Asì que estoy usando tus zapatos. Asì que mi esqueleto le corresponde a aquel, y a este, y a aquel otro tambien. Traspiè a traspiè, se haran mios como yo soy de ellos, abominable, a la distancia, comandado por sus fuertes hilos de marioneta. Aquel se ha ido y es un milagro, este se queda y es un mejillòn aceitoso adosado a un buque muerto. Alegria, alegria,!,que el rey ha muerto, velay!, de que de alguna forma navega. Veo pasar esta tarde con una gran melancolia, pero eso ya se sabe. No hay motivo de alarma: Es mi camisa la que transpira el vino tinto, mi piel està tranquila: soy un rey en su trono. Este esta hecho de briznas y ceniza, de cintas fantasmagoricas de Pixelvisions, de la parte de la luna que nunca canta, de la parte òsea de los planetas que giran silenciosos soñando con el simple y mortal aullido, en su hechura misteriosa.
Pensaba en amigos, pensaba en amarte. Pensaba que pensaba y el pensamiento se hizo postura, me recuesto en esta silla mientras la luz se cuela entre las motas pegajosas de polvo y tabaco que mi aliento ha pegado en la atmòsfera a un vidrio cansino y maltratado. Son aquellos agostos del hemisferio sur, que con una indecible tristeza le han sacado lo mejor no solo a mi esqueleto, sino tambien a la casa/mortaja que proteje mis pequeños y temblorosos huesos. Que me voy, que no me voy. Y aquì estoy, usando tus zapatos: alguien deberia decirle a alguien, si es que algun dia servira este telefono descompuesto metafísico, que quiero maltratar tu memoria de la misma manera que la protejo celosamente como un baluarte no reconocido, como una pieza de propiedad de el ultimo de los honestos. Un actor importante a salvaguardar en el proceso de la liberación en la historia. Tiemblo de solo pensar en cuanto se te ha negado, nunca estoy alegre. Cuando sonrío, yo no estoy sonriendo. Probablemente seas vos sonriendo a travez de mi cara. Cuando vos te fuiste, ambos pensabamos lo mismo, ambos escribiamos cartas misteriosas, nadie nos escuchaba. Nos quemaron. Nos quemaron. Y ni siquiera puedo decirte a vos que te entiendo y que estoy con vos, de tu lado, de tu lado. Cuando te incineraron, yo nunca pensé en odiar el fuego. Me odiaba a mi mismo por no poder acompañarte con el fuego de la locura de mi compania. Y en algun lugar de mi corazón, te odio. Te odio como quien... como quien es abandonado por un ser inferior a quien se lo ha tomado por altivo divertimento y posteriormente: la risa y el adiós, y todo lo dicho era tonta fiesta; abandonado por una risa menos estentòrea, o por una pija mas grande y con los dientes menos rotos.
En realidad, te odio de una manera mediocre. No te odio tanto. No puedo. Y no se odia algo con mesura, el convencimiento deberia traer la totalidad del sentimiento, la violenta volicion que deberìa traer el acto... Me da bronca eso. Nadie debería estar tan junto a otra persona. Le llaman arena en su conjunto, pero ésta está hecha de puntos corpóreos que tal vez signifiquen algo porque la gente puede sacarse los zapatos. Por redescubrimiento. Por eso de tener dedos en los piès. Y desnudarlos.
El dia que me saque los zapatos..., ese va a ser un día terrible.
Me digo, y suenan cinco ladridos del otro lado de la manzana, y una sierra circular cortando metal, del otro lado de la ventana cerrada. No hay calma posible. En algún lado en el Norte vuelan una lorada y un aguilucho y hombres sencillos simplemente buscan una india simple, y no puedo vivir sin eso. Debo irme, pero ni siquiera puedo pagar mi propio funeral, o acelerarlo, o mandarme a mudar. (Vos me decìas eso cuando te enojabas conmigo: mandate a mudar). O hacer un balance cuerpo a cuerpo con quienes fueren, los innombrables de siempre, los Susanos, los chupasangres, los putos amos de la fiesta que no es.
HaaaaI need to get a gun.
Entonces grito:
- BUENO, YA!!!
Pero no hay nadie aquì.
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