GARCHAR
Las cosas que deberé
hacer o no hacer
cuando los cuerpos choquen
en una sábana azul
congelada
debajo de la bandera
de un barrio devastado
debajo de los cabellos de muerte
los ancestros cuyas manos impuestas
sesgan cada caricia mía
con qué armas
con qué fantasmas observándome
desde la esquina queso suizo
del cuarto
es demasiado y demasiado poco
y ningun equilibrio será
suficiente para
conseguir descanso
pero que maravillosa canasta de frutas
señor presidente
de los lelos
la cara de ella
me mira
hacia aquí abajo entre los
pelos salvajes de sus muslos
en el cielo negro
pasan por nuestras cabezas los satélites
de amor
por los subsuelos de nuestra cama
pasa el río entubado
lamiéndose a sí mismo en volutas turbias
y a los cadáveres caídos
de esta guerra
Las cosas que deberé
hacer o no hacer
cuando los cuerpos choquen
en una sábana azul
congelada
debajo de la bandera
de un barrio devastado
debajo de los cabellos de muerte
los ancestros cuyas manos impuestas
sesgan cada caricia mía
con qué armas
con qué fantasmas observándome
desde la esquina queso suizo
del cuarto
es demasiado y demasiado poco
y ningun equilibrio será
suficiente para
conseguir descanso
pero que maravillosa canasta de frutas
señor presidente
de los lelos
la cara de ella
me mira
hacia aquí abajo entre los
pelos salvajes de sus muslos
en el cielo negro
pasan por nuestras cabezas los satélites
de amor
por los subsuelos de nuestra cama
pasa el río entubado
lamiéndose a sí mismo en volutas turbias
y a los cadáveres caídos
de esta guerra
No hay comentarios:
Publicar un comentario