Entrante
lo que penetra y desgarra mi cuerpo en inercia
digo. copa de vino: no bebo desde hace catorce años
las cervezas son tristes
es como tener en las manos la mortaja de la mujer mas bella del mundo
lo entrante
lo que penetra como un cuchillo
sin pedir permiso ni disculpas
como el
cáncer que se incuba en mis pulmones
como el espacio de ruptura cósmica
flaco y temblequeante
de mi pene y mis huevos
mi pubis contra su pubis
el desangrarse de los angelitos enfermos
el fantasma de Rufina
algunas cosas no las voy a tener nunca
y otras cosas las voy a nombrar por siempre
y el hambre
un monumento de acero y leche podrida
garganta abajo
las finas putitas engreidas entrando a las universidades privadas
los dientes faltantes
mas o menos diez o doce
en la boca de Jorge de Mendoca
vendedor de revistas en la calle al lado del puesto de shish kebab
al lado de el centro cultural borges
al lado de la alcantarilla amarilla y gris
recien asaltado por tres botijas con facas
vuelvo una y otras vez a la maldición de el pequeño
kilometraje cuadrado que conozco
mayormente de andar solo
siempre solo siempre solo siempre solo
acompañado
y solo
calle Arroyo, Calle juncal
4 am cielo púrpura nube que jadea
odio todo lo que es joven y me habla
yo soy de la boca de labios secos
de masturbarme adelante del monitor con videos granulientos
de negras panteras con las
bocas llena de semen
yo soy de la santa maria la niña y la pinta
una vez calcinadas
voy a terminar fino fino
en la boca de los cangrejos
diluido
en la arena marrón
voy a bajar en espíritu
hecho un hilo incomprensible
mas allá de las putitas
hecho arena marrón
fanguito
BAJANDO POR EL RIO SUBTERRÁNEO
POR LA CALLE CORRIENTES
POR LA INUNDACIÓN INTERIOR DE BUENOS AIRES
fanguito
a la boca de los cangrejos
al lecho
de el Mar
de Don Pedro de Mendoza
No hay necesidad de corregir o sepultar este poema
a nadie
ni siquiera a mi
me gusta la poesía
o los diamantes
o los pechos rasos tablita
o la misericordia
Recuerdo mas que lo que camino
recupero en peso vivo mas de lo que parto.
lo que penetra y desgarra mi cuerpo en inercia
digo. copa de vino: no bebo desde hace catorce años
las cervezas son tristes
es como tener en las manos la mortaja de la mujer mas bella del mundo
lo entrante
lo que penetra como un cuchillo
sin pedir permiso ni disculpas
como el
cáncer que se incuba en mis pulmones
como el espacio de ruptura cósmica
flaco y temblequeante
de mi pene y mis huevos
mi pubis contra su pubis
el desangrarse de los angelitos enfermos
el fantasma de Rufina
algunas cosas no las voy a tener nunca
y otras cosas las voy a nombrar por siempre
y el hambre
un monumento de acero y leche podrida
garganta abajo
las finas putitas engreidas entrando a las universidades privadas
los dientes faltantes
mas o menos diez o doce
en la boca de Jorge de Mendoca
vendedor de revistas en la calle al lado del puesto de shish kebab
al lado de el centro cultural borges
al lado de la alcantarilla amarilla y gris
recien asaltado por tres botijas con facas
vuelvo una y otras vez a la maldición de el pequeño
kilometraje cuadrado que conozco
mayormente de andar solo
siempre solo siempre solo siempre solo
acompañado
y solo
calle Arroyo, Calle juncal
4 am cielo púrpura nube que jadea
odio todo lo que es joven y me habla
yo soy de la boca de labios secos
de masturbarme adelante del monitor con videos granulientos
de negras panteras con las
bocas llena de semen
yo soy de la santa maria la niña y la pinta
una vez calcinadas
voy a terminar fino fino
en la boca de los cangrejos
diluido
en la arena marrón
voy a bajar en espíritu
hecho un hilo incomprensible
mas allá de las putitas
hecho arena marrón
fanguito
BAJANDO POR EL RIO SUBTERRÁNEO
POR LA CALLE CORRIENTES
POR LA INUNDACIÓN INTERIOR DE BUENOS AIRES
fanguito
a la boca de los cangrejos
al lecho
de el Mar
de Don Pedro de Mendoza
No hay necesidad de corregir o sepultar este poema
a nadie
ni siquiera a mi
me gusta la poesía
o los diamantes
o los pechos rasos tablita
o la misericordia
Recuerdo mas que lo que camino
recupero en peso vivo mas de lo que parto.
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