumbrados porque yo no avanzaba en nada.
Pensaban que yo era un rebelde. Yo no era rebelde. Yo solo estaba lleno de una buena leche que, sin las credenciales del estudio, me harian un fregón sin capacidad de parir mas que polvo muerto.
Es el dia de hoy que no se lo que me pasa. Me han dicho que soy depresivo, que soy un boludo, que hago fuerza para ser un boludo... y me han dicho de que eso de que hago fuerza, da justo en la tecla.
A mis tiernos cuarenta y casi un años, no puedo dejar de ser lo poco que soy, incluso aunque me llame a pertenencia areas psicosociales no muy halagadoras.
Triste estoy, muerto no.
Eso es bueno.
Recuerdo los cigarrillos, los primeros fumados antes de entrar a la escuela...., el sol, las caras cretinas, los parvulos, los misfits de siempre. Idiotas, freaks físicos, feos, apocados, listos para salir a delinquier, a robarle los relojes pulsera a los pendejos de la primaria.
Folklore barrial, psicopatía adolescente.
Hay huecos esenciales en los barrios donde se esconden todos los losers que quieren escapar al sistema, y yo los conozco todos. Eramos jovenes, odiabamos a todos, ellos eran feos y nosotros estabamos en infracción. Teniamos musculos y los usabamos para fumar, para pelearnos, para llorar, para irnos entrenes a los flippers que habrian a las ocho de la mañana en la estación de tren de Coghlan solo para nosotros que nos haciamos la rata en el colegio. Nos faltaban dos muelas, estabamos en perfecta forma, eramos idiotas lisérgicos, llorabamos cuando nos notificaban que eramos expulsados. Nuestros padres iban a hablar con los directores y directoras de los colegios, rogaban, suplicaban, se arrodillaban adelante de ellos, decian: "Mi hijo es bueno". Eran rechazados. "Su hijo se dedico todo el dia a sacarle pedazos a una silla en la clase de inglés, pedazo a pedazo. No para de decir guarangadas y distraer a sus compañeros y es un cáncer para el avance del sistema educativo y la gente que quiere disfrutar de sus ventajas. Lamentablemente lo vamos a tener que expulsar. Con estas amonestaciones alcanza una suma de 55 amonestaciones, el limite con expulsion es de 15. Y si pudieramos, lo expulsariamos tres veces, pero con una es suficiente".
Palabras efectivas para pobres viejos hartos de sus propios hijos. Nuestros padres no sabian que hacer con nosotros.
"O ESTUDIAS O TRABAJAS!", me dijo un dia mi viejo. Yo lloraba aferrado a su camisa, diciendole que no podia mas, que no aguantabA MAS, que directamente no podia ni hacer quebrados matematicos básicos. Habia terminado la primaria de pedo. Habia tirado un piano sin querer, habia tirado un matafuegos sin querer. Estaba perdido, estaba suicida, estaba deprimido, y mi viejo, que se habia sentido muy tocado por esa escena de Rebelde sin Causa, con James Dean, la de: YOUR TEARING ME APARRRTTT!!!, bueno, el sabia que yo era sincero. El sabia que yo no era malo.
Lo cual lo empeoraba todo, porque si no era malo, entonces era un boludo, y si era un boludo ya bastante de grande, iba a comer mierda por el resto de mis dias.
Mi viejo trato todo lo que pudo por mantenerse en el rol de padre férreo, pero no era lo suyo... desistió mil veces de tratarme con mano dura porque en realidad él no tenia mano dura, y creo que siempre me vió como un tristisimo inconveniente lamentable que venia de si mismo, tal vez, segun él, y esto me lo dijo una vez, un mal padre, o un tristisimo inconveniente lamentable.
Dos suicidas?
Me quedé libre o me echaron de cinco o seis colegios. Del ENET nro 3, Mariquita sanchez de Thompson (posta que tiene ese nombre, no es joda), del Roca, que esta en Belgrano R.
Ahi fue donde atravesé con todo el brazo una ventana de vidrio jugando al futbol en una pequeña terraza. Me corté una vena del brazo.
Me pusieron agua oxigenada con un algodón y quedé libre por amonestaciones automaticamente.
Del Sarmiento, de la calle Libertad...
(Soy un punk triste!)
... el de las costras de pintura. De ese me echaron mal. Alguien, no se quien, prendió fuego una biblioteca. Me echaron la culpa a mi. Me acusaron de leer bibliografia insurrecta y criminal (FARENHEIT 451, DE RAY BRADBURY). Y con esa evidencia se deshicieron de mi. Todo bien. De todas maneras todo iba para atras.
A veces cuando ando cerca de alguno de estos colegio siento una opresión en el pecho y los recuerdos me obnubilan el alma. Veo colegiales, felices, llenos de salud, de alegria, de aventura y de energia. Es bueno que alguien la tenga a esa salud. Yo los abrazo con el alma y canturreo para mis adentros esa cancion de The Animals, "House of the rising sun":
"Mother, tell your children... not to do what I have done..."
Si me pongo a pensar en mis muelas podridas y en mi curriculum vitae me doy cuenta de que tengo en el lomo bastante bailado, a mi peculiar manera, y que a pesar de que soy poco menos que un analfabeto, podria, no se, barrer, limpiar inodoros, esscribir unas lineas sentimentales, caer, no llorar, esgrimar y hacer fintas torpes con mi gruesa y torpe cintura. Pero esos dias de escuela se llevaron lo mejor de mi. Esos pizarrones negros llenos de mierda de tiza, tan vastos e inutiles, chupandome la mente hasta dejarla desierta, no me enseñaron nada. Y las voces huecas de los profesores, hermosos monstruos todos ellos, muchos han muerto, y entre rabieta y rabieta yo tambien me muero, probablemente termine como ellos al fondo de Chacarita ahi donde nadie visita, en un nicho, en un rincon, arriba a la izquierda.
No quiero pensar mucho en eso, pero lo hago igual.
Si alguna vez se pudo dar de que alguien se enterara de que soy un tipo fiel, loable, digno de un abrazo duradero, apasionado, que entrega la mitad de lo que tiene al primer noble o forajido que lo pida, que es lo que hice siempre, que soy algo para cuidar, que merezco ser tenido en cuenta, de que puedo amar, garchar, ser curado, proteger y soliviantar; en vez de apartado y vilipendiado a espaldas y frente? Nunca ocurrió. Cual Marqués de Sade, estoy encerrado en mi cuarto de huesos escribiendo las memorias postumas de todas las perversiones por las cuales se me ha mantenido lejos y en la sombra.
En compania de pervertidos, enfermos mentales, espasticos y neuróticos, suicidas, llorones, blanditos y transgresores de endeble tenor.
O sea, mis pares.
O, podria levantarme de alguna manera. Esto es tentativo y se dice porque los labios y los dedos, se supone, estan para algo.
Estos últimos diez años fueron duros, divertidos, dementes, torturantes y bastante caoticos. Tres novias, una docena de putas amantes dementes. Polvos salvajes, libros devorados, paseos, gatos, muchos platos de fideos y algunas semanitas sin probar bocado. Una operacion de calculo de vesicula, depresiones salvajes, inviernos terribles, veranos psicoticos, besos de fuego, canillas que cantan a la madrugada.
Y mucha soledad.
Estoy seguro de que si Dios existe en el cielo, cada vez que me echa una ojeada para ver como ando haciendo las cosas SE DEBE DAR UN FACEPALM EPICO.
(ja já).
(supongo?)
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