- Pepo, arremaguèmonos las mangas.
- Si, dale, Juanita. Me arremanga la manga?
Pepo arremanga y Juanita se levanta.
- Pepo, tenès cara de que no dormiste bien.
- Asi es, soñè con tùmulos, soñè con humo y viejos ritos ancestrales. Me pregunto si no serè indio.
- Y, por la contextura de tu rostro yo diria que sos mas bien negril, o mulato.
- Si, puede ser, Juanita. Yo te amo Juanita, hace mil años que te amo viendo esas pantallas de videotape. Quiero hacerte mia.
- Pepo, no sea desubicado. Olvidemonos de eso y tomemos una tacita de tè.
- De limon o de bergamota?
- Bergamota, por supuesto.
- Usted sabe Juanita que yo siempre quise darle lo mejor.
- Lo se Pepo, puedo sentirlo en sus ojos...
- Entonces usted me siente Juanita?
- Hasta el fondo de mi concha, Pepo.
- Juanita, vamos al baño.
- No
- Juanita, vamos al telo.
- No.
- Juanita, ùnase conmigo en una cama y descubrirà setecientos orgasmos multiples, se lo garantizo.
- Me imagino, Pepo, lo que pasa es que no puedo. Soy una chica dificil de pelar.
- Pelate èsta, Juana.
- No quiero, no me apetece, no me gusta la forma en que me lo pide.
Pepo la tomò de un brazo gentilmente y musitò tiernamente y caliente.
- Entonces hagamos el amor, Juana, avergoncemos a esos sucios garchadores sin alma que pululan llenando el mundo de chicos con hidrocefalia de gorra.
- Pepo, usted me està excitando.
- Es la idea.
- No Pepo, es que me gustan esos chicos con hidrocefàlea... sin ellos no habria un mundo de grandes gorras, en todos lados. Los chinos dejarian de fabricar gorras. Las economias se tambalearìan. Los raperos se tirarian por los balcones de sus mansiones en Beverli Jills Probablemente encontrariamos todos solaz en los turbantes, en los bombines, en los chambergos, en...
- Escuche las cumbias del amor, Juana, conmigo, yo no le voy a hacer mal. Lo que le va a hacer mal es esa banda mediocre, Grupo Aventura, la ha escuchado.
- Solo escucho musica del Caucasso, Pepo. No ando en negrerìas.
- Fijese usted que esta banda utiliza la misma cancion sampleada para todos sus temas. Con titulos como «El Aborto», «El bachatero», «Bachata loca» y, «Todos se vuelven locos con esta super bachata».
- Dijo bacinilla, Pepo?
- No, pero ahi deberian terminar todos los temas de esta agrupacion mefistofèlica.
- Hay Pepo, usted me confunde. Su intelecto me conmueve y me shockea...
- No se confunda, Juanita, yo solo quiero hacerle el bien. Mire, esto es un pan de manteca. Usted los conoce bien. Usa mucho en su cocina. Para hacer los scones, para hacer tartas y tartezuelas. Yo se la puedo meter en el culo, no me diga que no. Tengo medio kilo de bofe pa darle por popa! Y tambien me gustan sus generosas tetas, Juana, no me las niegue. Esta boca carnosa requiere de sus pezones erectos que se alzan en sus aùn firmes ubres. Consièntame.
- Esta bien, Pepo, me ha convencido. Vamos al baño.
Una vez en el baño, Pepo abriò la blusa de la inocente matrona cachonda y se metiò una teta en la boca. Apènas empezò a sorber los prominentes Patys marrones, leche brotò de su interior. Pepo la saboreò con delectaciòn, sintiendose como un niño de pecho otra vez. Juana tomaba cierta medicaciòn y la medicaciòn hacia que se elevaran los niveles de prolactina, por ende, ella podia dar de mamar, pero la medicacion se metia en el torrente làcteo, y eso era lo que estaba en la boca de Pepo: leche de matrona y un buen caudal de antidepresivos y antipsicoticos. Pepo empezò a sentirme mareado, pero se relamia y apretaba las tetas de Juanita y gruesos y maravillosos chorros de leche caliente caian en su boca, en su lengua podrida de tabaco y en su cara y en sus ojos y en su pecho. Juanita gemia sordamente con los ojos en blanco, presintiendo la destrucciòn de su hìmen en desuso, y se levantaba la pollera para meterse la mano en la concha, peluda, pestilente, rijosa, llena de rulos mugrientos por sendas mucosidades varias insoportablemente apestosas. Le iban a sacar las telarañas de la tuberìa y lo sabìa. Pepo metiò tres dedos con facilidad y Juana bajò la bragueta de Pepo. Juana abriò los ojos muy, muy grandes.
