Me siento un sorete. Tengo un centenar de amiguetes aqui en face que son poetas y poco y nada he leido de ellos. Estoy corriendo en la oscuridad respecto al tema. Llevo un blog diariamente con mis desventuras, pero desconfio de los libros, de los poetas, de los escritores. Veo un señalador y me lo paso por entre los dientes para sacarme el sarro. No es mi intención ser irrespetuoso, delante de tanta gente bella. Y de la no tan bella. Solo tengo unb poemario extenso armado, mal diagramado, y sin publicar. No conozco a naide y sinceramente me falla el seso para dar apretones de manos, cosa que me irrita en demasía de mi mismo. Toy mas cerca del loquero que de la biblioteca. Dejé de ir a la biblioteca porque el sistema de entrega de libros tarda una hora, y en esa hora me interesa mas ver siluetas femeninas que leer a... Phillip Dick, ponele. La gente me da mucha curiosidad. Pero alcanzarlas, poder acercarme a ellas, es otro cantar. Y, como todos sabemos, en el ambito literario no se vende solo el genio, tambien esta el otro 50 por ciento que es parloteo, adulacion, usar el perfume adecuado, lamer culos. Es extrañísimo, esto lo aprendí en mi primer poema publicado allá por 1996. Onda: what the fuck, man. Hace una década empecé a cambiar los contrastes de mi escritura, me volví mordaz, cínico, obscuro, reclusional, a veces hasta dictatorial. Antes, me llegaban mensajes de gente a la que le gustaba lo que escribia y me proponian publicar unos poemas, un cuento corto. La mejor crítica literaria y no tan literaria me la dió una amiga. Me dijo, sin reparos, hace unos siete años atrás: "No te leo mas porque me pone triste". Recuerdo su cara en ese vívido instante y me dije, si mis pares, que estan en la misma lucha sin tregua que yo me dicen que les deprimo, estoy en problemas. Y desde entonces, se convirtió en mi problema. Yo creo que la vida es tragicómica y una fuente de dolores interminable. Uno pena para parir. El tema es por que este sí y este no. No creo en karma, mandalas, maleficencias, coincidencias o destinos. Hubo luz y ahora hay sombras. Me gustan las sombras, es mejor que la muerte total antes de desaparecer fisicamente d este mundo y convertirme en cieno en el rio de la plata. Disfruto de los contrastes, aunque las fluctuaciones extremas entre uno y otro color me son mas dañinas ahora que me vuelvo mas viejo, mas frágil, y, ay ay ay, el remordimiento de la timidez extrema, de la ansiedad social y de escuchar, escuchar mucho, sobar y bregar, y ver que el mundo es un lugar viciado donde se entretejen redes de diletantes, canallas y mafiosillos afectados de toda índole. Puedo poner un smiley acá? :) En suma: Fernando ya no puede andar en skate.
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