miércoles, 3 de diciembre de 2014

Una buena razon para morir (Fechado: agosto, 2007)



Sobre esa vez que nos abrazamos sobre la cama
Llorando, tendidos en un plancha de muerte en un verano sin
Sol, tus lagrimas, y después mis lagrimas, y saber que
Cuarenta hijos de putas sabian nuestra direccion
Y nos querian de amigos, de hijos, y de confidentes
Tu cabeza bajó a morirse, pudrirse, en medio del amor que te
Brotaba del vientre y de tus manos, de cómo me querias
Tan fuerte y yo te queria mucho, aunque no creo que
Fue suficiente, ni mi amor, ni nuestra ropa sacada de la
Basura, ni un par de medias nuevas ni los yuyos creciendo
En el calor del verano mientras nos cocinabamos desnudos
Sobre el colchon, apestando y las sabanas inútiles hechas
Un niño en algun rincon empapado de ceniza de cigarrillo
Y polillas y desesperación y vasos sucios ropa interior sobreusada.
No fue suficiente ni contar nuestras estrellas, que eran unicas.
Que probablemente nunca mas vere. Que estos hachazos
A nuestro derecho divino a estar en nuestra casa de sonidos
Y de fideos con manteca, (sin queso rallado), un sabado a la noche
Harapientos felices sonrientes en la noche de los animales
charlando dos flores slavajes entre las grietas abiertas del pavimento
Y todos los tesoros y todo lo tierno y rico y las promesas cumplidas
Enredadas en tu pelo negro azabache, en la suavidad de tu pancita
Donde deje cicatrices con mis mordiscos, donde posé mi cabeza
Para dormirnos a ambos de verdad, los maltratos del pasado, ahora que escucho
los sabados derrapar Y dar vuelta la esquina hacia algun lugar
lejos de mi, y pienso en cosas chiquitas como la muerte.
Todos los dias mas te recuerdo y mas te quiero porque eras buena
Como un fantasma de permeable
Y Aun desaparecida, ahí esta tu vida pegada a la mia y la quiero y
Tu vida es mi vida a cada paso y me duelen los pasos
Estaras en el Gran Buenos Aires, en otro patio de loquero
Explicandole a alguna otra amiga instantanea las
cirscunstancias hijas de puta en que se desarrolla ese cancer que
mata la alegria mas pura, la mas razonable y tal vez
En esa historia de mierda, en esa historia de el aluvión de mierda y
Destitucion, Este yo ahí como un maniquí inutil, con todo mi cariño
de harapos, y mis milagros miserables y pusilánimes que te abrian
la puerta, Y toda mi cobardia imperdonable que no te supo retener
como lo debe hacer un hombre de verdad.
Huelo tu ropa que se abrazaba a tu cuerpo, mientras guardo y tiro ropa y
Trato de olerte, trato de rescatar el hedor del verano, y robarlo
Arrancarlo de esta ropa que lavé mil veces, y no tengo nada.
Y por eso creo que es una  buena razon para morir, tener todo y
No tener nada. Porque te comparo con cualquier animal normal, y

Con cualquier mujer y, al lado de tu corazon, son  un chiste de mierda.  

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