El oficinista se levanta temprano
se lava la cara se lava las manos
y se da una ducha de formularios
y se pone traje y calzado
lo espera un oceano de burocracia
y de tramites terminados
solo si tiene tiempo en vida
para cumplir con sus horarios
cricificado de ocho a veintidòs horas
duerme de doce a seis
no hay tiempo para hacer el amor
cuando se vive para morer
la mujer lo mira preocupado
en su cama de cansancio
los chicos ya no saben su nombre
si hasta la cara le ha cambiado
pesadillas del oficinista
de lavar y planchar camisas
no vaya a ser que el gerente
se le ocurra pasar revista
y en la mesa milanesas frias
al lado de las papas hervidas
"ya quisera ser esa vaca", piensa,
"para matar esta rutina"
No hay comentarios:
Publicar un comentario