Sentado en una banca de plaza francia, con mi campera de jean, mi barba, mi vejez prematura. Miro el cielo y extraño aventuras que nunca tuve, mujeres que nunca me cogí y montañas a las que nunca acaricié. Algo muy dentro mío quiere estar libre de este cuerpo, libre de la ciudad, libre de el planeta entero. Veo pasar mujeres, viejas y hermosas, jovenes y feas, y mi alma se raja. Paseo por los centros culturales, y todo el arte del mundo no me alcanza. El calor sofocante de la tarde, el dia después de el aguacero y las inundaciones. Una boda selecta en la iglesia del pilar. Por el sendero de la feria pasa lentamente una mujer con dos metros de piernas, jeans ajustados, caderaza, zapatos de taco rojos, cruzada de brazos, sola, reflexiva, perfecta. Es tan hermosa que no me inspira sexo, la veo como un tótem hermoso, algo fuera de mi liga. La veo irse caminando lentamente,moviendo las piernas de esa manera que me tortura, hacia donde desaparecen los aviones al sureste. El cielo se pone naranja y rosa como un angelus, y yo me pongo azul, y me mojo con todo, y me disuelvo.
Mis dias son todos así.
Alea jacta est.
Mis dias son todos así.
Alea jacta est.
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