Mañana de bosta.
- Ok, cuando un oso hace asì con la cabeza...
Mark asintiò de manera muy torpe, como si
estuviera haciendo una fellatio a un fantasma.
- ... cuando hace asì con la cabeza, es que
quiere comida porque tiene hambre y necesita cariño. Los caballos hacen lo
mismo. Pero comen avena. Y fardos. Hechos con cosas.
- Pastito.
- No. Entonces vos al oso le dejàs la carne y
el bofe en la cesta, la pasas para el otro lado y entonces te vas.
- Nunca le voy a poder dar una caricia a
Pepe?
- No. Te va a arrancar la mano de un
mordisco. Estos bichos son salvajes aunque estèn amodorrados por el encienrro.
No sirven ni salvajes ni aqui dentro.
- Garròn che...
- Si. Ahora pasemos a la jaula de los lemures
bebès, estan aqui atràs de el habitàculo de los osos.
- Son como los peluches de los osos de
peluches.
Me mirò con compasiòn. Yo tenia cuarenta
años. Y necesitaba un trabajo, de lo que sea. Me mirò, en realidad, como si yo
fuera un completo homosexual.
- De hecho, los tenemos aqui atràs por si los
lemures se mueren. Lo que suele suceder.
- Acà atràs hay mas comida?
- Si, para los osos. Si los lemures se
mueren, van a la cesta de alimentacion de los osos.
- Noooo, pobres bichos...
Yo me queria ir a la mierda. Yo queria abrir
la jaula de los osos. Yo queria liberar a los lemures bebès y dejarlos que
masticaran langostitas y hojitas de eucaliptus.
Tambien queria ver una lucha cuerpo a cuerpo
de oso gris contra leòn africano. Como la cancion de Shonen Knife: Cobra Versus
Mongoose.
- Ves? A los lemures bebès les damos leche
Nan, esa que viene en latas especiales para bebès que no pùeden lactar de la
teta de la madre, se las damos con jeringas chiquitas mientras se los envuelve
en toallas calientes, despues, cuando van creciendo les damos larvas, por lo
general las mismas que les sacamos con agujas de entre los pies y del culo.
- O sean que ustedes son como papàs
adoptivos.
- Si fueran mis hijos se los devolveria a la
cigueña, por hija de puta.
No dije nada.
Mirè a un lèmur bebè mas de cerca, tenia los
ojos grandes y negros y abiertos muy de par en par, mirando todo alrededor como
si no pudiera creerselo. Me daba cosa. Los nativos de Primpopesia se los comian
en jugosos y candentes guisos. Solo cazaban los necesarios, pero parece que sus
ojos, dejados a enfriar con el gèlido aire de las planicies primpopesas, hacian
un buen postre despues de un banquete de zebra. Aqui, a catorce mil kilometros
de distancia, los mantenian encerrados en jaulas con las paredes pintadas con
junglas de tèmpera y acrìlico porque los primpopèses necesitaban deforestar sus
bosques y junglas porque Fender necesitaba hacer mas stratocasters. Por que?
Para que? Para gente que ni siquiera tenia orejas para escuchar nada. Ja.
- Ok, Rodriguez, suficiente bichar, de todas
maneras la mitad de estos primores estaràn muertos mañana por la mañana. Recuerde:
NADA DE LAZOS SENTIMENTALES CON LOS ANIMALES.
- Nada de lazos sentimentales con los
animales -, repetì yo.
Di vuelta la cabeza y una lagrima o dos me
anegò un ojo, fingì estornudar y rapidamente me sequè el ojo y avancè
pretendiendo cuidar el paso, chequeando el suelo.
- Estos son los receptàculos para las larvas
y las langostas. Son la comida de los lemùres. Y aquì tenemos las cajas con los
escarabajos. Los escarabajos se comen los cadàveres de los animales pequeños
que mueren en el zoologico: lemures, monos aulladores, pàjaros campana, pitones
y cobras, yararàs, pichiciegos... todos esos animalitos pequeños y carentes de
importancia. Hasta hemos traido un pequeño oso panda hace unos seis meses... no
pudo sobrevivir al clima, hacìa cuarenta grados, vino la ola de calor del
norte, nos cortaron la luz y Sofovich no quiso traer un grupo electrògeno... de
todas maneras el oso panda nos vino fallado, porque era todo negro, no tenia
manchas blancas, o manchas negras sobre
ningun blanco... estabamos muy enojados, ni siquiera podiamos devolverlo a
China porque estaba muy debil y todo pulgoso... terminò en esta caja con
escarabajos. Todos estos esqueletos van a parar a museos de ciencias naturales.
