En sueños, transito un laberinto acuoso
hecho de leche de tiza y lamento de pantano
Contra la pared escondo la cabeza que alguna vez fué mia
y entre vapores y bufidos, a la hora del alba
con el fondo de los motores de los aviones de Aeroparque
Jorge Newbery
me digo que tal vez no es necesario los ansiolíticos
durante el día sino durante la noche
Es durante la noche que estoy lúcido y valiente
es durante el día que me siento en mi silla discapacitada
y sueño con justicias severas, con cuchillos hundidos en lomos
en copas de vino detrás de MIS ojos de serpiente
Es durante el dia que el fantasma de mis abuelos me miran
con severidad reprochándome la blandura y la inexistencia
de mi carácter
Mientras tanto tengo el departamento en venta
vacío los placares llenos de hongos y aparto siete chaquetas
cuatro pulloveres, doce remeras y un par de huevos
para que no les agarre un resfrío
ni se arruguen con la mala suerte
Menudo mundo
el sabor de la sangre en la boca y el tufo del tabaco en el cuello
mujer dormida debajo de tu colcha prestada mientras
plumas salen vomitadas de las costuras reventadas hacia
el parquet lamido a negro por la tristeza de cierta suerte
hecho de leche de tiza y lamento de pantano
Contra la pared escondo la cabeza que alguna vez fué mia
y entre vapores y bufidos, a la hora del alba
con el fondo de los motores de los aviones de Aeroparque
Jorge Newbery
me digo que tal vez no es necesario los ansiolíticos
durante el día sino durante la noche
Es durante la noche que estoy lúcido y valiente
es durante el día que me siento en mi silla discapacitada
y sueño con justicias severas, con cuchillos hundidos en lomos
en copas de vino detrás de MIS ojos de serpiente
Es durante el dia que el fantasma de mis abuelos me miran
con severidad reprochándome la blandura y la inexistencia
de mi carácter
Mientras tanto tengo el departamento en venta
vacío los placares llenos de hongos y aparto siete chaquetas
cuatro pulloveres, doce remeras y un par de huevos
para que no les agarre un resfrío
ni se arruguen con la mala suerte
Menudo mundo
el sabor de la sangre en la boca y el tufo del tabaco en el cuello
mujer dormida debajo de tu colcha prestada mientras
plumas salen vomitadas de las costuras reventadas hacia
el parquet lamido a negro por la tristeza de cierta suerte
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