- Pepo, usted es un caballo!!
- No, Juana, soy un CENTAURO! Y soy solo suyo.
- Todo mio, Pepo? Todo todo? Cada pedazo es mio? Hay Pepo, hijo de puta, sos un animal... no estoy segura que me entre... cuanto hay acà Pepo? Dìgamelo, dìgamelo, carajo!
- Y, hay como treinta bien duros, Juana, y por los dedos que te estoy colando en la cajeta, seguro que entran con facilidad...
- Ay pero que negro de mierda... siento como me chorrean los jugos... hace años... ay... ay Pepoooo! Sucio el negro, sucio...!
Juana se dio vuelta, se subiò bien la pollera, sacò la grupa pa fuera donde estaba Pepo con el chipote chillòn en la mano, duro, purpùreo y brillante, rezumante, pulsante, venoso y asqueroso, y profiriò un pequeño mantra salvaje:
- Por la cola Pepo, por la cola que tengo practica...
- Seeee... putita de mierda, te voy a llevar al planetario a que veas las estrellas, te voy a llevar a la quinta dimension, india morena, puta de mierda....
Pepo arremetiò cual cosaco y hundiò la verga de toro en las entrañas de la sucia comadre.
- AYYYYYYYYYY PEPO ES COMO UN MISIL, ES UN TORPEDO!
- Eso rima con que en el culo tambien te meto el dedo. Que tal mi pulgar en tu sucio caquero, damisela mia? -, dijo Pepo en la grasienta y rechoncha oreja de Juanita.
- Y que tal si con el chocolate que te saque de ahi atràs hacemos una receta especial de torta de cacao para que todos los televidentes la hagan en su casa? Diga que si Juana, diga que si... NO ME SEAS PUTA JUANAAA...!!
- SIIIII, TORTA DE CHOCOLATE PARA TODOS... Y TODAS.... ooohhhh ahhhh ayyyy Pepo la puedo sentir bien adentro de MI COLON... ayyy aaackkk arrghhh ajjj ahhh...
- Te gusta, cerdita mia...?
- La adoro, Pepo, usted es mi Centauro, mi Pigmaliòn... yo soy Aquiles, y usted es la lanza de oro en la raja de mi debilidad, PEPPPOOOOOOO!!!! Lancero, a MÌ!
Alguien golpeò la puerta del baño.
«5 MINUTOS PARA ENTRAR EN EL AIRE, DOÑA JUANA!»
- Un momento que estamos en algo aqui dentro!, - gritè Pepo.
- INOPORTUNOS DE MIERDA, DESPUES ME MANDAN AL SINDICATO DE ACTORES... UN MOMENTO...!!!! Ay dios mio Pepo, nos dejamos llevar por la algarabìa que lleva al pecaminoso desencanto en el tiempo. Acaso algo mas podria haber salvado nuestras almas? Algo? Alguien? Pepo, metase la pija en el pantalon y ayùdeme a entrar en escena, debo estar hecha unn desastre...
- Està hermosa, Juana. Eso, o me pegò la leche que me hiciste tomar, zorra...
- No se preocupe, no pasa nada, son solo unos estimulantes ligeros recetados. Pepo, le puedo decir algo?
- Lo que quiera, Juana.
Juana esbozò una tierna y sabia sonrisa.
- Si yo lo miro a los ojos, usted podria... Tenemos cuatro minutos.
- Que quiere Juana? Solo digamelo. Sus deseos son ordenes.
- Quiero esa, pepo. Quiero la del negro. Dèjeme arrodillarme. Puedo arrodillarme ante usted, Pepo querido?
Juanita se arrodillò. Le costò un poco, tenia las rodillas huesudas, producto de la artrosis y la edad y de haberse arrodillado poco y nada ante nada y nadie, en toda su vida.
- Juana, mire que cuando yo me vengo, hacen falta baldes.
- Mire esta boca Pepo, vengo tragando leche desde los doce años, usted cree que... podria... en fin... darme la mema?
- Claro que si Juana, observe esta cabeza purpura, si ya està llorando miel para usted.
Juana clavò sus enormes ojos marrones en Pepo y Pepo supo que estaba condenado. Se escupiò la palma de la mano.
Tenian tres minutos.
Mas que suficiente.
Alguien volviò a golpear la puerta del baño.
«DOS MINUTOS PARA ENTRAR AL AIRE, SEÑORA JUANA!»
- NO SOY UNA SEÑORA, SOY UNA PUTA Y TENGO WASKA EN LA BOCA, IMBÈCIL!
Juana le sonriò a Pepo y le guiñò un ojito. Como Elisabeth Taylor en «Cleopatra».
Pero mejor.