Hace calor che, tanto que se me rompe la cabeza y no dejan pensar. Tan empobrecida que anda una y algun dia voy a volar alto y me van a respetar. Esta pieza es blanca y sucia, nicotina y alquitran en la cabeza, en los labios, me juego un casino entero de que hay tabaco hasta en su corazón. No me respetan, siempre un agravio. Cuando estoy en la calle miro las veredas tan solitarias y descuidadas, tan dejadas y tan solitas que me dan ganas de llorar, y veo puertas y ventanas, cerradas y mudas, guardandolo todo, todo lo pulsante y lo maravilloso y lo lleno de huecos. Yo me río porque quiero, pero nadie sabe porque son tan estúpidos que no preguntan. Hoy me escabullí y me salí con la mia. Lo vi y ahí nomás lo vi de vuelta, tan tendido, tan hermoso y tan mio. Se me caia la baba. Se limpió los sobacos con el dorso de la mano y las olió. Tan satisfecho el muy gordo... Se prendió un pucho mientras cenaba en la cama mirando una pelicula con Saoirse Ronan en la tele. Una diosa vikinga con un perfil exquisito. Después limpió las migas de el cubrecolchón, tendió la cama de vuelta y apagó la luz con un golpe lleno de frustración contra el interruptor. Casi lo podia ver brillar en la oscuridad de tan caliente y enojado que estaba, y desde el rincón donde yo descansaba esperé unos minutos para acercarme sin hacer ruido. Ya sabemos todos como son estos tristes... estos tristes y fracasados son los mas violentos de todos. La tristeza te da buenos reflejos por una vida entera de rechazo, por vivir con miedo, por vivir avergonzada por el enojo de estar enojada. Me senté con mi flaco y solitario culito y lo observé por un buena rato y sentí como que los dos rezábamos, aunque por razones diferentes y que nuestras fiebres se compartian en proporciones muy injustas, aunque merecederas. Me digo siempre que una es como es y que cada uno es como es. De todas maneras nadie mató a nadie. Cuando yo dejo de ver a alguien por lo general se van y no vuelven. Hacen su vida y yo la mia. No hard feelings.
Ahora estoy mas cerca, las piernas se mueven con una sabiduría producto de muchos dias de sentirlo todo enloquecedoramente a flor de piel. Y me gusta pensar, me hace comezón en las uñas y me bailan los ojos y es una eterna fiesta, un poco cagarme de hambre, un poco pensar todo y tanto que me parece que estallo sin más, mil veces. Una locura controlada y sistemática por la fuerza demencial del instinto.
Estoy sobre su cabeza, expectante y fria, y puedo oler en mi alma el candor de cada pulsación, de cada respiración hedionda elevandose y llenando la habitación de una vitalidad amarga e inconciente y negra como la noche misma. Creo que lo amo. A veces pasa. No me odio por esto no lo odio a él por no poder despegar ni a mi misma por no nunca realmente poder descender. Todos sorteamos vallas y dictaduras y violencia y la esclavitud del tiempo. La vida es un negocio extraño, no? Y él en su cama, tan cansado y tan solito. Sería como violar a un santo. Tengo la boca abierta sobre su brazo, sobre el suave y fétido vello rubio de su antebrazo, y yo quiero darle algo, algo de mí, necesito ser yo misma, aunque me muera por ello. Negocios son negocios.
Y hundo mi pico hueco e infinitesimal y empiezo a sorber pacientemente a travez de la piel ahi abajo, tanteando y hendiendo, y me vuelvo flamígera en el vientre, grávida, gruesa, embarazada de calor, mientras los celosos grillos gritones afuera, calle abajo, chirrian desesperadamente celosos de que a algunos mosquitos nos hace algun dios angustiado y sanguinario que un día, aburrido y cansado de dibujar, me hizo a mi, así, simple y completamente viva como soy en cada sutil, trivial escena del crimen.
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