Es erroneo decir que creemos porque quien aqui suscribe,
al plural le ha dado un beso de buenas noches.
Es una noche tranquila: la muerte puede venir solo mañana.
El mate estáa frio, cuento candados y brechas, me
hago polvo por decision propia, musito cosas y
entonces alzo la voz y las paredes reverberan con mi garganta.
Entonces me escucho y, por ahora, sé que hablo solo.
Dicen que las noches de viernes la gente sale a pasear
salen con sus familias o sus novias a comer pizza
incluso hablan, hablan!, o beben hundidos hasta la coronilla del corazon
en musica, no importa cual sea, es musica, es las venas del mundo
y es como caramelo, dicen, es el mas allá aqui mismo.
He escuchado que se besan y cuando bajan de las camas descalzos,
van a la heladera, meten la cabeza en el refrigerador, salen con chocolates,
con vino, con pomada en las manos, la llevan a la cama
prenden los televisores y cuando hay alguna pelicula en blanco
y negro, uno de los dos se queda dormido y el otro fuma
un cigarrillo, o un pitillo de hierba, que descansa en un hermoso cenicero
en una mesa de luz hecha a medida, y en la mesa de luz hay un
par de zapatillas caras azules, descuidadamente sucias.
Tambien he escuchado que a veces en las plazas a la noche
la gente se encuentra para pelearse por dinero, que se escupen y
se dan de puñetazos y se pasan telefonos o se tocan entre la sombra
vestidos con camperas y tocados con sombreros y gorras
y cuando terminan se tocan los bolsillos buscando una pequeña ventana
hacia el otro lado brillante del dia. Algunas hablan con otros en rincones
de bares de buen parecer, tragando pacientemente una pizza mediocre
sobre una mesa de plastico detestable escuchando con paciencia a un
hombre no tan maravilloso que pudiera darles un resto de vida tolerable.
Otros se quedan en sus casas, pensando en por qué estan solos
pensando en por que se están volviendo locos y en que tal vez
en esa porción de razón sin locura se esconde la vida de los otros
los de afuera, los exteriores, los mayores, los convidados.
al plural le ha dado un beso de buenas noches.
Es una noche tranquila: la muerte puede venir solo mañana.
El mate estáa frio, cuento candados y brechas, me
hago polvo por decision propia, musito cosas y
entonces alzo la voz y las paredes reverberan con mi garganta.
Entonces me escucho y, por ahora, sé que hablo solo.
Dicen que las noches de viernes la gente sale a pasear
salen con sus familias o sus novias a comer pizza
incluso hablan, hablan!, o beben hundidos hasta la coronilla del corazon
en musica, no importa cual sea, es musica, es las venas del mundo
y es como caramelo, dicen, es el mas allá aqui mismo.
He escuchado que se besan y cuando bajan de las camas descalzos,
van a la heladera, meten la cabeza en el refrigerador, salen con chocolates,
con vino, con pomada en las manos, la llevan a la cama
prenden los televisores y cuando hay alguna pelicula en blanco
y negro, uno de los dos se queda dormido y el otro fuma
un cigarrillo, o un pitillo de hierba, que descansa en un hermoso cenicero
en una mesa de luz hecha a medida, y en la mesa de luz hay un
par de zapatillas caras azules, descuidadamente sucias.
Tambien he escuchado que a veces en las plazas a la noche
la gente se encuentra para pelearse por dinero, que se escupen y
se dan de puñetazos y se pasan telefonos o se tocan entre la sombra
vestidos con camperas y tocados con sombreros y gorras
y cuando terminan se tocan los bolsillos buscando una pequeña ventana
hacia el otro lado brillante del dia. Algunas hablan con otros en rincones
de bares de buen parecer, tragando pacientemente una pizza mediocre
sobre una mesa de plastico detestable escuchando con paciencia a un
hombre no tan maravilloso que pudiera darles un resto de vida tolerable.
Otros se quedan en sus casas, pensando en por qué estan solos
pensando en por que se están volviendo locos y en que tal vez
en esa porción de razón sin locura se esconde la vida de los otros
los de afuera, los exteriores, los mayores, los convidados.
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