martes, 15 de octubre de 2013

28.

28.

- Tirame la manta. Y tapame. Y tapate. Y callate.

Laura engulle un sanguche de jamon y queso, lo desmenuza con la punta de sus dedos finos y delicados.

- No ibamos a ver una de Wes Anderson?
- No, la vi el otro dia solo. Esta es de Lars von Trier.
- Ah, el de la pelicula de Bjork.
- Si. Tambien dirigiò una que se llama: Ya empezò la pelicula, a ver si te callàs.
- Ay que estupido que sos, sos insoportable.
- Shhh!

Le pego una piña en el brazo. Ella me lo devuelve. Yo le pego otra piña en el brazo y le muerdo en hombro. Es noche de peleas. Laura me rasga la espalda con las uñas, me patea los huevos y se zampa un bocado de arroz con crema Huancayna.
La luz del televisor ilumina nuestras caras, ultimamennte es lo unico que nos ilumina.

Charlotte Gainsburg es empomada al ritmo de musica de càmara. Un niño cae por una ventana. Yo me rasco un piè. No tiene substitulos. La Charlotte hace unos mohines con la boquita constantemente. Como: oh, ah, ajj. Como dije, esta siendo violada por el marido. El niño se estrola contra la nieve, ellos acaban.
Me hundo en la manta y le doy un mordisco en la espalda a Laura. Le paso la lenguita. No encuentro la dièresis.
Nunca pude escribir como corresponde: Motorhead.

- No me toques, està mal! Ellos asesinaron a su hijo por echarse un polvo. Son malos... EL SEXO ES MALO!
- Andà a cagar. Yo te quiero. no deberia, pero lo hago.
- No, no me toques, perdieron a su hijo, lo perdieron por echarse un polvo, que estupidos que son, como pudieron?...
- Asì pudieron... venì pacà.

Le aprieto una teta. Me da la espalda. Me empiezo afrotar contra su preciado, rosado, blancuzco, terso, nuevo y maravilloso trasero de lolita. Meto mano por delante. Los pelitos!
Laura me saca la mano.

- No, dejame, el sexo es malo!
- Dale, hace de cuenta de que yo soy Diego Rivera y vos sos Frida Kahlo y yo me aprovecho de vos en el ultimo bondi hacia la  muerte porque sos una tullida insatisfecha!...
- QUE CONCHUDO QUE SOS...!
- Sì, un conchudo con una re-erecciòn.

Voy hacia abajo, bajandole los jeans grises y le meto la lengua derecho viejo en el ojito del culo.
Mmmmmm...
Esta lindo ahi abajo. Es como volver a las puertas del ùtero materno.
Lauruchis se queda quieta. Y se calla. Hay una cura para el trastorno de el dèficit de atencion y me doy cuenta de que la tengo en la punta de la pija.
Dios nos ayude.

A la mañana siguiente Laura estaba otra vez con los pantalones puestos, la remera puesta, el pelo revuelto y toda ella entera debajo de la frazada. No usamos sabanas, a ella le inculquè la costumbre de convertirnos en un ovillo de lana humano cada noche, incluso en verano. Cosas de friolentos. Cosas de heridos. Cosas de perdidos.
Parecia que habia demasiada gente ahi afuera para ser un lunes feriado de un fin de semana largo. Puse la internet y abrì un diario. Martes. Habia faltado al trabajo. Pensè, ojala no me echen, es dinero bastante facil y es mucho mejor que estar en una oficina. Fui a la cocina, puse el agua a calentar en un jarro y me hice unos mates, pero me moria por una cerveza. La noche anterior habiamos hablado de tomar unas en algun bar de la calle Humahuaca, pero teniamos mas hambre que ganas de beber. Hace dos años que le prometo a Laura que la voy a llevar a por una cerveza. En vez de eso, peleamos constantemente, nos tiramos del pelo y nos mordemos. Hace dos meses que tengo una cicatriz de treinta y cinco centimetros de largo de una vez que mi mujer, mi hermosa, inteligente, obtusa y estupida mujer que no entiende de que la va mi amor, me arañò toda la gamba haciendome cortes con las uñas, afiladas como una hoja de afeitar, en un rapto de jolgorioso outlet de idiotez destructiva. Cada vez que quiero cerrarle el pico, me levanto el pantalon y le digo: Ves? Ves???
Y se calla.
La otra manera era echandole un polvo, pero ya no nos echamos grandes polvos. Frotaciones y masturbaciones, cosas asì. Simplemente estoy pensando en otras cosas mas interesantes, como el error de vivir intermitentemente, el disfrute inverso del terror y todas las locas del universo que estan ahi afuera esperando por mi poronga y mi lengua y que nunca parecen querer llamarme. Si solo pudiera saber quien ahi afuera esta masturbandose con la idea de mi gordo vientre arriba de ella, me haria una real escapada y cana al aire, pero soy un romantico y, basicamente, soy un hijo de puta fiel, de buenas intenciones, vago, impresentable, pero con un corazon tierno.
El peor error de mi vida, pienso a menudo, fue dejar entrar a todos los perdidos del universo a mi universo. Que soy asì, soy asì! No me gusta, pero siguen entrando.

