miércoles, 28 de noviembre de 2018

ME DESPERTÉ BIEN, PERO ME PINTÓ EL BAJON.
Y me acordé de algo, algo que nadie sabe porque nunca lo dije y nunca lo escribí: en el 2006, en el invierno, cuando no tenia para comer, al tercer día hice un par de pesquisas para averiguar una cosa. Había visto que en EEUU se podia ir a un banco de sangre y vender la donación de sangre y que durante la extracción te daban de comer un pedazo de pastel.
Entonces fui a un hospital a preguntar si pagaban una donación de sangre porque en una de esas me daban de comer algo. Me dijeron que no, por supuesto.

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