Sobre esa vez que nos abrazamos sobre la
cama
Llorando, tendidos en un plancha de
muerte en un verano sin
Sol, tus lagrimas, y después mis lagrimas,
y saber que
Cuarenta hijos de putas sabian nuestra
direccion
Y nos querian de amigos, de hijos, y de
confidentes
Tu cabeza bajó a morirse, pudrirse, en
medio del amor que te
Brotaba del vientre y de tus manos, de
cómo me querias
Tan fuerte y yo te queria mucho, aunque
no creo que
Fue suficiente, ni mi amor, ni nuestra
ropa sacada de la
Basura, ni un par de medias nuevas ni los
yuyos creciendo
En el calor del verano mientras nos
cocinabamos desnudos
Sobre el colchon, apestando y las sabanas
inútiles hechas
Un niño en algun rincon empapado de
ceniza de cigarrillo
Y polillas y desesperación y vasos sucios
ropa interior sobreusada.
No fue suficiente ni contar nuestras
estrellas, que eran unicas.
Que probablemente nunca mas vere. Que
estos hachazos
A nuestro derecho divino a estar en
nuestra casa de sonidos
Y de fideos con manteca, (sin queso
rallado), un sabado a la noche
Harapientos felices sonrientes en la
noche de los animales
charlando dos flores slavajes entre las
grietas abiertas del pavimento
Y todos los tesoros y todo lo tierno y
rico y las promesas cumplidas
Enredadas en tu pelo negro azabache, en
la suavidad de tu pancita
Donde deje cicatrices con mis mordiscos,
donde posé mi cabeza
Para dormirnos a ambos de verdad, los
maltratos del pasado, ahora que escucho
los sabados derrapar Y dar vuelta la
esquina hacia algun lugar
lejos de mi, y pienso en cosas chiquitas
como la muerte.
Todos los dias mas te recuerdo y mas te
quiero porque eras buena
Como un fantasma de permeable
Y Aun desaparecida, ahí esta tu vida
pegada a la mia y la quiero y
Tu vida es mi vida a cada paso y me
duelen los pasos
Estaras en el Gran Buenos Aires, en otro
patio de loquero
Explicandole a alguna otra amiga
instantanea las
cirscunstancias hijas de puta en que se
desarrolla ese cancer que
mata la alegria mas pura, la mas razonable
y tal vez
En esa historia de mierda, en esa
historia de el aluvión de mierda y
Destitucion, Este yo ahí como un maniquí
inutil, con todo mi cariño
de harapos, y mis milagros miserables y
pusilánimes que te abrian
la puerta, Y toda mi cobardia
imperdonable que no te supo retener
como lo debe hacer un hombre de verdad.
Huelo tu ropa que se abrazaba a tu cuerpo,
mientras guardo y tiro ropa y
Trato de olerte, trato de rescatar el
hedor del verano, y robarlo
Arrancarlo de esta ropa que lavé mil
veces, y no tengo nada.
Y por eso creo que es una buena razon para morir, tener todo y
No tener nada. Porque te comparo con
cualquier animal normal, y
Con cualquier mujer y, al lado de tu
corazon, son un chiste de mierda.
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