El loco es un ser que sufre. Bajo la premisa de proteger lo normal han hecho ellos de el maravilloso mundo redondo cuatro paredes de loquero.
Hoy, acosado violentamente por un chauffer de colectivo he desencajado porque me ha rozado un poco la muerte mental. No hay denuncia posible, acaso alguna vez la hubo? El loco recibe palo, el loco en la vejez tiene doble lomo, por ende, doble palo, y doble palo hoy en el interno 30 de la línea 146.
Que mi certificado no es bueno, que se ha vencido, no se ha vencido pero la cara de algunos colectiveros sufren de apelmazamiento prematuro. Esos verdaderos locos con el callo en el talón
imposibilitados de coger correctamente
me dan pena: siguen una ruta preestablecida
mira mi cara mira mis manos, estoy perdido en un océano de mendicidad, pero entero hasta el dia de la implosión.
Los choferes de larga distancia son mas amables, sus camisas son mas blancas que las celestes de los colectiveros, tal vez garchen mejor y la cobertura odontologica incluye pasta de dientes y reflexiones de ruta mas largas. Dios salve el garchar de los chauffers con grandes y largas rutas de reflexión
porque me dejan mas en paz con el tema de la guerra interior personal de los demás.
Me han dejado repantigando por aire, esta noche, pero solo resiento fugazmente. Ese
ha sido peor error de mi vida: no haber aprovechado mi juventud en furia y ahora que soy cansado y con espina de goma y estos tontos, que solo pueden esperar no ser nunca abuelos.
Tal vez la vida, y esto lo descubro ya doblado por la vida, es un doblon de oro cubierto de una coraza de cobre.
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