Una de esas noches
en las que me siento ultra sensiblero y capaz de
abrazar a cualquier hijo/a de puta que
se me cruce en la vida.
Brotado.
In flames. Incendioso.
Contagioso,
Uno,
completamente uno con
mis pantalones de feria
que se me caen
de las caderas, con mis patas frias,
con mi pelo fosco y marañoso,
con mi estomago escaldado,
con mis ojos oprimidos por
el desborde de un corazón
hambriento de ternura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario