- ALTO AHIIII!!!
El pelotòn de cientificos, enfundados en sendas batas blancas, enardecidos por el deseo de conocimiento y el entendimiento cosmogònico del Universo, entra en la cocina.
Suenan melancolicas trompetas de combate en la casa de ceniza de Fernando.
Y Fernando estaba solamente sacandose una testaruda lagaña del lagrimal despues de un sueño malhabido y demasiado corto.
- SIGFRIED, DIGAME USTED QUE ESTA PASANDO AQUI. REPORTE DE SITUACION.
Siegfried se saca el barbijo azul y responde, efectivamente.
- Hombre de aproximadamente cuarenta años, con sobrepeso mòrbido, en un estado de aletargamiento evidente, cocinando huevos crudos en un jarro de lata evidenetemente sin lavar. El ambiente general es de pesadez y congoja. Necesita una afeitada. La cocina presenta un desaliño llamativo, como si hubiera en esta casa una remarcable falta de mariconeria.
- O la abundancia de ella, Siegfried, no apuremos conclusiones.
- En efecto, doctor Stark. Procedemos?
- PROCEDA, SIEGFRIED.
Siegfried se acerca al susodicho propietario.
- Usted, subnormal, digame, en que podemos ayudarlo?
- No se, ustedes entraron cuando yo me estaba sacando una lagaña.
- Y que pretende hacer con ella?
- Comèrmela... son ricas y tengo hambre.
- Y no le alcanza con los cuatro huevos crudos?
- No son crudos, son duros, de hecho, ya deberian estar cocidos.
Siegfried volviò al lado de el doctor Stark, quien observaba la escena con curiosa determinacion.
- Doctor, tenemos un caso severo de aislamiento y consecuente retraccion social con un aumento de la ingesta de proteinas y grasos en la forma de huevos duros. El paciente presenta signos de fatiga, retenciòn de liquidos y ademas... ademas...
- Dìgalo Siegrfied.
- Ademàs necesita darse una ducha. Apesta a tabaco. Y creo que del paraguayo.
- Esos Red Points son demonìacos, Siegfried. Dèjeme interactuar con el sujeto por unos instantes.
El Doctor Stark se acercò a Fernando y puso una mano paternal en el hombro de Fernando. Fernando chupaba la cristalizacion que habia sacado de su ojo y la degustaba con fruiciòn.
- Usted se lleva a la boca todo lo que su cuerpo produce, amigo mio?
- Menos soretes y waska, todo.
- Compadre, nosotros lo entendemos, si la situaciòn lleva a momentos donde la ansiedad acucia, hay dietas y planes economicos a llevar a cabo cuando la cosa se pone dura.
- Cuando la cosa se pone dura, doctor, me voy a la cama.
- Se va sin comer a dormir?
- No, me hago un pajote mientras me como mis huevos duros.
- Usted se come sus propios huevos?
- Asi es, si tengo, y los puedo cocer, entonces me los como.
- Duros...
- A veces fritos, pero el higado me lo reprocharìa. De todas maneras son mis huevos.
- Bien.
El doctor Stark volviò conmovido al lado de Siegfied. Y comentò en su oreja:
- Evidentemente tenemos un problema de actitud. Dicen que en Argentina todos tienen este problema. Una suerte de pirateria del alma, un vandalizar el espìritu.
- Nada como la madre patria Alemania, doctor. De todas maneras no teniamos un caso asi desde 1944. Abandonado, hambriento, desaliñado, sin amor y comiendo huevos duros en un jarro de lata.
- SIGFRIED, INSPECCIONE INMEDIATAMENTE ESE JARRO DE LATA!
- SI, DOCTOR STARK!
Siegfried se acercò con su traje antiradioactivo y su bata blanca y con unos forceps especiales hechos de un metal muy duro y muy limpio y muy especial, de ese material que «solo los medicos entienden, porque estudiaron mucho». Extrajo un huevo, humeante, lascivo, pelado, blanco, ligeramente babè por fuera en su càscara.
- Este huevo parece estar en estado òptimo para su consumo, doctor... es blanco, el de siete pesos la media docena. Lindo huevo, de hecho... me encanta! - , dijo Siegfried.
- CONTENGA SU ENTUSIASMO, SIEGFRIED, MANTENGA SU COMPOSTURA CIENTIFICA!
- PERO ES QUE ESTE HUEVO ME VUELVE LOCO, DOCTOR, SIENTO MAREOS, UNA ALEGRIA DESMEDIDA... NUNCA HABIA VISTO UN HUEVO DE LA MANERA EN QUE LO ESTOY VIENDO AHORA!
El doctor Stark se acercò a Siegfried y, salido de la nada, le dio dos bofetones del tipo «va y viene".
Fernando se sacò un moco y se lo llevò a la boca. Entonces dijo:
- Estàn ivitados a comer uno cada uno de ustedes. Tengo màs.
Y el doctor Stark y Siegfried y el resto del equipo de investigaciones alemàn se miraron los unos a los otros, desconcertados por la invitaciòn. Entonces Stark exclamò, visiblemente turbado:
- Siegried, Hanns, Helmut, Schopenhauer, Nietszche, INSPECCIONEN CON MAS DETENIMIENTO ESOS HUEVOS E INFORME DE LA SITUACION INMEDIATAMENTE!
Los cuatro cientificos se agolparon sobre la cocina y el jarro humeante. Unos momentos despues se irguieron y dieron pulgares de ok. Se sacaron los barbijos y exclamaron a coro, mostrando un huevo duro en cada mano:
- ESTE HUEVO YA ESTÀ COCIDO!
- SI... SI! Y ESTE TAMBIEN,- dijo Helmut.
- SI, PERO EL MIO ES MAS GRANDE, Y TIENE UNA «grietita», COMO UNA SONRISA DEL ALMA, DEL CORAZON...!
El doctor Stark se acercò y sòlo le dijo a Fernando:
- Està bien si procedemos, amigo?
- Si, «amigo»,- dijo Fernando con sorna- Ustedes tambien estan en Alemania con eso de «amigo»?
- Si, desde la primavera de 1936. Es un signo de buenos deseos y amistad y concordia.
- En Concordia hay huevos enormes tambien, y esos son los unicos amigos. Por què no van a molestar a Concordia? Por que no los «incordian» a Concordia, en Concordia? Concordemos...
- Fernando, relaje... hay salsa golf?
- En la heladera, comprè ayer...
- EQUIPO AZUL DE RECONOCIMIENTO DE CAMPO, PREPARE EXPEDICION FURTIVA STEALTH A LA HELADERA DE FERNANDO... A POR LA SALSA GOLF!
El equipo saliò trotando en marcha atletica, con pequeños sonidos onomatopèyicos de"hut hut hut", a la heladera en la habitaciòn verde contigua, cada uno con un humeante huevo duro en la mano, visiblemente animados y de muy buen talante.
- MEIN GOTT!!! NEIN NEIN... DOCTOR STARK, HAY MOHO EN ESTA HELADERA. HAY MOHO POR DENTRO Y POR FUERA, ESTO ES UN DESASTRE...!
- Fernando, sinceramente, usted como hace para vivir de esta manera?, dijo Stark.
- Sueño. -, replicò Fernando.
Y Fernando mirò por la ventana y recordò que era agosto, y habia sol afuera, y pensò que dios hizo las persianas por que la mayoria de los hombres no podia cerrar los pàrpados tan bien, y tan a menudo. Un pajaro gorgeò ahi afuera una cancion particular, y entonces una amoladora cortò un pedazo de metal y todo Balvanera pareciò llorar.
Otra vez.
Fade out.
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