Ahi està, es èl.
Viene ataviado con un tènue y blanco craneo roto y una cinta en el pelo. Quien se cree que es? Sabemos que es el elegido, que està ungido, que ha sido designado por los altos poderes y los bajos altos poderes, lo sabemos desde los bajos. Huele a tè caliente y tardìos hot dogs de medianoche, tambien trae un siseo de enojo mal disimulado y los ojos heridos, de alguna manera. Parece un poco demasiado delgado, o tal vez esta gordo de otros lugares; sexualmente lo queremos como un amigo, espiritualmente es una hoguera que no quema, una lapida que no marca ningùn lado, si estuviera al lado de un arbol en la parte de atràs de una fiesta en la parte limpia de la suburbania, lloraria amargamente desde el confin opuesto de algun universo parecido al de nosotros. Mìrenlo, esta tan solo, esta tan hambriento, està bajo el cuIdado de la ley porque casi no respira como un ser humano, tiene branquias, y está tocado con un halo de percepciòn demasiado agudo, es casi un angel, es un tremór, pero todo lo quema, el mundo de la materia de los huesos y de la alegria le quema los pies, inunda su cama de congoja y si el Cristo volviera la tierra el seria el embajador de Extremo Oriente, seria ambos las perlas y el magma endurecido en las faldas de costas por las que hombres derramaron sangre diez mil veces en olvidadas batallas. Sueña con rubias, sueña con la cerveza fria de los otros, es el portero de la puerta de todos los Sàbados, es el angel que no reta, es el ángel que habla de la companìa, de la sequìa.
Està entre nosotros.
Cuidèmoslo ahora; solo ha pasado en forma de brisa, en forma de viento en una habitacion sellada. Ha cantado debajo de la lluvia en nuestros pàrpados una serenata para la gloria de todos los muertos, es un milagro, una estratagema contra todos los diablos, es la fiesta después de la siesta, un paradigma en la miseria de la alegria infatuada de este planeta. Cuidemoslo, conoce la clave al hueco binario de nuestros corazones y los de ellos; los ellos se han levantado en armas, han mostrado diente verde y puño bruñido, los ellos escupen veneno por una vena en la lengua bìfida, saben como matarlo, o piensan, o piensan que saben como y no quieren, terrible divertimento de estos maniatados, no pueden hacerlo porque es imposible hacer dos cosas al mismo tiempo, y el baile es duro y perenne y no cesa y andan en esta clase de refinada droga, la ponzoña de la sonrisa y la daga adormilada en la punta de los finos y limpios dedos, alzándose en su oscuridad, listos para el remate de todos los tesoros.
Entonces, a él, espalda con espalda y las manos en las cachas y los ìndices en los gatillos: no han de dejarlo en paz con las lupas, rayo contra rayo contra iluminacion flaca y mas rayo, no lo dejaràn en paz ni siquiera en la improbabilidad de èl en companìa. A la distancia, aullan los perros y se quiebran todas las botellas, vienen, seguros, fuertes; las sopas han fenecido en sendas lenguas imposibles.
Serà el atardecer, este hombre, de cualquier manera.
En este recinto alfombrado donde los pies se arrastran sigilosamente en un juego arcaico de video, rebotamos entre apoteósicos y delgados caireles azules y somos primos de las luces testigo.Nadie aplaude, todos inspiran.
Cuidèmoslo, el ha nacido para llevarnos al otro lado del rio.
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