Hoy vi cruzar un barco de madera
de juguete
con velita de tela roja
quilla de cedro
manos expertas septuagenarias la secaron al encallar
en el borde del lago de Parque Centenario
manos expertas y temblorosas secaron
el barquito reluciente
y lo pusieron en un anaquel portatil
y vino el nieto al lado del viejo
y el viejo hizo todos los movimientos
expertos para asegurar
la contemplacion total
se mira y no se toca
decia el viejo sin palabras
y mucha cadera
al borde del agua
mientras las carpas
subian a temblar y acabar
masticando
el sol estaba alto y fuerte
y el privilegio fue extremo
pocas veces he visto semejante exhibicion
de buen gusto
de clara
lìmpida
decapitante
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