- A Robin Williams
Siempre que las guerras van mal
el perdedor fuerte
encuentra formas de vender
geniales payasos
que lloran
es inesperado el reidor que muere
es inesperado el payaso que muere
es inesperada la caida de los gigantes
pero detràs de esa pintura y esa carcajada
existen, ya se sabe, mil muertes
por cada sonrisa se van dos exhalaciones
la que entra
verde
en el gozo de la vida
a la garganta
soliviantando los pulmones
otorgando la maravilla de la fantasìa
atosigandonos de esperanza con
un festìn inmaculado en la alegrìa
y la segunda
exhalaciòn
que expira
esa entrega terrible
donde atestiguamos
la orfandad de las manos humanas
que deciamos nuestras y justas
ese grito mudo
ese respiro porque suspiro
el devolver la carga justa
de las emociones
hacia el aire
hacia la desesperada
presunciòn
terrible
de la piedad
del viento
Siempre que las guerras van mal
el perdedor fuerte
encuentra formas de vender
geniales payasos
que lloran
es inesperado el reidor que muere
es inesperado el payaso que muere
es inesperada la caida de los gigantes
pero detràs de esa pintura y esa carcajada
existen, ya se sabe, mil muertes
por cada sonrisa se van dos exhalaciones
la que entra
verde
en el gozo de la vida
a la garganta
soliviantando los pulmones
otorgando la maravilla de la fantasìa
atosigandonos de esperanza con
un festìn inmaculado en la alegrìa
y la segunda
exhalaciòn
que expira
esa entrega terrible
donde atestiguamos
la orfandad de las manos humanas
que deciamos nuestras y justas
ese grito mudo
ese respiro porque suspiro
el devolver la carga justa
de las emociones
hacia el aire
hacia la desesperada
presunciòn
terrible
de la piedad
del viento
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