lunes, 22 de diciembre de 2014

TIENE QUE HABER


Debe de haber alguien
alguna
un hombre
una mujer
a quien no le sacan fotos
que vive en el fondo del pasillo de
una casa inundada de moho centenario
aqui en la falda de la ciudad
detras de la cortina de plastico en la puerta
al fondo de todo
ahi donde está pelada la
bombilla de luz en la puerta
al fondo doblando en un PH mustio
donde casi no la toca a la Virgencita
el rumor de la cumbia
mas allá de la sombra fria
sin ser tocada por dedos ilustres
sin Instagram
sin grandes capos poniendo sus alhajas
en ninguna fija
no sin amor pero sí sin un testigo
sin un brazo fuerte
tal vez esos ojos que son como los de una
gacela y como los de un leopardo
delgado o tieso o flexible o muy quieto
eso, si, muy quieto
muy quieta
con las facciones desnudas con el mas impresionante silencio
esperando
esperando como yo o como vos pero
más aun
en ese fondo de ese pasillo
adentro de una casa celeste
con la mesa rota
el mantel de plastico
una sola foto de 1899 con la imagen de una vieja
y esa lamparita brillando en el techo
polenta y sal, pajaros adornando la oscuridad de los yuyos 
en los vertices exteriores con los lomos llenos de gusanos
gente
hecha de reflejos estomacales y de orejas limpias
de malas medias y peores zapatillas
conexas consigo mismas y con solo uno o dos mas alla del
alcance del brazo animal posible
esperando y esperando y esperando
nada
y todo
el pelo se pone oscuro primero
se peina, se alisa, se esmera uno y todos y ella y él a
que simplemente sea suficiente con peinarlo al medio o
hacia atrás
y las horas
las incontables horas
poniendose delgado o delgada
morfando de si misma
retroalimentandose con su propio
cuero electrico
maquinando peliculas delgadas detras del vitriol de los ojos
las canicas profundas
los bolsillos vacios
la callejuela que se muere para convertirse
en prolijo pavimento
el barrio que pierde la vida y recobra
ganancias putrefactas nuevas
la Guardia Vieja desaparecida
y los dias pasan como si alguien echara un mínimo sollozo
sin motivo alguno
en las chancletas adormecidas del verano de
el Abasto
tal vez en Lugano
tal vez en cualquier infierno en todos lados
una oportunidad mas
una generacion mas
flaca
bestia
hijo e hija de una temida Pantera
un tanto demasiado muda
gente que camina un bestiario
un microclima de cuchillos resplandecientes
altivos sordos
sin laguidecer sin morir sin estornudar
sin aspirinas ni curitas
sin rezongar por el resfrio que me aqueja
aquellos a quienes las medianoches no controlan
sus inspiraciones ni respiraciones
poniendose delgada la cosa como el poema
como quien tiene el ritmo cardiaco
soliviantado hasta el paroxismo
aferrada frenetica estática a la chalina de la abuela antes
de meterla en la bolsa
el marco del retrato gris y podrido y centenario
un pegote de un centenar de tabacos, y solita, 
la cicatriz de un mal tipo en la barbilla
un entierro prematuro sonriendo en el
agujero de la media del pie izquierdo
un melon recien cortado mientras una polilla
abre los ojos negros al mundo adosada a un claro preciso
a una altura regular en una desarropada pared
tal vez intuyendo a primera vista que quien tenga restricciones 
y soporte toda la inapelabilidad no humillará a nadie con sus resuellos

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