Me quedarè con la imagen del
Cañon del Talampaya
con el vuelo de tres còndores libres
acariciandome el sueño profundo de la tapa de mis sesos
habiendo estado en tan grata compania de la sangre
mis tios enfundados en gruesos pulòveres entre las rocas
esporteando cùtises dignos de los mas grandes sanmartines
gente buena y misteriosa
gente violenta y llena de caràcter
me quedarè solo pensando en la alegria de sus almas
hechas de betùn de zapato y
medianoche de carnavales
de tambores calados y de antiguas siestas entre hermanos
envidiarè acaso esa campechanèz testaruda de sus
modismos llenos de fuego
serè, en la penumbra del purgatorio,
solo un citadino perdido en en extinguir total de su propio
cuerpo, y en mi propia alma pèrdida entre la duda de si he hecho algo
bueno
habrè de encontrarme disconforme, desnudo, hecho de hueso y cuero
Canten desesperados los bosques de nuevo en el pensamiento del futuro
los veleros negros de siempre acercàndose fatuos al
bostezo pesado de la noche mas profunda
hediendo a nuevas y ominosas salobridades extranjeras
se sepa entonces que no he vivido en vano aunque haya
perseguido la evidencia de lo fìsicamente vano
habiendo contado con los dedos los rayos de sol en esta pieza
embadurnada de sangre ceniza y locura
siendo un empàtico matemàtico eficaz en la escena de la tragedia
un musico febril denunciando la desapariciòn de los cachorros
en la nieve sucia de las paredes
divorciado de la piedras ìgneas primitivas
dejandome tan solo con lo retorcido de
mis sentir sobreviviente.
divorciado de la piedras ìgneas primitivas
dejandome tan solo con lo retorcido de
mis sentir sobreviviente.
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