Sorbì de la bombilla con ganas. El mate de la mañana es el mejor. Es una bebida multiproposito, digo, si no la conocias. Es como tomar una anfetamina ligera. Te despierta y te lava por dentro. Cosa de indios sudakas, vistes vos?. Buenas cosas las de los indios sudakas. Nosotros le dimos el mate a los inmigrantes del mil ochocientos y ellos nos dieron la gonorrea y los asesinos en serie. Un fiasco. Santos Godino no muriò nunca, simplemente evolucionò inmortal en un mundo que cambiò el precio original de cinco centavos en las matinees de peliculas de Errol Flynn.

Y entonces sentì la puntada.
Debajo del pecho. Se corrìa hacia la derecha, con mucho dolor, como si algo se rompiera. Una brecha. No parecia ser el corazòn.
Houston nunca tendrìa una idea de cuanto lo amo.
Fumo desde los doce años. Recuerdo mi primer cigarrillo sentado en ese edificio de la calle Cabildo y Dorrego. Entrabamos al colegio, en primer año, el unico año, que hice cinco veces. Cada dos dias deciamos: al carajo con el colegio. E ibamos a fumar a la esquina. Los profesores pasaban al lado y los ignorabamos. No los odiabamos. No los dejabamos de odiar.Y este petiso con cara picara me enseñò a fumar. Ese y el resto de los misfits como yo que querian aprender a matar de alguna manera. Tenès que manetener el humo adentro! Mas tarde me compraria mi primer paquete de cigarrillos, uno de diez, marca COLT. Habia un caballo muy bonito color arena en el paquete rojo. La quiosquera del El Escorial, un bar de mi barrio, no queria vendermelo. «Estas seguro que es para tu papà?» Que si! Pero... estas seguro? Sip. Debe de haberme costado lo que me costaria cuatro paquetes de figuritas. Ya no queria mas figuritas. Los dias de El Regreso del Jedi se iban rapidamente, dolorosamente. Dando vuelta la esquina, saludandome con la mano. «Estuvo bueno haberte conocido, pero ahora, es adiòs».  Y yo ahora querrìa decir que habia trsiteza en sus ojos, pero la tristeza la tenia yo. Veia a las niñas rubias pasar con sus ojos de miel debajo del sol de mayo, y yo me desmayaba. Me desmayaba. Queria un par de zapatillas Reebok, las botas esas. Y un disco de Duran Duran, pero eran discos malos. Y me vendieron el paquete de cigarrillos.Gracias, mujer. Eras buena. Probablemente ya estes muerta. Todo ese barrio esta muerto ya. Gracias. Suave, hermoso humo azul entrando a mi boca. No es tu culpa, no es la culpa de nadie.
Habia sol y nos escondiamos para aprender a ser malos. No le importabamos a nadie, querian que fueramos torneros, y hojalateros, o tecnicos de coputadora o bachilleres y nosotros prendiamos la radio a la noche para no llorar màs. Si nos cagaban a pedos los profesores llorabamos como maricas, esperando la indulgencia resignada de una madre.
Era muy loco pero no tanto como ahora. En cierta forma aprendiamos a perder. Ahora estamos peores, mas cansados, la vida se encargò de ponernos a todos, sin remedio, en la mas total y completa y oscura verdad. Nuestros padres murieron, de la misma manera que habian muerto nuestros abuelos y ahora, despues de ese cigarrillo, despues de fallar miserablemente algunos, despues de esas clases fatales con esos profesores imposibles de tragar, que tenian esas caras de holocausto de aburrimiento, pètridos, ferales de desencanto y muy seguros de si mismos, de que nosotros eramos lacra putrefacta y nada màs. Sì, tenian razon, no ibamos a ningun lado. Nos escapabamos a fumar y a jugar a los videojuegos al piso de arriba de una pista de patinaje sobre hielo a la que nadie iba. Jugabamos al racer X y al Exxerion y cuando nos peleabamos por lo general, a pesar de las patadas y las piñas, el rencor no duraba demasiado. Como conseguiamos el dinero, no sè.
El primer cigarrillo era siempre el mejor y el peor, por lo menos es el peor ahora, que tengo que hacerme placas para ver cuanto tiempo me queda. Me duele. me mirè el pecho en el espejo. Solo pelos y ninguna respuesta. Mis ojos saben la verdad: tengo fecha de vencimiento.
La mirè a Laura desde la puerta de la habitacion, desde el marco de la puerta, en silencio. La persiana està baja, solo entra un pequeño apice de luz sobre la ropa de cama a travez de las rendijas, sobre su cara blanca. Es muy delicada, y cuando no lo es, se enoja conmigo porque tiene miedo. Pero eso nos pasa a todos.
Me acerquè y le di un besito en el cuello, a travez de la melena de leòn. Le acariciè una nalga delicadamente y metì la mano adentro del jean azul.

- Buen dia, amor...

Muy suavecito.

Y Laura sonrìe.
Abrì la ducha y me metì adentro y me tirè contra la pared. Agua caliente, como ser fusilado. Es algo que voy a extrañar, el agua caliente golpeandome la espalda, quemandome vivo mientras afuera suenan las motos y los gorriones pìan vomitando sobre un mundo que en realidad no vale mucho. Pero que insiste, con ese baile de texturas sonoras, ese deleite de la estetica en mi oreja. Y el sol brillando ahi arriba, o en la niebla de las mañanas de invierno, cuando salir es prohibido, eso que me coimea cada dia para que no lo deje. Viejo nuevo truco! Un poco de esto y un poco de lo otro y voilà!, muchìsimo... muchìsimo para nosotros los condenados

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