Es como
ir a la guerra
tomo mi
vida en mis manos y lo que haya
de
remanente de este cuerpo y esta alma sufriente lo
encomiendo
a algun dios olvidado y tan
perdido
como yo
tomo
aire, sè que me va a
faltar
busco una
guitarra, parecen haber miles
pero
siepre es la misma vieja carcacha dando
vueltas
la fiel
la
acustica que suena a lata
siempre
esperando en un rincon polvoriento
que le
trasmite los germenes de polvo al
mango
al cuerpo
sucio
esta
guitarra esta rota y sucia
como yo
me la
quedo.
el trastero
es de dos colores y esta todo doblado
los
trastes trastean
es una
guitarra que llora
como el
primer dia del que suscribe
con todo
el dolor de salir de ese lugar calentito
que ni
tanto era tan comodo
tampoco
cierro
las ventanas con un ruido monstruoso
el afuera
desaparece y se diluye
solo el
ruido del tanque del inodoro
que nunca
cesa
lo
aceptamos
enciendo
un cigarrillo y con la punta de los dedos
tomo la
hoja recien escrita
es un
papel amarillo y largo
la escritura
està apurada
mis
pulmones se contraen
los dedos
adoptan la forma de un acorde torpe
suenan
las latas en el aire y las campanas de mañana de duelo
desde
algun lado llega el eco de un grito y casi no pasa
a travez
de la persiana y de la ventana cerrada
llora un
niño
las paces
prometidas se desvanecen en el sonido de
una
cuerda muerta
y reviven
las esperanzas con los dedos que se sueltan
tensos
como un preludio de la muerte
pongo
stop al programa de grabacion
la
espalda se hiergue
me sueno
los huesos de la espalda
miro
hacia afuera hacia el pulmon interior del edificio
y mis
pulmones se inflan
la
guitarra cae a un costado
y desde
la calle llegan los mensajes sucedaneos de
mi
hipnosis
se
reparten los panes con un gran capricho
las canillas
se abren y se cierran
entro
adentro
ladran
los perros
y yo les
contesto porque los entiendo
de tanto
tiempo de hacer sonido para dar a entender que yo tambien
tengo mis
comunicados
mi parte
de maravilla
en este
universo colvulsivo de maravilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario