viernes, 1 de enero de 2016

ESTAS RE BIEN (YO CANTO A LA CORROSIÓN)


Ven, hermano, tócame el banano rábano rabino con la mano
dejame apoyarte la esperanza, como un kilo y medio de peludo.

Debes entender que mi fé es ciega de un solo ojo y llora
llooooraaa y llooooorraaa y llora Lorna, está confurdirna.

Nadie le pasa la torna y se ha ido lejos, como a 27 kilometros
lejos de todas las misilas, lejos de todos los bombis y los sombreretes
sonrien haciendo la sordina del jiji jaja, como ya lo vaticinó
aquel del patio de loquero.

Que lees? - pregunto Claudio, marcado por el overall.
Yo leo una de vaqueros de la montaña y la quebrada - respondí yo
limpiandome la waska de la boca.

Es necesario pactar un recuerdo, un raconto de reencuentro
y no perder la fe en Esas Renoletas Picadas

Cataforesis no funcionaba, dije yo, y ella se echó a llorar
presa de la corrosión.

-Y esas banderinas que óndian en el recorte del cielo allá a lo lejos?
- Esa es la hinchada de Ferdinando, que se ha recibido de cura en Crimea
y ahora arregla cremalleras, crea con crealina, craso, cribado con brea.
- No puede ser - dijo Marta - cuando yo lo escuché por ultima vez
estaba mudo de loquéz, que habrá sido que otro ha convertido?
- Increible pero real consiguió trabajo pinchando yates en Tunguska
tan encreído que estaba tan solito y naides que le apapachara la carcasa

El cielo tornó florido y cuernos viejos sonaron como erkes en la vivencia
y una gallina se tiró un pedo por la boca y las montañas temblaron ante
la carencia de tamaña ausencia de vividisencia
y un maestro polvorudo gimió contra la ingle de la tierra, y el murmullo 
apagado dejó un lamparón de tristeza en el pantalon otrora sin mancha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario