Un sueño de esta mañana: estaba nadando en un mar terroso y frio, convulso de electricidad, pero plano y helado. Las olas se alzaban alto pero yo podia ver a travez de los olas una media docena de tiburones alrededor mio, como en un viejo juego de casa de flppers. Por alguna razón, no podian tocarme. Era grises e inapelables, ligermente ásperos como una lija fina. Ahora ya fuera del agua, estoy en una sala de operaciones. Un doctor con gafas y una perilla dice, mire ahi, calcule usted cuanto mide de largo ese tiburon. Estoy delante de un cadaver humano, blanco como la nieve, destrozado. Me doy vuelta para ver por la ventana y veo una aleta y una aleta caudal: un tiburon enorme y blanco tambien cruzando el mar helado, como hecho de mazapán, blando y torpemente construido por algun dios sin nombre ni lugar.
Un sueño perturbador y excelente.
ResponderEliminarSaludos,
J.