Guaso el temporal de ayer, cuatro muertos, mucho miedo, me imagino lo que debe de haber sido tener una vivienda precaria. Soplò el viento del diablo ayer, soplaba con malicia, sin tapujos y con mala leche, volaba la basura y la gente aqui nadando entre la mierda por el aire. No me gustò para nada, y con natura no se jode. Sentì miedo, y a mi me gustaban las tormentas. Pienso en como uno sale 5 minutos por cualquier avenida y es otro Buenos Aires, es otra Argentina, es otro cantar, y es un cantar melancolico y flaco, donde media pila es una pila entera. Algun dia voy a tener que salir de este bunker, de este barrio ortiva y sucio y careta, y me voy a ir al Buenos Aires de verdad, donde el pelo te lo cortan con navaja quieras o o no. Si quiero es una cosa, si voy a tener que hacerlo es un hecho. El viento se va a encargar de llevarme de aqui y muchos otros mas. Pienso en estas cosas. Tambien en la belleza de los poetas y en la horribilidad de todos los otros muchos poetas y como admiro secretamente, pienso en mi cara en el espejo y en el hambre y en mi panza y en mi suerte y en mi queja. Probablemente no tengo de que quejarme y simplemente sea mi trastorno de obsesion compulsiva de estar enojado, pero ya quisiera ser como una estrella de mar en donde me salga un brazo nuevo una vez que la desgracia me quite un brazo. O un pedazo de alma ido, o la casa, la caparazòn, mi manta materna y mi capa y mi escudo. trescientas fotos de mis abuelos, los rostros plasmados en papel y sal de plata, y su secreto se lo llevaron a la tumba, y estoy muy debil. Por lo pronto, remamos, cuidando de no andar por calles peligrosas, con cautela animal, con miedo, lamiendo la sangre en la oscuridad mientras llegan las noticias a travez de los hilos de electricidad en la Capital. Todo ha volado, todo ha sido violado del otro lado de la General Paz. Miedo de caminar por las lajas de cemento donde crecen los yuyos, donde apuntan los jovenes tigres que vienen a por mi. Que es esto que siento? Viviendo en la raya lìmite. Bien pagado de mi techo de tercer piso, con mis guitarras y mis toallas, ignorando las Navidades, sin pensar mucho en nada, fumando tabaco, pagando expensas, sufriendo misiaduras ridiculas que harian reir a medio Gabòn. Tenso. Con el arco en el pecho escupiendo de que alguien se llevò mis alas. Y el hombre no hace al hombre, solo cuando es completo se merece tal y cual companìa, y los frutos de su buen proceder. Hacia los matices vamos todos, entre tropiezo y caida. casas ora en el suelo, casas ora en el aire. los chanchitos adentro, rezando dentro de sus hechuras, y el lobo sopla y sopla, y maldecir a los lobos, y las bocas y los labios y al viento, una y otra vez... un pecado mortal. Y la culpa centenaria y la pobreza y el fantasma de mi padre, y càllate. Càllate ya y envuelvete en tu bandera de tristeza, y debo volver, alcanzar sus viejos huesos, sus cenizas, hablar con los muertos, explicarme de una vez por todas. Acaso podrian entenderme, y explicarme a mi ellos,the faithful departed. En el suelo tambien hay hermosos colores, simplemente no te quedes con esa pobre ocre paleta, ahi abajo, Fer.
Acaso soy solo un niño.
Acaso soy solo un niño.
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