El de Parque Centenario, el de La Plata...
Osos panda bebès en cajas con escarabajos,
pensè yo, osos panda bebès encerrados en cajas con escarabajos que comen carne.
- Rodriguez, tu trabajo es obedecerme a mi.
Lo que yo digo es ley. Por lo general la jaula de los camellos se limpia los
martes y los viernes, la de las jirafas tambien. Usted tendrà un walkie talkie
y tendrà que acudir al puesto o estafeta o habitat que corresponda. El horario
de trabajo es de siete y media de la mañana a cuatro de la tarde con un break
de veinte minutos para almorzar. Por suerte eso se hace despuès de limpiarle
los dientes al hipopòtamo, ese hijo de puta tiene un aliento impresionante, y
los meos de los leones y las panteras son algo un tanto demasiado revulsivo.
Trate de almorzar no muy copiosamente, vomitar en este trabajo no es raro, pero
es algo que prefeririamos que no haga. No tiene permiso de hacerlo. Shockea a
los animales. En las verdes praderas del Kilimajaro no hay hombres vomitando, por
lo general son los leones quienes vomitan esqueletos... humanos, a veces. Usted
entiende…
Mirè hacia la luz del tubo de neòn del techo,
mi nuevo cielo. Pensè: ojalà lloviera.
- ...De todas maneras estamos haciendoles
dieta a los carnivoros grandes, se estan poniendo demasiado gordos con su dieta
de lemures bebès muertos. los jotes y buitres tambien. Por suerte no pueden
volar, les cortamos las puntas de las alas y los mantenemos a raya a esos
polluelos, son el «highlight» del zoologico. Les tiramos ratones vivos. La
gente aplaude. Eso trae dividendos. La gente lo disfruta mucho. La sangre y las
pequeñas vìsceras en el pico de las aves rapàces... en fin.
- Sangre y visceras... la gente aplaude.
- Exacto, veo que ya vas entendiendo.
- Dividendos...
- Exactamente. Y aquì, Rodriguez, en esta
pared tan pulcra en este recinto tan loable donde mueren lemures y escarabajos
africanos comen la carne de osos panda bebès chinos, està su cronograma de
pago... Usted cobraria... el veintinueve.
Entonces me diò la espalda. Craso error. Pude
ver su nuca. Un grueso y negro lunar se alzaba en el medio de su mal afeitada
cabeza sin pensamientos.
Otro dia en la oficina.
Tomè un bisturì de una mesa a mi derecha y lo
hundì una vez en su homoplato. El supervisor pegò un chillido incrèdulo y
despuès algo asi como un: UGH. Se diò vuelta y me mirò con el cuchillo en la
mano alzado delante de su cara. Sus ojos imploraban misericordia basado en el
dolor y en el repentino reconocimiento de su propia alma, estèril y
purulenta.
Musitò:
- Por que...?
Entonces exhalè:
- NADA DE LAZOS SENTIMENTALES CON LOS
ANIMALES...!
Le hundì el bisturì en el globo ocular
izquierdo. La navaja, afiladìsima, entrò como una saeta con el mango incluido,
entonces lo saquè, y el empleado del zoologico se agachò, herido de muerte, y
cayò al suelo, inconciente, completamente rendido.
Mirè el cuerpo aùn vivo y tembloroso.
Me agachè y procedì a decapitarlo
metòdicamente, siguiendo una linea de puntos imaginaria alrededor de la base
del craneo. Brotò mucha sangre cuando alcancè la yugular.
- NADA DE LAZOS SENTIMENTALES CON LOS
ANIMALES.
Separè la cabeza y la metì en el receptàculo
con los escarabajos. Pude escuchar un bullir inmediato, como si setecientas mil
pequeñas bocas despertaran de un aletargado sueño imposible, y el sonido me
hizo sentir como si yo midiera cuantrocientos metros de alto.
Me lavè bien las manos en una pileta, tirè el
mameluco detras de un escritorio marròn. Abrì la puerta, la cerrè con la llave
que aun estaba en la cerradura y cuando puse llave, rompì la llave dentro de la
cerradura, y afuera estaba.
Tardarìan solo unas horas en encontrarme.
Mi querido supervisor no lo lograrìa nunca y
cuando lo hallaran, encontrarian una sonrisa de perfecto y limpio marfil en su
vacia cabeza, imposible de borrar. Llorarian unos cuantos por èl. No importaba,
ya lo sabemos, estàbamos advertidos de antemano.
Nada de lazos sentimentales
con los animales.